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Disciplina, ¿cómo poner límites?
El fin de la disciplina es el autocontrol. ¿Cómo conseguirlo? La clave está en establecer límites, delicados pero firmes, teniendo en cuenta que el niño sólo los respetará si han sido puestos con amable determinación.
Para que los niños los puedan entender y respetar, los límites deben tener algunas características. Veamos cuáles.
No tienen que ser frecuentes. Hay que reducir los límites y las prohibiciones lo máximo posible. No podemos dejar que el niño coma acostado en el suelo, pero tampoco agobiarlo con constantes recomendaciones y prohibiciones cuando esté sentado en la mesa con los adultos.
Tienen que ser coherentes. Si le prohibiste que lleve por todas las habitaciones de la casa bolsitas de papas o de palomitas, no puedes, al día siguiente, permitirle que lo haga porque quieress que se quede quieto mientras haces una llamada importante. Si te comportas de esta forma, él no podrá entender si la prohibición anterior sólo era un capricho tuyo o si la victoria conseguida al día siguiente es la lógica realización de un derecho suyo.
Hay que imponerlos con firme dulzura. Después de haber explicado las razones y de haber escuchado las posibles observaciones por parte del niño, hay que evitar largas e inútiles discusiones. Si el niño insiste y se comporta bien, tranquilamente y sin enfadarse, se lo debes impedir. ¿Quiere comer mientras está jugando un videojuego? La solución es que se lo quites.
No pidas al niño un comportamiento que no te termina de convencer. Si cada momento que tienen libre lo pasan viendo la televisión, no esperes que tu hijo no siga tu ejemplo. Los valores que quieres transmitir también hay que comunicarlos a través del ejemplo.
Tienen que ser respetuosos. Trata al niño con la misma dignidad y el mismo respeto que le tienes a un adulto. Por ejemplo, nunca quitarías violentamente el cuchillo de cocina de las manos de un adulto, pensando que se pueda hacer daño. En el caso del niño, por tanto, también le debes pedir permiso: si no te lo da, después de habérselo quitado de las manos, explícale por qué lo hiciste.