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¿Pueden tomar el sol los bebés? ¡Los consejos de la pediatra!
El sol tiene muchos beneficios para nuestra salud, pero es importante tomarlo con precaución, sobre todo en el caso de bebés y niños, cuya piel es mucho más sensible a los efectos de los rayos solares. Te ofrecemos una guía imprescindible para proteger la piel de los más pequeños del sol de la mano de la pediatra Anna Estapé.
Empieza el buen tiempo, las escapadas al aire libre con la familia, las salidas para disfrutar de los primeros rayos de sol en la playa… Llegado este momento, muchas familias se preguntan cómo deben proteger del sol a sus hijos e hijas, y qué efecto tienen los rayos solares en su piel.
Proteger la piel de los más pequeños de los efectos nocivos del sol es fundamental para evitar lesiones en su piel y problemas de salud en un futuro. Conozcamos los consejos de la pediatra Anna Estapé para adquirir unos hábitos saludables de exposición solar desde bien pequeñitos.
¿Por qué es tan importante proteger a los niños y las niñas del sol?
El sol emite distintos tipos de radiación, entre ellos, la radiación ultravioleta (UV), que se subdivide en UVA, UVB y UVC. La UVC no traspasa la capa de ozono, pero sí lo hacen las otras radiaciones.
Las radiaciones UVA son las principales responsables del envejecimiento de la piel y de la aparición de arrugas y manchas, y las UVB son las causantes de la quemadura solar y del enrojecimiento después de tomar el sol. Ambas están implicadas en el cáncer de piel.
Aunque el cáncer de piel es poco frecuente en los niños, cada vez afecta a gente más joven. Nuestra piel tiene memoria y los efectos negativos de la exposición solar son acumulativos con la edad. Cada quemadura solar que padecemos a lo largo de nuestra vida se va acumulando, aumentado nuestro riesgo de desarrollar cáncer de piel en el futuro.
Además, los niños son mucho más sensibles a estos efectos del sol, ya que tienen una piel más fina, una mayor superficie corporal respecto al peso, menos melanocitos (células que dan color a la piel y la protegen), más facilidad para deshidratarse y un sistema inmunitario que todavía no está completamente desarrollado.
¿Podemos exponer al sol a bebés y niños?
Todas estas características especiales que tiene la piel infantil hacen que los efectos negativos de la exposición al sol se acentúen todavía más. Por este motivo, no debemos exponer directamente al sol a bebés menores de seis meses y debemos limitar la exposición en menores de tres años.
Por otro lado, no se recomienda la aplicación de cremas de protección solar a bebés menores de seis meses: primero, porque no deberían exponerse al sol, y, por tanto, no haría falta ponerles ningún tipo de protección solar; y segundo, porque, como hemos comentado, su piel es mucho más fina y sensible, por lo que es más permeable a todos los productos que le pongamos, aumentando el riesgo de efectos secundarios.
Y si mi bebé nace en verano, ¿qué hacemos?
En este caso, es mejor salir a pasear a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, evitando las horas centrales del día, y buscar la sombra siempre que sea posible. Si al cruzar la calle al bebé le toca momentáneamente el sol, que no cunda el pánico; no pasa nada.
La playa es mejor evitarla. Hay que recordar que, incluso bajo la sombrilla, nos llegan los rayos del sol, tanto los que deja pasar el mismo tejido de la sombrilla como los que nos llegan reflejados de la arena.
La piel de los bebés es súper delicada y requiere de unos cuidados especiales. Cuidar de su piel desde pequeños, protegiéndoles del sol, es uno de los mejores regalos que les podemos dar.
4 tips extra para una correcta protección solar
1. Utilizar el índice UV (índice de radiación ultravioleta). Esta herramienta nos desvela qué nivel de radiación ultravioleta nos llega en un momento concreto del día y en una zona determinada. A mayor UV, mayor riesgo de daño solar. Para conocer el UV, podemos consultar la web de la Dirección de Monitoreo Atmosférico de la CDMX o la app meteorológica de tu celular.
2. Aplicar el protector solar en cantidad generosa, sobre la piel seca. Repetir la aplicación cada dos horas, después del baño, sudar o secarnos con una toalla, e insistir en zonas de fácil olvido, como las orejas, los pies, los bordes del traje de baño, la zona interna de muslos y brazos, y los labios. Las cicatrices deben protegerse con especial atención.
Los estudios indican que nos solemos aplicar entre un cuarto y la mitad de la cantidad de bloqueador que deberíamos.
3. No reutilizar la crema de protección solar del año anterior. El símbolo PAO (Period After Opening) reflejado en la parte posterior de los envases nos indica el período de vida útil desde que se abre el producto por primera vez. Normalmente, suele ser de 12 meses. Esto quiere decir que la crema de protección solar que usamos el verano pasado no nos servirá para este.
4. Usar protector solar todos los días del año, sin importar la estación, y, especialmente, si realizamos actividades al aire libre o acuáticas. ¡Incluso si el día está nublado! Debemos tener en cuenta el efecto multiplicador de superficies reflejantes, como la nieve, la arena o el agua.
Los productos imprescindibles para proteger a bebés y niños del sol en verano
Cuando llega la primavera, recomiendo a todos mis pacientes que empiecen a preparar su kit completo para el verano. ¿Qué debería contener este kit?
Un sombrero
El sombrero del bebé y del niño debe ser, preferiblemente, de ala ancha, que tape nariz, orejas y cuello.
Unos lentes de sol
Los lentes de sol infantiles no son un juguete ni un complemento de moda, sino que tienen un propósito claro: proteger los ojos del sol.
Los ojos de los bebés son más sensibles a la radiación ultravioleta porque su cristalino, que es el encargado de filtrar los rayos, está inmaduro y deja pasar gran parte de la radiación, y esto puede provocar problemas oculares.
Ropa con protección solar
Es una de mis opciones favoritas, ya que protege del sol de forma constante. Su eficacia no disminuye con el paso de las horas, el baño ni el sudor, y ofrece protección desde el mismo instante en que la ponemos. Además, es una alternativa respetuosa con nuestra piel y con el medio ambiente.
Para identificar las prendas con protección solar, debemos buscar el índice UPF (factor de protección ultravioleta). El tipo de fibra, el entramado del tejido, la densidad, el grosor y el color otorgaran un índice UPF. Se considera que una prenda tiene una excelente protección si presenta un UPF de 40 o superior.
Bloqueador o protector solar
El bloqueador para bebés debe tener un factor de protección solar (FPS) 50+, ser de amplio espectro y resistente al agua y al roce.
A partir de los seis meses, se recomienda usar protectores solares con filtros minerales. Los filtros químicos se pueden utilizar a partir de los tres años.
¡RECORDEMOS! Tener unos hábitos correctos de protección solar es indispensable para reducir nuestro riesgo de cáncer de piel y el de los pequeños de la familia.
Dra. Anna Estapé
Pediatra y escritora de cuentos infantiles
(Lía deja el pañal)
www.annaestape.com
@pediatra.annaestape
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¿Eres consciente de la importancia de proteger a tus hijos del sol? ¿Qué medidas de protección utilizas? ¡Déjanos tu comentario!