Terapia infantil: ¿Cuándo y porqué llevar a los niños al psicólogo?

21 Feb 2025
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Detectar a tiempo los desafíos emocionales de los niños es clave para su bienestar y desarrollo. Pero, ¿cómo saber cuándo es el momento adecuado para acudir a terapia psicológica infantil? En este artículo, te explicamos las señales a las que debes estar atento y cómo elegir el mejor apoyo para tu hijo.

Terapia psicológica infantil: ¿Cuándo y por qué llevar a los niños?

La terapia psicológica infantil es una herramienta clave para apoyar el desarrollo emocional y mental de niñas y niños. Muchas veces, las familias se preguntan si es necesario llevar a sus hijos a terapia, a partir de qué edad se recomienda y qué señales deben tomar en cuenta. La salud mental es tan importante como la salud física, y en algunos casos, la terapia se convierte en una “canasta básica” para garantizar el bienestar de los pequeños.

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¿A partir de qué edad pueden ir los niños a terapia psicológica?

Los especialistas señalan que los peques pueden beneficiarse de la terapia psicológica desde los 3 años. En esta etapa, aunque no tengan un lenguaje desarrollado completamente, los psicólogos utilizan técnicas como el juego terapéutico, el dibujo y la interacción para explorar sus emociones y comportamientos.

¿Por qué desde los 3 años?

  • Los niños comienzan a expresar emociones de forma más clara.
  • Es posible identificar patrones de conducta y situaciones que podrían requerir intervención.
  • Se construyen habilidades emocionales que pueden prevenir problemas futuros.

¿Es necesario llevar a mi hijo a terapia?

No todas las niñas y los niños necesitan terapia psicológica, pero hay ciertos escenarios en los que es altamente recomendable. Estas son algunas situaciones en las que la terapia puede ser necesaria:

Cambios importantes en la familia

  • Separación o divorcio de los padres.
  • Pérdida de un ser querido.
  • Mudanzas o cambios de escuela que afecten la estabilidad emocional del infante.

Problemas de conducta

  • Rabietas frecuentes, agresividad o aislamiento.
  • Dificultad para seguir reglas o convivir con otros niños.

Señales de ansiedad o estrés

  • Miedos excesivos, como a la oscuridad o a raíz de la separación de los padres.
  • Dificultades para dormir o problemas de apetito.

Dificultades en el desarrollo

  • Retrasos en el lenguaje, motricidad o habilidades sociales.
  • Dificultad para expresar emociones o manejar frustraciones.

Señales que indican que tu hijo podría necesitar terapia

Es importante estar atentos a ciertos signos que pueden ser indicadores de que un niño o niña necesita apoyo psicológico:

  • Cambios drásticos en su estado de ánimo.
  • Conductas regresivas, como volver a mojar la cama o chuparse el dedo.
  • Problemas constantes en la escuela o guardería.
  • Expresión verbal de sentirse triste, enojado o “no querido”.

¿Cómo elegir al terapeuta adecuado?

  1. Busca especialistas en terapia infantil: Verifica que tengan experiencia trabajando con niños pequeños.
  2. Consulta referencias: Pregunta a otros padres o investiga en instituciones confiables.
  3. Establece un vínculo: Asegúrate de que el terapeuta genere confianza tanto en el niño como en la familia.

En México, hay instituciones y servicios disponibles en escuelas y clínicas públicas que ofrecen espacios pensados para menores. 

Consejos para los padres

  • Habla con tu hijo: Explícale de forma sencilla por qué irán a terapia, usando frases como: “Es para que te sientas mejor y podamos entender lo que te preocupa”.
  • Sé constante: La terapia puede tomar tiempo, pero los resultados valen la pena.
  • Involúcrate: Participa en las sesiones familiares o aplica las recomendaciones del terapeuta en casa.

En resumen

La terapia psicológica infantil no es un lujo, sino una herramienta que puede transformar la vida de los peques y sus familias. Identificar señales tempranas, buscar apoyo profesional y dar prioridad a la salud mental son pasos importantes para garantizar que niñas y niños crezcan felices y emocionalmente fuertes. Recuerda, cuidar el bienestar mental de tu hijo es una inversión para su futuro.

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