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La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas, dos masas de tejido ubicadas en la parte posterior de la garganta que ayudan a combatir infecciones. Aunque cumplen una función protectora, también pueden infectarse, especialmente en la infancia.
En niños, es una de las causas más frecuentes de consulta pediátrica. Puede ser causada por virus (la más común) o por bacterias como el estreptococo beta-hemolítico del grupo A.
Identificar una amigdalitis puede ser sencillo si conoces sus principales manifestaciones:
En algunos casos, también pueden presentarse dolores abdominales o erupciones en la piel, como en la fiebre escarlatina.
Aunque la mayoría de los casos se resuelven con tratamiento sintomático o antibióticos, ignorar una amigdalitis bacteriana puede derivar en complicaciones graves, como:
Si tu hijo presenta amigdalitis recurrentes, dificultad para respirar o tragar, o somnolencia excesiva durante el día, es importante consultar al pediatra.
Tanto las amígdalas como las adenoides pueden agrandarse debido a infecciones repetidas. En algunos casos, este agrandamiento es tal que afecta la calidad de vida del niño.
En estos casos, se puede recomendar una amigdalectomía (extirpación de amígdalas) o adenoidectomía (extracción de adenoides), o ambas.
La cirugía para extraer las amígdalas se realiza bajo anestesia general. Es un procedimiento común y seguro. La recuperación suele durar entre 7 y 14 días. Durante ese tiempo, se recomienda:
Tras la operación, los niños suelen experimentar menos infecciones y dormir mejor si había apnea del sueño.
No siempre se puede evitar, pero hay acciones que ayudan:
La amigdalitis en niños es muy común y, por lo general, no es grave. Sin embargo, cuando se vuelve frecuente, afecta la respiración o la alimentación, puede requerir una intervención médica o quirúrgica. Reconocer los síntomas y actuar a tiempo es clave para evitar complicaciones. Siempre consulta al pediatra ante cualquier duda o cambio en el estado de salud de tu hijo.
¿La amigdalitis es contagiosa? Sí. La mayoría de los casos, especialmente los de origen viral o bacteriano, se transmiten por contacto directo con secreciones respiratorias.
¿Cuándo es necesario operar las amígdalas? Cuando hay infecciones recurrentes, problemas respiratorios como apnea del sueño o dificultades para tragar.
¿Es riesgosa la operación de amígdalas? Es una cirugía segura y común. Como toda intervención, tiene riesgos, pero con seguimiento médico adecuado, las complicaciones son poco frecuentes.
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