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¿Qué significa tener un amigo imaginario?
Todo lo que debes saber sobre la figura del amigo imaginario:¿qué es realmente un amigo imaginario? ¿Qué debo hacer si mi hijo tiene un amigo imaginario? ¿Cuándo debo preocuparme si mi hijo tiene un amigo imaginario? ¡Todas las respuestas a las preguntas más frecuentes sobre el amigo imaginario!
Se considera que cerca del 60% de los niños de entre tres y ocho años tienen, durante un cierto periodo de tiempo, un amigo imaginario, fruto de la fantasía. Los padres se suelen alarmar y temen que el pequeño se aísle de los demás niños. Sin embargo, se trata de un temor infundado.
¿Por qué algunos niños tienen amigos imaginarios?
En torno a los dos años y medio, pero más generalmente hacia los tres, surge, de forma prepotente, el imaginario del niño. Su mente elabora fantasías, cada vez más complejas, que, cerca de los tres años y medio-cuatro años, a menudo dan vida al amigo imaginario.
Fruto de una proyección de sí mismo, este misterioso amigo puede ser un niño o una niña, puede tener pocos años o ser un adulto, puede llegar de un cuento, de los dibujos animados o de un encuentro en la calle o durante unas vacaciones. También puede ser un animal, un trozo de tela o un muñeco estropeado.
En todos los casos, el niño le atribuye un alma, un pensamiento y una capacidad para escuchar y para actuar.
El amigo imaginario es un compañero de juegos fiel, paciente e incansable. Se trata de una figura que le proporciona seguridad y que normalmente acompaña al niño hasta los seis años. Después, el amigo imaginario deja lugar a un amigo del alma de carne y hueso.
Los expertos también aseguran que inventar la presencia de un amigo es expresión de creatividad y de fantasía. Son dos características propias de la inteligencia, que son muy valiosas. Los niños que construyen ese personaje invisible saben mejor que los demás combatir el aburrimiento. También afrontan positivamente los momentos en los que no hay nadie con quien jugar.
¿Cuándo preocuparse por un amigo imaginario?
Muchos padres y madres se sienten culpables cuando se dan cuenta de que su hijo habla con alguien que no existe. Interpretan esa actitud como la consecuencia de una exagerada soledad, debido al poco tiempo que pueden dedicar a su hijo. En realidad, el amigo imaginario debe acogerse como una buena señal de equilibrio y de un correcto desarrollo personal, excepto en raras ocasiones.
El amigo imaginario sale de la vida del niño unos tres años después de su aparición, aunque se considera normal su permanencia hasta los 10-11 años. Si, después de los 11 años, el niño continúa “viéndose con él” y al mismo tiempo se aísla de los niños reales de su edad, rechazando la socialización con ellos, es posible que exista una problema.
¿Qué debo hacer si mi hijo tiene un amigo imaginario?
El amigo imaginario debería ser tratado con la máxima indiferencia. No es aconsejable alimentar esta fantasía, invitando al niño a acordarse de él cuando no lo tiene en mente.
Asimismo, está absolutamente desaconsejado mostrarse contrariado por este amigo singular. Pero todavía, es reírse del pequeño cuando se dirige a él, o hacer de ello un tema de conversación o de diversión con los amigos. Las fantasías que el niño nos confía son secretos que se deben tratar con toda la reserva, la discreción y el respeto que se merecen.
En otras palabras, a este personaje que, algunas veces, personifica el “yo” ideal, otras, el niño malo o incluso el genio (depende del estado de ánimo del momento) no hay que darle demasiada relevancia, al menos oficialmente.
No obstante, puede ser útil escuchar las conversaciones mantenidas entre el niño y su amigo imaginario. De hecho, nos pueden ayudar a descubrir sus miedos, sus deseos y sus curiosidades no satisfechas. El amigo imaginario puede revelar a los padres muchos aspectos secretos del carácter, la personalidad y la vida interior de su hijo, que, a esta edad, no podría expresar de otra forma.
¿Cuándo una persona tiene un amigo imaginario?
Para entender mejor el papel del amigo imaginario, pongamos un ejemplo. Pablo, de cuatro años y medio, era un niño muy vivaz. Por tanto, siempre se metía en muchos líos. En un momento dado, a su lado surgió, invisible a los ojos de los demás, pero muy vivo en la imaginación de Pablo, un cierto Roy.
Roy, según las descripciones de Pablo, era bastante maleducado, insolente, buscapleitos y tramposo. De edad no bien precisa, pero absolutamente travieso, Roy, a partir de aquel momento, es el culpable de cualquier travesura y desobediencia. ¿Un vaso roto? Ha sido Roy. ¿El hecho de mostrarse caprichoso antes de ir a la cama? Es culpa de Roy, que no quería acostarse.
La mamá de Pablo, cansada de este Roy, que sugiere a Pablo estos malos comportamientos y que hacía, cada día, al menos un par de travesuras, se muestra decidida a afrontarlo. Quería hablar con Roy, decirle que no se portaba bien y ponerle de patitas en la calle. Pero no fue necesario hacerlo. Pensó que era Pablo quien debía despedirse de Roy y, desde aquel día, todo fue mejor en casa. Pablo fue muy claro con Roy: debes irte porque contigo no consigo portarme bien.
(Extraído del relato de una mamá)