Mindfulness para niños: todo lo que necesitas saber

16 Jan 2023
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¿Qué es el mindfulness para niños? ¿Qué beneficios tiene y en qué mejoran los niños que practican el mindfulness? Te lo explicamos y te detallamos algunos ejercicios para empezar a practicarlo con tus hijos. ¡Toma nota!

¿Te has preguntado alguna vez en qué consiste el mindfulness para niños? Se trata de una disciplina que tiene como objetivo despertar la curiosidad y la atención infantil. La idea es que el niño consiga conectar con el mundo exterior desde un yo interior receptivo y relajado, fomentando la psicología infantil.

A través de la práctica de mindfulness, entre otras muchas cosas, los niños aprenden a estar presentes, a prestar atención, a empatizar con los demás y con uno mismo, y a ser amable.

¿Qué es el mindfulness para niños?

El mindfulness para niños es una disciplina que tiene como principal objetivo mejorar algunas capacidades infantiles desde edades tempranas, como la empatía, la calma y la gestión de las emociones. También ayuda a iniciar a los niños en el mundo de la meditación, algo que les brinda la oportunidad de conectar con ellos mismos. El propósito final de dicha disciplina es que los niños sean más hábiles a la hora de desenvolverse en su entorno.

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¿En qué mejoran los niños que hacen mindfulness?

El principal beneficio de la práctica de mindfulness desde la infancia se puede observar en el desarrollo infantil. Y es que los ejercicios de respiración, meditación y atención plena que se realizan con esta disciplina facilitan el buen desarrollo de las capacidades infantiles. De hecho, son muchas las escuelas de todo el mundo que han incluido esta práctica en las aulas por todos los beneficios que conlleva.

Es importante, eso sí, que el mindfulness se empiece a realizar a edades tempranas como una costumbre diaria. Así pues, si desde los tres o cuatro años los niños empiezan con la práctica de mindfulness, los beneficios a largo plazo serán más y de gran calidad.

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Países como Reino Unido, Canadá, Holanda, Estados Unidos o Australia contarán con el mindfulness en los planes docentes a partir de 2020 en todos los centros educativos. De momento, se está introduciendo de manera progresiva en las escuelas infantiles: la intención es aprovechar la edad en la que el cerebro del niño es mucho más receptivo.

La edad en que se empieza a introducir esta disciplina en los niños suele ser a los tres años. Se trata de una edad idónea para lograr que el niño obtenga los máximos resultados. Entre los muchos beneficios del mindfulness, destaca la capacidad para focalizar mejor la atención hacia determinados estímulos, una mayor capacidad de concentración, aprender a gestionar las emociones, fomentar la empatía hacia los demás y hacia uno mismo y enseñar a relajarse y aprender a estar en silencio.

Algunos ejercicios pensados para niños

Estos ejercicios están pensados para niños a partir de los tres años.

Ejercicio 1: ser un superhéroe o una superheroína

Este ejercicio pretende potenciar la capacidad de atención del niño. En primer lugar, se le debe decir al niño que adopte una postura de "poder", como si fuera un superhéroe: de pie, con la espalda recta, los brazos en jarras y los ojos bien cerrados.

Es entonces el momento de intentar que desarrolle sus sentidos al máximo. En silencio, deberá escuchar todo sonido que le envuelve durante cinco minutos. Conseguirá, así, estar atento y relajado a la vez.

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Ejercicio 2: aprender a respirar

Este ejercicio tiene como objetivo enseñar al niño a respirar correctamente. Un buen momento para practicarlo es justo antes de acostarse. Y es que, a través de la respiración, el niño se relajará.

En primer lugar, el niño debe agarrar un peluche o un muñeco y colocarlo en su abdomen. A continuación, debe tomar aire por la nariz contando hasta cuatro y fijándose en cómo el abdomen asciende y con él, su peluche. Deberá contenter el aire tres segundos y, después, exhalar por la boca viendo cómo el peluche se hunde hacia abajo.

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Ejercicio 3: identificar emociones

Este ejercicio ayudará al niño a identificar sus emociones. Para realizarlo, se llevará a cabo el juego de los meteorólogos, que consiste en que el niño cierre los ojos y el padre o la madre le pregunten: "¿Qué tiempo hace en mi interior?" El niño deberá responder si es soleado, si llueve, si hay tormenta...Y los padres serán los encargados de ayudarle a identificar cada emoción con un tipo de tiempo: el sol es que está bien, la lluvia que está triste, la tormenta que está enfadado, etc.

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Ejercicio 4: darse cuenta de las cosas

Este ejercicio se puede realizar fácilmente mientras se pasea con el niño, se va de compras, etc. El objetivo es conseguir que el niño aprenda a observar a su alrededor y a darse cuenta de las cosas.

Se trata de que la madre o el padre inicien el juego diciéndole al niño "Me doy cuenta de..." o "Veo que...". El niño deberá terminar la frase explicando algo que ve en la calle, en el parque, etc. y que le llama la atención. Por ejemplo, el niño puede responder: "Me doy cuenta de que ha pasado una niña que parece muy contenta" o "Me doy cuenta de que escucho a un perro ladrando a lo lejos".

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Ejercicio 5: potenciar la concentración

Este ejercico para estimular la capacidad de concentración del niño es muy bonito, ya que consigue estrechar los vínculos afectivos entre las personas que lo realizan, ya sean padres, hermanos o amigos.

Para empezar, el niño deberá sentarse junto a otra persona, amigo, hermano o padre, uno frente a otro. Durante un tiempo deberán mirarse a los ojos sin perder el contacto.

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Ejercicio 6: aprender a relajarse

Este es un ejercicio que cada vez se utiliza más en la práctica de mindfulness. Se trata de iniciar el niño en la meditación imaginando que es una rana y adopte su postura.

A continuación, deberá concentrarse únicamente en respirar y en ver cómo aumenta y disminuye su abdomen. Así se conseguirá que esté atento y centrado en respirar. Ello permitirá tranquilizar y relajar al niño.

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Ejercicio 7: el frasco de la calma

El frasco de la calma es un ejercicio de mindfulness que procede de una de las técnicas educativas más conocidas del método Montessori. Básicamente, se trata de un bote relleno de diamantina y agua que está diseñado para ayudar al niño a reducir los estados de ansiedad o enojo.

Lo que se hace es que el niño, cuando se enfada o hace un berrinche, el padre o la madre le invita a relajarse, siempre en su compañía. Para ello, debe tomar el frasco de la calma y concentrarse en la diamantina del frasco y en sus relajantes movimientos. Así, mientras se calma al observarlo, poco a poco el niño podrá pensar con mayor nitidez y más calmado. En este momento, será más fácil hablar con papá o mamá del motivo del enfado y buscar soluciones juntos.

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Ejercicio 8: comer una uva 

Este ejercicio consiste en comer una uva o cualquier otra fruta con el fin de observar y fijarse en aquello que se ingiere. Hay que prestar atención a su aroma y ser consciente de su sabor, sin hacerlo rápidamente, sino todo lo contrario.

En primer lugar, el niño deberá agarrar la uva en la palma de la mano y observarla. Deberá sentir su textura en la mano y fijarse en su aspecto. A continuación, el niño deberá oler la uva, deberá acercársela a los labios y pasarla por ellos sin comerla todavía. Una vez empiece a masticar, el niño deberá hacerlo lentamente, experimentando realmente el acto de masticar una sola uva, su sabor real.

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REDACTORA MI BEBÉ Y YO. Coordinadora de la sección Mujer Hoy, y experta en embarazo, bebés y niños.