Cuidados y salud de bebés y niños en verano, con Lucía mi pediatra

13 Dec 2023
consejos verano cuentos

Te ofrecemos los consejos de Lucía mi pediatra para disfrutar del verano con bebés y niños de una forma segura, sabiendo cómo actuar ante determinados trastornos típicos de esta época del año, y creando también recuerdos bonitos que perdurarán para siempre en nuestros hijos.

Lucía Galán, más conocida como Lucía mi pediatra, nos presenta Cuentos de verano, una nueva colección de cuentos para compartir con los más pequeños de la casa, con el fin de que entiendan mejor cómo funcionan su cuerpo y su mente durante el verano.

Hablamos con ella sobre los temas principales del libro, desde las enfermedades más frecuentes durante la temporada estival, como la laringitis, hasta consejos para prevenir accidentes en la alberca e indicaciones de emergencia ante la picadura de una medusa. ¡Toma nota de todos sus consejos!

En el primer cuento, Lola, la protagonista, se pone malita con mucha tos. Diagnóstico: laringitis. ¿Es normal tener laringitis en esta época del año? ¿Cómo podemos reconocerla y tratarla?

La laringitis es una enfermedad muy estacional, que se da con mucha frecuencia al inicio del verano y al inicio del invierno.

Se caracteriza por una inflamación de la laringe, que se acompaña de una tos perruna, muy característica de esta patología. Los pediatras siempre decimos que la laringitis es esa enfermedad que diagnosticamos ya desde la salita de espera, solo por escuchar toser al niño.

Si la inflamación progresa, el niño se queda afónico, pierde la voz y, por la noche, en muchas ocasiones, puede tener una dificultad respiratoria importante.

Cuando el niño empieza con afonía o con esa tos perruna, la primera medida es darle una dosis de antiinflamatorio, porque el medicamento tarda entre 20 y 30 minutos en hacer efecto.

Después, recomendamos que los padres abran la ventana o saquen al niño al para que respire la humedad de la calle, o que abran la puerta del refrigerador para que respiren el vaho frío del interior. La humedad hace que la laringe se desinflame y les alivia bastante.

Si el pequeño no mejora en media hora, entonces sí que hay que acudir a urgencias, porque, a veces, esa inflamación va a más y se produce un cuadro obstructivo que puede poner en riesgo la capacidad respiratoria del niño, y hay que dar tratamiento hospitalario.

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En otro de los cuentos, hablas de la importancia de protegernos del sol. ¿Nos podrías dar algunos consejos para proteger la piel de los niños de los rayos solares?

Se estima que hasta un 80% de los casos de cáncer de piel se podrían evitar si protegiésemos adecuadamente a la infancia.

Los padres deben saber que la piel tiene memoria. Ningún niño va a tener cáncer de piel cuando es pequeñito, pero la radiación solar se va acumulando y es, al cabo de unos años, cuando salen las lesiones malignas. Y es que el melanoma es uno de los cánceres más agresivos que existen.

¿Cómo podemos proteger a nuestros hijos del sol? Con cremas específicas para niños. Entre los seis meses y los dos años, recomendamos cremas con filtros minerales o físicos, y, a partir de los dos años, podemos utilizar cremas con filtros químicos o mixtos. Tienen que ser cremas de muy alta protección (SPF 50+) y se deben aplicar cada 2-3 horas.

También es importante evitar las horas de máximo sol, entre las 12 de la mañana y las 17-17:30 horas de la tarde.

¿Y cómo evitar los golpes de calor, otro de los trastornos típicos de esta época del año?

Los niños son especialmente sensibles al calor, sobre todo los menores de dos años, ya que su cuerpo no está preparado para condiciones extremas de calor. Además, los bebés no tienen manera de pedir agua ni de salir de una situación peligrosa.

Cuando anuncian olas de calor y hay alerta de altas temperaturas, lo ideal es no salir de casa en las horas centrales del día.

Cuando tengamos que salir a la calle, hay que ofrecerles agua con mucha frecuencia para evitar la deshidratación: si es un bebé pequeñito, se le puede dar el pecho o el biberón más a menudo.

También es importante proteger a los niños del sol con un gorro o con una sombrilla si van en la carriola.

Hay que recordar que nunca hay que tapar la carriola con una muselina o mantita, una práctica que vemos con mucha frecuencia, y que provoca accidentes muy serios en los niños, ya que hace aumentar de forma rápida la temperatura dentro del capazo y, en cuestión de media hora o 40 minutos, el bebé puede tener un golpe de calor y comprometer su vida.

Lo mismo sucede en el interior de los coches: todos los años hay fallecimientos de niños que se quedan solos en un coche o en un autobús. Nunca dejemos a nuestros hijos solos en el coche, aunque creamos que es solo para un momento.

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En esta colección de cuentos, también tratas el tema de la seguridad en el agua. ¿Qué precauciones deben tomar los padres cuando están con sus hijos en la playa o en la piscina?

De acuerdo con la OMS, los ahogamientos son la tercera causa de muerte a nivel mundial, y cada vez son más comunes en menores de 10 años. Son estadísticas que se repiten año tras año. Prácticamente, el 100% de estos accidentes son prevenibles.

¿Cuál es el mensaje? No importa que el niño esté jugando en la orilla y tú estés a diez metros en la toalla. Tienes que estar en la orilla con tu bebé. No importa que tengas a tu hijo con sus flotadores, su chaleco u otro sistema de flotación en la alberca, y tú estés en el borde platicando con más gente. Si tu hijo está en el agua, tú tienes que estar en el agua con él.

Y es que los niños se pueden ahogar en 20 segundos. A diferencia de un adulto, un niño, cuando se está ahogando, no chapotea, no pide ayuda, no grita; simplemente, se hunde. Es lo que llamamos un ahogamiento silencioso, ya que pasa completamente desapercibido.

Los padres también deben saber que un niño pequeño, de unos 15 meses, por ejemplo, se puede ahogar en pocos centímetros de agua, porque se cae boca abajo y no es capaz de levantar la cabeza ni de ponerse de pie por sí solo. El bebé simplemente traga agua y se ahoga.

Hoy en día, el enemigo número 1 en las albercas y en las playas es el celular. Estamos permanentemente conectados; no nos damos cuenta, nos enganchamos, y, en ese tiempo, podemos perder de vista a nuestro hijo. Yo instauraría, como regla de oro, que si vamos a la piscina, a la playa o al río, el teléfono esté siempre dentro del bolso, cerrado con cremallera.

Asimismo, si tenemos piscinas privadas, es importante saber que el vallado de las piscinas evita el 75% de los ahogamientos en niños.

El mayor porcentaje de los ahogamientos en niños lo tenemos en piscinas privadas: los niños se pueden caer en un despiste, y no solo en verano, sino también en invierno.

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Otro de los riesgos cuando vamos a la playa es que te pique una medusa, como le sucede a Lola en uno de los cuentos. ¿Cómo debemos actuar ante una picadura de medusa?

  • Lo primero que hay que hacer es mantener la calma, porque las picaduras de medusa son bastante dolorosas y los niños se ponen muy nerviosos.
  • Nunca hay que lavar la lesión con agua dulce, por ejemplo, con una botella de agua que tengamos a la mano, porque empeora el dolor o la comezón. Tenemos que utilizar para ello agua salada, como el agua del mar.
  • Si hay restos de tentáculos, hay que retirarlos con mucho cuidado con un plástico. Lo ideal sería tener unas pinzas, pero, si no es el caso, podemos utilizar una tarjeta que tengamos en la cartera.
  • Cuanto más pequeñito es el niño, más posibilidad hay de que la lesión sea más llamativa, más intensa. Si son áreas extensas de su cuerpo, conviene que lo valore un pediatra.
  • Si el niño tiene alguna alergia alimentaria o a fármacos, la reacción puede ser más grave. Entonces, es importante acudir a un centro médico.
  • Nunca hay que frotar la lesión; a veces, para aliviar la comezón, frotamos con una toalla, con arena, con nuestra propia mano. Esto puede empeorar la lesión y hacerla más grande.
  • Cuando llegamos a casa, si la comezón es intensa, podemos dar al niño un antihistamínico oral. A veces, también se pueden aplicar pomadas con corticoides.
  • Si vemos que el pequeño presenta mareos, vómitos, náuseas, incluso alteración del estado de la conciencia, tenemos que ir a urgencias porque puede ser una reacción grave.

¿Y en caso de picaduras de mosquitos? ¿De qué forma las podemos prevenir o tratar?

La mayoría de los repelentes de mosquito no los podemos aplicar en menores de 12 meses por cuestiones de seguridad. Por este motivo, siempre recomendamos que los bebés vayan con la piel tapada al atardecer, con ropita de algodón finita, pues es lo que mejor les protege.

Curiosamente, en los niños menores de un año, la reacción que hace el mosquito es menos llamativa, apenas unos pequeños puntitos rojos, que no les suelen picar demasiado. Es como si la naturaleza les protegiera.

A partir de los 12 meses, ya podemos utilizar repelentes de mosquitos, que debemos aplicar cada 2-3 horas sobre la piel del niño.

Asimismo, en casa, podemos tener los mecanismos de enchufe antimosquitos, que son seguros en la infancia y resultan efectivos.

¿Y cómo debemos actuar en caso de picadura?

  • Aplicar una crema corticoide dos veces al día en la zona de la picadura hace que la inflamación baje y al niño no le pique tanto.
  • Si tu peque tiene muchas picaduras, se le puede dar un antihistamínico oral, que reduce la comezón, y que, además, dependiendo del antihistamínico, le puede provocar un poquito de somnolencia, lo que va a ayudar a que el pequeño descanse mejor.
  • También es muy importante lavar las manos del niño con frecuencia, cortarle las uñas y evitar que se rasque en la medida de lo posible, ya que la picadura se puede infectar. Esto lo vemos con muchísima frecuencia.
  • Entonces, aparece una infección que se llama impétigo, que se caracteriza por unas lesiones costrosas, muy grandes, que se van diseminando por el cuerpo. Normalmente, la puerta de entrada suele ser una picadura de mosquito que, el niño, al rascarse, hace que se infecte.

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En otro de los cuentos, Lola y su hermanito Toni viajan por primera vez en avión. ¿Cuál es el mejor medio de transporte para viajar con niños? ¿Qué tener en cuenta cuando se viaja en avión, en auto, en tren…?

Si hablamos de incidencia de accidentes, el medio de transporte más seguro es el avión y el más inseguro, el automóvil. Esto no quiere decir que tengamos que evitar los viajes en coche.

De todos modos, los padres tienen que saber que lo ideal es que los niños viajen en coche a contramarcha hasta los cuatro años o más. Esto disminuye hasta el 80% de las lesiones graves en caso de impacto.

Los niños pueden viajar en avión desde que nacen. Es un medio de transporte cómodo y seguro.

Cuando son muy pequeñitos, recomendamos que, en el momento del despegue y del aterrizaje, los niños estén succionando, porque así aumenta la ventilación en el oído y disminuye el riesgo de dolor. Por ejemplo, les podemos poner al pecho o darles un biberón.

Independientemente del medio de transporte, hay que vestir siempre el viaje en forma de juego. Yo he viajado mucho con mis hijos en tren desde Alicante a Asturias. Entonces, llevaba una mochila llena de juegos y les decía que cada hora cambiábamos de actividad. ¡Eran viajes de diez horas y media! Agotador para un padre, pero ahora que los hijos son mayores conservan un bonito recuerdo de esos viajes.

Un viaje es mucho más que un traslado y, cuando vamos con niños, tenemos que intentar convertirlo en algo especial.

Para finalizar, ¿nos podrías dar algunos consejos para que los papás, las mamás y sus hijos disfruten al máximo del verano y de unas felices vacaciones en familia?

Yo creo que el verano es esa época en la que podemos resetearnos y dedicar a nuestros hijos el tiempo que, muy probablemente, no les podemos dedicar durante el resto del año, por este ritmo frenético que llevamos nosotros y ellos.

Es importante que, en esta época del año, nuestros hijos nos vean más relajados. Que intentemos programar actividades muy enfocadas para la familia, para el descanso, para el disfrute, pidiendo la opinión de todos, y que recuperamos ese tiempo que en invierno muchas veces no tenemos.

Lucía Galán, Lucía mi pediatraCuentos de verano de Lucía mi pediatraLucía Galán Bertrand
Pediatra, escritora y Socio Fundadora y Directora Médica de Centro Creciendo 
www.luciamipediatra.com
@luciamipediatra

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La información de este artículo está extraída del podcast de Mi bebé y yo sobre Consejos para disfrutar del verano con bebés y niños, con la pediatra Lucía Galán. ¿Te gustaría acceder al contenido completo? ¡Conéctate a los podcast de Mi bebé y yo! Están disponibles en Spotify, Google PodcastApple Podcast e iVoox.

REDACTORA JEFE DE MI BEBÉ Y YO. Coordinadora de la sección Opinión Productos Bebés, y especialista en bebés y niños, embarazo y parto.