El método del "fuera de juego" o "time-out" consiste en alejar al niño, después de un comportamiento inaceptable, y de mantenerlo apartado durante un breve período de tiempo. Una separación temporal del niño, que puede tratarse, sencillamente, de mantenerlo en otra habitación, también puede ser útil para que los padres recuperen la calma. Para que el "fuera de juego" tenga un efecto positivo sobre la familia, es importante tener presentes algunos principios:
- No abusar de este tipo de procedimiento: adoptarlo sólo en casos excepcionales, sobre todo cuando el niño es presa de una crisis de enojo, de una
rabieta, y no quiere escuchar razones. Si se abusa, el pequeño podría vivirlo como una incomprensible sustracción de afecto.
- A la hora de aplicar este procedimiento, no se debe gritar al niño: el pequeño debe comprender que no se trata de un castigo, sino de un procedimiento que permite a todos recuperar la tranquilidad.
- Nunca dejar al niño en "fuera de juego" en la oscuridad ni durante demasiado tiempo: para un pequeño de 2-3 años, no se deberían superar los 2-3 minutos.
- Hay que hacer que se sienta querido: demostrárselo diciéndole que estás bien con él y
hacerle muchos cariñitos, una vez que recuperaron la tranquilidad.