- Mi bebé y yo
- Tu alimentación en el embarazo
- Semana 25 de embarazo
Alimentación en la semana 25 de embarazo
Te decimos cómo debe ser la alimentación en la semana 25 de embarazo: ¿se recomienda la dieta paleo durante el embarazo?, la importancia de la vitamina E y por qué remojar los granos y semillas.
Embarazo saludable en la semana 25
Dieta paleo durante el embarazo
La dieta paleo está basada en el consumo de proteínas magras, como la carne, el pescado, grasas saludables, frutas y vegetales, pero elimina de la dieta el consumo de lácteos, granos, alimentos procesados, azúcares y alcohol.
¿Se recomienda la dieta paleo en el embarazo? Lo mejor es que lo consultes con tu ginecólogo, ya que durante la gestación necesitarás una gama de nutrientes que obtienes de todos los grupos alimenticios, por lo que hacer una dieta en este periodo no podría ser una buena opción. Incluso, si antes de quedar embarazada estabas bajo este régimen alimenticio, también deberás consultarlo con tu médico para que te indique si es necesario hacer ajustes en la alimentación.
Rob Wolf, autor de The Paleo Solution, asegura que los beneficios de la dieta paleolítica están relacionados con la mejoría en condiciones como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas, alergias y quemar la grasa almacenada.
Sin embargo, de acuerdo con el doctor Juan Madrid Conesa, médico especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, señala que la dieta paleolítica es hiperprotéica, por lo que desequilibra al organismo y restringe ciertos alimentos, lo cual a la larga es perjudicial para la salud. Si comemos proteína en exceso, el cuerpo no cuenta con un almacén para guardarlas y se ve forzado a eliminar las que sobran por el riñón, sobreexigiéndolo. Por ello, antes de imponerte un régimen alimenticio, consulta con un profesional qué tan oportuno es seguir una dieta durante el embarazo.
Suplementos alimenticios en la semana 25
Vitamina E: tocoferol
La vitamina E tiene un papel fundamental para el buen funcionamiento del sistema hormonal y del aparato reproductor, de ahí que se conozca como la "vitamina de la fertilidad".
Esta vitamina ayuda a prevenir enfermedades, activa la circulación y acelera la cicatrización; además es antioxidante, por lo que protege el tejido corporal del daño que ocasionan los radicales libres.
En la mujer, la carencia de vitamina E puede causar alteraciones en los ciclos menstruales y aumentar el riesgo de aborto, lo que deriva también en la dificultad para quedar embarazada.
La vitamina E en el embarazo
La vitamina E es muy beneficiosa durante la gestación, ya que tiene un impacto positivo en el sistema nervioso, contribuyendo al desarrollo neurológico del bebé; asimismo, fortalece su sistema inmune contra las infecciones. Su carencia puede provocar un aumento de las infecciones, asma y retraso en el crecimiento.
Algunos alimentos ricos en vitamina E son las semillas de girasol, las almendras, los piñones, los cacahuates, las espinacas cocidas y las hierbas aromáticas.
Alimentación en el embarazo en la semana 25
¿Por qué remojar los granos y semillas?
Los granos enteros -como la quinoa, avena y cebada- y las leguminosas son una fuente muy importante de proteína. No obstante, nuestro organismo no siempre las procesa de la mejor forma.
Las nueces y semillas están llenas de grasas buenas, pero también contienen antinutrientes -inhibidores enzimáticos y ácido fítico, por ejemplo-, que les evita germinar antes de que existan las condiciones óptimas para sobrevivir. ¿Cuál es el problema? Que nuestro cuerpo puede tener problemas para descomponerlos, por lo que las vitaminas y minerales que contienen naturalmente no son biodisponibles y es necesario neutralizarlos. ¿Cómo? Solo basta un poco de agua.
Remojar nueces, granos, leguminosas y semillas en la noche con agua ácida o con sal, los limpia de antinutrientes y aumenta el contenido vitamínico (activa la producción de enzimas beneficiosas), descompone el gluten y facilita la digestión.
¿Cómo remojar granos y semillas?
Para remojar granos: ponlos en un tazón y cúbrelos con agua tibia. Luego, por cada taza de agua que usaste, añade una cucharadita de algún ácido (vinagre de manzana, yogur, jugo de limón). Déjalos reposar toda la noche. Cuela por la mañana y cocina como de costumbre.
Para remojar leguminosas: ponlas en un recipiente y cúbrelas con agua tibia. Para lentejas, frijoles negros y garbanzos, añade una cucharadita de vinagre de manzana, jugo de limón o yogur. Déjalos reposar toda la noche y cocina como de costumbre.
Para remojar nueces y semillas: en un tazón, cúbrelas con agua y añade 1/2 cucharadita de sal de mar. Deja que se remojen durante la noche, luego enjuágalas y cuélalas. Después sécalas en el horno a la temperatura más baja posible; guárdalas en un recipiente hermético.