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La piel de los niños es más delgada y sensible que la de los adultos, por lo que es más vulnerable a daños por rayos UV. Usar protector solar desde pequeños ayuda a prevenir quemaduras, envejecimiento prematuro y enfermedades como el cáncer de piel.
El FPS (Factor de Protección Solar) indica cuánto tiempo se puede estar al sol sin quemarse. Por ejemplo, un FPS 50 permite estar 50 veces más tiempo al sol sin daños que si no se usara protector. Para niños, se recomienda un FPS de 50 o más.
Evita protectores con fragancias intensas o colorantes, que podrían irritar la piel infantil.
Si planeas llevar a tu hijo a la playa, alberca o actividades físicas, sí o sí debe ser resistente al agua. Pero ojo: "resistente" no significa "impermeable". Aún debe reaplicarse cada 80 minutos o al salir del agua.
Un especialista puede recomendar el producto ideal según:
Consultar a un dermatólogo garantiza una elección segura y personalizada.
Proteger la piel de tu hijo desde pequeño es una inversión a largo plazo. Elegir un bloqueador solar adecuado con FPS 50 o más, resistente al agua y de fórmula suave es esencial para su bienestar. Consulta a un dermatólogo si tienes dudas, y recuerda que el mejor protector solar es el que se aplica correctamente y con constancia.
¿Puedo usar el mismo protector solar que uso yo en mi hijo?
No es lo ideal. Los protectores infantiles tienen fórmulas más suaves y menos irritantes, pensadas para pieles sensibles.
¿Es seguro usar bloqueador solar todos los días?
Sí. Incluso en días nublados, los rayos UV están presentes. Usarlo diariamente protege la piel.
¿A partir de qué edad se puede usar protector solar?
A partir de los 6 meses. Antes de esa edad, se recomienda evitar la exposición directa al sol.
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