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¿Cómo hacer un lavado nasal al bebé y al niño?
¿Los lavados nasales son buenos para el bebé? ¿Qué utilizar: solución salina o suero fisiológico? ¿Se pueden utilizar aspiradores nasales? ¿Cuándo se le puede hacer un lavado nasal a un bebé y cuántas veces es recomendable? ¿Qué pasa si se hace un mal lavado nasal a un bebé? ¡Toma nota!
- ¿Los lavados nasales son buenos para el bebé?
- ¿Qué utilizar: solución salina (agua de mar) o suero fisiológico?
- ¿Qué cantidad de suero hay que utilizar?
- ¿Cómo hacer el lavado nasal a un bebé?
- ¿Se pueden utilizar aspiradores nasales para bebés?
- ¿Cuándo se le puede hacer un lavado nasal a un bebé?
- ¿Cuántas veces es recomendable hacer lavados nasales a un bebé?
- ¿Qué pasa si se hace un mal lavado nasal a un bebé?
- ¿Qué pasa si no sale el agua del lavado nasal?
Acabas de ser mamá o papá y seguramente tienes muchas dudas acerca de si es bueno hacer un lavado nasal al bebé, cómo realizarlo correctamente para no hacerle ningún daño, qué productos debes utilizar para hacer un lavado al bebé y al niño, cuándo es el mejor momento del día y cuántas veces al día hay que hacerlo. ¡Lo encontrarás todo en este artículo!
¿Los lavados nasales son buenos para el bebé?
Los lavados nasales son muy beneficiosos tanto para los recién nacidos como para los niños más mayorcitos que aún no saben sonarse los mocos por sí solos. Estos lavados no suponen ningún riesgo ni para unos ni para los otros, siempre que se realicen de forma correcta.
Hasta los seis meses, los bebés no saben respirar por la boca y solo respiran por la nariz. Por ello, cuando se resfrían y tienen mocos, se les obstruye la nariz muy fácilmente con la consecuente dificultad para respirar. En estos casos, hay que ayudarles con un correcto lavado nasal.
(Te interesa: Respirar por la boca: cómo afecta al desarrollo oral del bebé)
A partir de los seis meses, hay que seguir ayudándoles con los lavados nasales hasta que el niño aprenda a sonarse por sí solo.
¿Qué utilizar: solución salina (agua de mar) o suero fisiológico?
Tanto la solución salina o agua de mar como el suero fisiológico son muy eficaces y seguros para los bebés y los niños si se utilizan de forma segura. Solo se diferencian en su concentración de sal.
En el caso del suero fisiológico, la concentración de sal es del 0.9%. Este suele presentarse en botellas y administrarse con una jeringa sin aguja, o bien en monodosis, que suelen tener un adaptador específico para hacer los lavados nasales.
En el caso de la solución salina o agua de mar, hay dos tipos en función de la concentración salina que tengan:
- La solución salina o agua de mar isotónica, cuya concentración es la misma que la del suero fisiológico.
- La solución salina o agua de mar hipertónica, que tiene una concentración mayor, de hasta un 2-3 %.
Las soluciones salinas o aguas de mar suelen presentarse en sprays nasales con nebulizador, que tienen distintas fuerzas en función de la edad del niño.
La elección de un método o de otro depende de con qué dispositivo los padres se sienten más cómodos Sin embargo, muchos expertos coinciden en que para los bebés hasta los seis meses sería mejor el suero fisiológico o una solución salina (agua de mar) para la limpieza diaria y, a partir de los seis meses, en caso de resfriado y congestión nasal, podría resultar más aconsejable la utilización de una solución salina hipertónica.
Eso sí, para evitar contaminaciones y transportar gérmenes de una persona a otra, lo ideal es usar un envase para cada niño o persona.
¿Qué cantidad de suero hay que utilizar?
Según las indicaciones de la pediatra Anna Estapé, usaremos más o menos cantidad de suero en función de si queremos arrastrar moco de la parte más anterior de la nariz o de si queremos hidratar el moco de la parte posterior.
- En el primer caso, utilizaremos más cantidad y lo aplicaremos con un flujo constante.
- En el segundo caso, con menos cantidad será suficiente, y aplicaremos el suero con muy poca fuerza. Eso sí, debemos vigilar la fuerza que ejercemos para no desplazar el moco hacia los oídos y evitar atragantamientos.
¿Cómo hacer el lavado nasal a un bebé?
Los lavados nasales no suelen gustar a los niños. Todo lo contrario, les suelen incomodar. Por lo que, a la hora de limpiar la nariz a un bebé o a un niño hay que prestar mucha atención a no hacerles daño.
Por tanto, estos son los pasos que deberías seguir a la hora de hacer un lavado nasal al bebé:
- En primer lugar, prepara todo lo que necesitarás para limpiar la nariz del pequeño: suero fisiológico o solución salina (agua de mar), jeringa si la necesitas y gasas. Lo ideal es tener el suero fisiológico o la solución marina a temperatura ambiente para que al pequeño no le resulte tan desagradable.
- No le laves la nariz apenas lo pongas en la cama. Juega un ratito antes con él para que se sienta tranquilo y cómodo.
- Cuando ya esté tranquilito, le puedes envolver con una mantita o con un arrullo, procurando cubrir sus hombros y sus brazos para intentar mantenerlo lo más quieto posible para que, en una posible sacudida, no podamos hacerle daño.
- Con una gasita humedecida retira los posibles mocos secos que el pequeño pudiera tener fuera de la nariz.
- Después, ya acostado, inclina ligeramente la cabecita del bebé hacia un lado. Ten cuidado con no empujarla hacia atrás, pues en este caso la solución podría pasar a la garganta. Si esto ocurriera, tampoco es peligroso.
- Introduce la jeringa o el aerosol en la fosa nasal del bebé que quede arriba. De este modo, el suero o la solución marina fluirán de una fosa nasal a la otra.
- ¡No tapes el orificio que se queda libre, pues hay que mantenerlo destapado para que se elimine el moco!
- Cuando laves la nariz de tu pequeño, no seas brusco en tus movimientos, pero administra la solución de forma decidida, sin miedo, para que el lavado resulte efectivo y hasta que el líquido salga por la otra fosa nasal.
- En este momento, puedes sentar al bebé para favorecer la expulsión de secreciones y limpiarle la nariz.
- Gira la cabecita del bebé hacia el otro lado y repite la misma operación con la otra fosa nasal.
- Ya puedes levantar de nuevo a tu bebé y limpiar los restos de líquido y de moquitos que hayan podido quedar con una gasa.
- Si el pequeño tiene la nariz muy tapada, podemos esperar unos minutos, masajear la zona del esternón y echar de nuevo más suero o solución marina.
A partir de los dos años y hasta que el niño no aprenda a lavarse la nariz por sí solo, puedes utilizar la misma técnica pero con algunas diferencias.
- Sienta al niño entre tus piernas con la espalda tocando tu pecho y colocado un poquitín inclinado hacia delante.
- Sigue los mismos pasos que hemos enumerado anteriormente y dale pequeños golpecitos en la espalda para ayudarle a que expulse los mocos.
Los niños más mayores pueden hacer este proceso por sí solos. Seguramente, parte de los mocos los expulsarán y otra parte puede que se la traguen, pero esto no resulta peligroso.
¿Se pueden utilizar aspiradores nasales para bebés?
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), “no es recomendable usar con tanta frecuencia los aspiradores de secreciones. La presión de succión que producen puede ocasionar sensaciones desagradables en el oído y resecar la mucosa (piel que recubre por dentro la nariz). Así que es mejor limitar su uso: una o dos veces al día, solo si hay mucho moco para aspirar y sin hacerlo de forma brusca”.
¿Cuándo se le puede hacer un lavado nasal a un bebé?
De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría, los lavados nasales se pueden hacer tantas veces como el bebé necesite.
- Se pueden hacer como parte de la rutina de la higiene diaria del bebé, sobre todo, si es muy propenso a sufrir resfriados u otitis.
- O bien cuando el pequeño tiene congestión nasal o mucho moco, ya que es muy útil para ayudar a la expulsión de las secreciones.
¿Cuántas veces es recomendable hacer lavados nasales a un bebé?
En cuanto al momento del día en que es mejor realizar un lavado nasal al bebé, lo mejor es hacerlo cuando el niño está congestionado, tras el baño y antes de ir a dormir (pues les ayuda a aliviar la congestión y descansar mejor) o bien antes de las tomas en los bebés.
De todos modos, hay que recordar que los mocos son un mecanismo de defensa y no hay que insistir para quitarlos a toda costa. Solo se hará cuando dificultan el sueño, la alimentación o si el niño esté muy incómodo.
¿Qué pasa si se hace un mal lavado nasal a un bebé?
Si se siguen los pasos que hemos enumerado anteriormente sobre cómo hacer un lavado nasal al bebé, no tiene por qué haber ningún problema.
De lo único que hay que asegurarse bien es de inclinar la cabecita del niño hacia el lado correcto, pues, si se le administrara la solución marina o el suero fisiológico estando boca arriba, este podría empujar el moco hacia el oído.
¿Qué pasa si no sale el agua del lavado nasal?
Si el suero fisiológico o la solución marina no sale por la otra fosa nasal, no hay que preocuparse. Pueden estar sucediendo dos cosas:
- O bien la cantidad de líquido administrada no es suficiente para llegar hasta la otra fosa nasal, por lo que habrá que seguir introduciendo líquido de forma firme y constante.
- O bien que la cantidad de moco sea tanta que le cueste despejar la nariz, por lo que habrá que seguir insistiendo, también de forma continuada y decidida.