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La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se localiza en el cuello, en concreto, debajo de la nuez de Adán. Esta glándula tiene como función principal producir las hormonas tiroideas, la tiroxina y la triyodotironina, encargadas de controlar el metabolismo, la temperatura del cuerpo y el ritmo cardíaco, además de otros aspectos del organismo, como los músculos y los huesos, y, en el caso de las mujeres, el ciclo menstrual.
Popularmente, se suele ignorar la importancia de la tiroides durante el embarazo, a pesar de que, durante esta etapa, es la segunda causa de patología endocrina. Entre las alteraciones más frecuentes de la tiroides, se encuentran:
Hipotiroidismo: se reduce la producción de hormonas, lo que suele suceder en el 1% de las gestaciones.
Hipertiroidismo: se produce una cantidad excesiva de hormonas.
A estas dos alteraciones, hay que añadir la tiroiditis, que es una inflamación de la glándula que ocasiona los cuadros de hipotiroidismo e hipertiroidismo.
La tiroxina de la madre (hormona T4 tiroidea) es importante para el desarrollo cerebral del feto, sobre todo, durante el primer trimestre de embarazo.
No se suele percibir externamente, pero la tiroides puede aumentar su tamaño en torno al 10% durante la gestación. Y no es lo único que cambia; también aumenta la cantidad de hormonas tiroideas, alrededor de un 50% más, con el objetivo de cubrir los requerimientos de la embarazada y el feto.
La glándula tiroidea fetal empieza a producir su propia hormona en el segundo y el tercer trimestre de gestación. Por este motivo, es tan importante la hormona tiroidea de la futura madre durante el primer trimestre de embarazo. No obstante, en el segundo y el tercer trimestre, sigue siendo crucial, ya que contribuye a aumentar los niveles hormonales dentro del feto.
Se trata de una alteración de la glándula tiroides, que produce menos hormonas tiroideas. Esto puede deberse a diferentes causas:
El hipotiroidismo afecta tanto a las mujeres embarazadas con esta enfermedad como al feto. En concreto, las embarazadas pueden sentir una serie de síntomas, que son fáciles de confundir con los propios de la gestación. Entre ellos, podemos destacar:
Por otra parte, el hipotiroidismo puede conllevar ciertas consecuencias para el feto. Lo más importante es que el hipotiroidismo está relacionado con un aumento en el riesgo de pérdida fetal, malformaciones fetales, patología del desarrollo y función placentaria (aumento de tensión arterial, retardo de crecimiento fetal), anemia y hemorragia posparto.
El hipertiroidismo es otro de los posibles trastornos durante el embarazo. En este caso, existe una gran cantidad de hormona tiroidea. Esto puede ocurrir de manera temporal debido a la propia gestación o por una causa autoinmune.
Hay que tener en cuenta que, durante el embarazo, se produce una tormenta hormonal. En este sentido, las hormonas placentarias pueden influir en la producción de la hormona tiroidea. De hecho, la propia hormona que nos sirve para el diagnóstico del embarazo en los test empleados, la HCG (hormona gonadotropina coriónica), puede estimular a la glándula tiroidea materna, sobre todo, durante el primer trimestre, y producir estos cuadros transitorios de hipertiroidismo.
Los principales signos de hipertiroidismo en embarazadas son los siguientes:
Afortunadamente, todos estos trastornos causados por el hipotiroidismo y el hipertiroidismo pueden disminuir o desaparecer si se lleva a cabo un buen control y tratamiento durante el primer trimestre de embarazo.
Para obtener una producción extra de hormonas tiroideas durante el embarazo, es fundamental que la futura mamá disponga de unos niveles de yodo adecuados. Y es que el déficit de este nutriente durante la gestación se ha asociado a la presencia de:
Lamentablemente, el 5% de las mujeres presenta una cantidad deficiente de yodo, a pesar de que resulta sencillo evitarlo: es suficiente con recurrir a una suplementación de yodo en la sal para que descienda la probabilidad de padecer hipotiroidismo en la madre y el feto.
Por este motivo, es necesario suplementar el aporte de yodo mientras la mujer está en búsqueda de gestación y también durante el embarazo, y así evitar problemas para el correcto desarrollo fetal.
Dr. Ángel Lorenzo Álvarez, Ginecólogo de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional.
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