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Diástasis abdominal en el embarazo y posparto
Después del embarazo y el parto, los músculos abdominales pueden sufrir una separación en la zona central, que es lo que se conoce como diástasis abdominal. Te explicamos por qué se produce y cómo tratarla si es necesario.
Virginia Cortés Rodríguez.
Especialista del Hospital Universitario La Paz y Vocal de la Asociación de Matronas de Madrid.
Supervisión científica.
La diástasis abdominal, también llamada diástasis de rectos, es la separación de los músculos rectos del abdomen, como consecuencia de una excesiva distensión y el consiguiente daño en los tejidos que unen esos músculos normalmente.
Aunque no es una patología exclusiva en mujeres gestantes, se observa muy frecuentemente en el embarazo, ya que se calcula que la mayoría de las embarazadas la sufren en el tercer trimestre de gestación, debido al debilitamiento de la pared abdominal durante el mismo. Se considera algo fisiológico durante el embarazo y el puerperio inmediato, pero hay que valorar su recuperación.
La distancia entre estos músculos aumenta alrededor de las 14 semanas de gestación y continúa aumentando hasta el parto. Es por ello por lo que, en este artículo, hablaremos concretamente de la diástasis abdominal del embarazo.
(Te interesa: Todo lo que debes saber del posparto)
¿Qué es la diástasis en el embarazo, o de rectos, y cómo se detecta?
Los músculos rectos se distribuyen a los dos lados del abdomen y conforman lo que se conoce como “cuadritos”. Estos músculos están unidos entre sí mediante un tejido conectivo fibroso compuesto de colágeno. Sin embargo, en algunas etapas, como la del embarazo, este tejido de unión puede modificarse de manera fisiológica por dos causas: hormonales, que hacen que los tejidos sean más elásticos y estructurales, y debido al crecimiento del bebé en el interior del útero, que hace que a su vez el abdomen de la mamá aumente.
La función de los músculos rectos es mantener el organismo erguido, hacer posible la flexión del tronco, además de intervenir de manera activa en la respiración.
Asimismo, las paredes abdominales son unas estructuras que repercuten en otras zonas del cuerpo, especialmente afectadas por el embarazo y el parto, como es el suelo pélvico. Por lo tanto, su adecuada recuperación va a ser clave para la recuperación del suelo pélvico en el posparto.
La mayor recuperación de la diástasis abdominal ocurre de forma natural en las primeras ocho semanas tras el parto. Tras este periodo, continúa avanzando por fases.
Todo este proceso es fisiológico y es importante saber cuándo hablamos de diástasis abdominal patológica a causa del embarazo, la cual debe valorarse por el profesional adecuado y tratarse en consecuencia.
A la izquierda, ejemplo de diástasis abdominal de rectos
Consecuencias de la diástasis abdominal a causa del embarazo
Las consecuencias de la diástasis abdominal que ocurre por el embarazo pueden ser estéticas y funcionales.
- Descolgamiento y flacidez de la zona abdominal de la mamá. Esto puede ocasionar una alteración de la imagen corporal en la madre y que sienta rechazo por su cuerpo.
- Posible abultamiento del centro del abdomen al realizar esfuerzos o determinados gestos (al faltar una contención para las zonas internas).
- Disfunciones del suelo pélvico: incontinencia urinaria, prolapso, dolor pélvico, dificultades en las relaciones sexuales, etc.
Como ves, las consecuencias impactan en todas las esferas de nuestra vida, por lo que es importante que acudas a la revisión posparto con tu ginecóloga(o). Ella hará una valoración completa de tu suelo pélvico y la diástasis, con la finalidad de asesorarte sobre la rehabilitación en tu caso concreto.
Tratamientos para la diástasis abdominal debida al embarazo
En primer lugar, hay que decir que la diástasis abdominal, una vez que se produce, es muy difícil de recuperar por completo, pero no es imposible, requiere esfuerzo y constancia en llevar a cabo las recomendaciones que tu ginecóloga te dará.
Difícilmente, el abdomen de la mamá que ha sufrido diástasis de rectos después del embarazo volverá a tener el aspecto anterior a la gestación. Sin embargo, se pueden tomar algunas medidas para mejorar su aspecto y, en última instancia, si el caso es especialmente problemático, se puede recurrir a la cirugía.
Algunas formas de recuperación de la diástasis abdominal posparto son:
- Realiza abdominales hipopresivos específicos. Te aconsejamos recurrir a la ayuda de un profesional en gimnasia hipopresiva, que te recomiende los ejercicios específicos que puedan ayudarte a recuperar el tono y a reforzar la zona. Es posible que tu ginecóloga, en los talleres posparto, lleve a cabo esta actividad, ¡pregúntale!. Por el contrario, los abdominales tradicionales no están recomendados, puesto que pueden dañar el suelo pélvico de la mamá, ya de por sí debilitado. Para poder realizarlos, es necesario tener un buen control de todo el core.
- Evita todos los esfuerzos que puedan presionar el abdomen, como cargar pesos, pujar mucho cuando vas al baño o levantarte de la cama sin ponerte de lado antes. Tu ginecóloga te enseñará cuál es la forma correcta de realizar estas acciones.
- Evita el estreñimiento con una alimentación adecuada. Así evitarás castigar más a tu suelo pélvico, además de esfuerzos excesivos.
- Recupera tu abdomen todo lo posible antes de un segundo embarazo.
- Existen fajas específicas para la diástasis abdominal, que no deben utilizarse durante un tiempo excesivo, ni deben utilizarlas todas las mujeres. Tu médico te asesorará sobre si es conveniente en tu caso concreto.
- En los casos más graves o problemáticos, se puede recurrir a técnicas de fisioterapia, electroestimulación y, incluso, a la cirugía.
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