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El uso de las nebulizaciones en bebés y niños tiene varias causas, desde un asma que no responde al uso del inhalador hasta cuadros graves de tos y de enfermedades respiratorias comunes. Asimismo, el nebulizador infantil representa un instrumento poco invasivo e intuitivo para los peques, pues lo único que tienen que hacer es "respirar".
Lo primero que hay que saber respecto al nebulizador pediátrico es cuáles son las partes que lo conforman, pues en un inicio podría parecer intimidante y complejo de usar.
En realidad, un nebulizador, ya sea para adultos o niños, tiene la siguiente estructura:
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Para asegurar una distribución adecuada del medicamento y evitar que se derrame, la postura a la hora de nebulizar debe ser completamente vertical.
En el caso de las nebulizaciones en bebés, tú tienes el control de la postura y del estado general en el que se encuentre el pequeño. Si le transmites tranquilidad y lo entretienes, será más fácil el tratamiento.
No obstante, si un niño mayor es el que está recibiendo las nebulizaciones, deberás darle las indicaciones de cómo agarrar la mascarilla y de que debe respirar de forma natural para que el medicamento llegue de forma profunda a los pulmones.
Los nebulizadores, como mencionamos al inicio, se utilizan como parte del tratamiento de algunas enfermedades respiratorias, incluidas el asma, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y, en el caso de bebés y niños, en enfermedades que pueden producir cuadros agudos de hipersecreción bronquial -por ejemplo: la bronquitis, bronquiolits y neumonías-. En ocasiones, su uso también se extiende a las laringitis y otitis.
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Aunque los nebulizadores utilicen medicamentos líquidos para funcionar, esto no quiere decir que todos los medicamentos en dicha presentación puedan usarse.
Esos son los fármacos que SÍ se utilizan para nebulizaciones:
Ahora que ya sabes cómo funciona un nebulizador, te damos unos últimos consejos para que el proceso de nebulización sea tranquilo y agradable para tu hija(o).
Mantén al pequeño erguido, de preferencia en tus piernas. Asegúrate de tener todo listo antes de colocarle la mascarilla pediátrica para nebulizar. Puedes poner una mesita que te quede a la altura del abdomen para poner ahí la máquina compresora.
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Cuando vayas a comenzar, coloca suavemente la mascarilla en el rostro de tu bebé. Puede ayudar que le hables y le expliques lo que vas a hacer. Incluso puedes entretenerlo con alguna caricatura o video mientras el medicamento se termina.
Si tu hijo rechaza la mascarilla, puedes ponértela tú y mostrarle que no le va a pasar nada malo. Eso sí, límpiala antes de ponérsela a él.
Conforme tu niña o niño crece, se hará más independiente y podrá sostener por su cuenta la mascarilla del nebulizador infantil, aunque tú siempre deberás supervisarlo. Cuando las nebulizaciones son constantes, puedes hacer lo siguiente para que sean lo más llevaderas posible:
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Si aún tienes dudas respecto al uso del nebulizador infantil, consulta al pediatra de tu hija o hijo y pídele que te muestre físicamente su funcionamiento.
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