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Cada vez es más común ver a los niños vestidos con ropa que imita las tendencias de los adultos: chamarras de cuero, pantalones ajustados, botas con plataforma e incluso accesorios como gafas de sol o bolsos de diseñador. Si bien esta tendencia parece inofensiva, diversos expertos en psicología infantil advierten que vestir a los niños como adultos podría afectar su desarrollo emocional y social.
Según la psicóloga infantil Martha Leiva, directora del centro de desarrollo humano Family’s House, vestir a los niños como adultos puede llevarlos a identificarse con edades que no les corresponden, generando confusión sobre su propia identidad y etapa de desarrollo.
"Cuando un niño se viste como un adulto, comienza a recibir comentarios como 'pareces un pequeño empresario' o 'qué maduro te ves', lo que refuerza la idea de que actuar como adulto es mejor que disfrutar su infancia", explica Leiva.
Este tipo de vestimenta también puede afectar su capacidad de jugar libremente. Ropa ajustada, delicada o costosa puede limitar su movilidad y generar miedo a ensuciarse, lo que interfiere con su exploración del mundo y su interacción con otros niños.
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La adultización de la vestimenta puede tener consecuencias psicológicas importantes. Algunos de los efectos que han identificado los expertos incluyen:
La psicóloga Júlia Pascual Guiteras, representante del Colegio Oficial de Psicologia de Catalunya, enfatiza la importancia de vestir a los niños de acuerdo con su etapa de desarrollo.
"Cada edad tiene su propio ritmo de crecimiento y aprendizaje. La ropa infantil debe ser funcional, permitirles moverse cómodamente y fomentar su creatividad y autonomía", indica Pascual.
Para ayudar a los padres, aquí hay algunas recomendaciones para elegir la ropa infantil:
1. Priorizar la comodidad: Optar por telas suaves, transpirables y fáciles de lavar. La ropa cómoda permite a los niños moverse libremente y disfrutar de su entorno.
2. Fomentar su autonomía: Permitir que los niños elijan parte de su vestimenta dentro de opciones apropiadas para su edad. Esto les ayuda a desarrollar confianza y sentido de identidad.
3. Evitar prendas que limiten su movilidad: Ropa demasiado ajustada, zapatos incómodos o accesorios innecesarios pueden impedirles jugar y explorar su mundo con libertad.
4. Balance entre estilo y funcionalidad: Si bien es válido querer que los niños se vean bien, es importante que su vestimenta también sea práctica y adecuada para su edad y actividades.
Vestir a los niños como adultos puede parecer inofensivo, pero diversos expertos advierten que puede afectar su desarrollo emocional, social y físico. Es importante que los padres prioricen la comodidad, la funcionalidad y la autonomía de los niños al elegir su vestimenta. Cada etapa de la infancia debe ser disfrutada plenamente, sin apresurar su crecimiento a través de la ropa.
Sí, ya que pueden sentirse presionados a verse bien en lugar de enfocarse en su bienestar y desarrollo. También puede generar inseguridad si no reciben la aprobación de los demás por su apariencia.
Lo ideal es elegir ropa cómoda, resistente y adecuada para su edad. Prendas de algodón, calzado flexible y diseños que les permitan jugar y moverse libremente son la mejor opción.
No, siempre que se les ofrezcan opciones apropiadas. Permitir que elijan su vestimenta les ayuda a desarrollar autonomía y confianza en sí mismos.
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