Te puede interesar…





































Durante años se ha repetido la creencia de que mojarse bajo la lluvia provoca enfermedades, especialmente resfriados. Sin embargo, los expertos coinciden en que esta idea no tiene base científica sólida. El resfriado común es causado por virus, no por el contacto con el agua de lluvia.
La pediatra española, Gloria Colli, explica que “el frío y el mojarse pueden disminuir un poco las defensas locales”, pero que no causan enfermedades por sí mismos. El contagio ocurre cuando los niños están en contacto con superficies o personas infectadas, generalmente en espacios cerrados.
“El juego al aire libre, incluso bajo la lluvia, puede fortalecer la salud emocional y física si se toman las precauciones adecuadas”, añade la especialista.
El contacto con el agua de lluvia activa todos los sentidos: el tacto de las gotas, el olor a tierra mojada, el sonido del chapoteo. Estas experiencias enriquecen el aprendizaje natural y despiertan la curiosidad.
Jugar bajo la lluvia ofrece un espacio sin reglas rígidas ni estructuras. Los niños inventan juegos espontáneamente: desde carreras de charcos hasta construcciones de lodo. Esto estimula la imaginación y la resolución de problemas.
Diversos estudios afirman que los niños que pasan más tiempo en exteriores tienen menos probabilidades de desarrollar enfermedades respiratorias. La exposición a bacterias naturales del entorno ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
La lluvia tiene un efecto calmante. El sonido del agua cayendo y el movimiento libre permiten liberar tensiones. Es común que niños con mucha energía encuentren en esta actividad una forma saludable de canalizarla.
No todo momento de lluvia es apto para salir a jugar. Aquí algunas recomendaciones para asegurar la experiencia:
Jugar bajo la lluvia debe ser una aventura segura, no una situación de riesgo.
Francesc Mauri, meteorólogo y divulgador, afirma que estar bajo la lluvia genera iones negativos, los cuales favorecen el bienestar emocional. “El cuerpo no sufre, se revitaliza”, explica.
Además, según la pedagogía Montessori y la filosofía Reggio Emilia, el juego libre en la naturaleza permite aprender a través de la experiencia. Esto refuerza la autonomía, la toma de decisiones y la empatía con el entorno.
Jugar bajo la lluvia no solo no enferma, sino que puede ser una de las experiencias más enriquecedoras para tus hijos. Ayuda en su desarrollo físico, emocional y cognitivo, siempre que lo hagan de forma segura. La naturaleza no es enemiga, es una aliada del aprendizaje y la felicidad infantil. Así que la próxima vez que veas llover, cambia el “¡No te mojes!” por un “¡Vamos a jugar juntos!”.
(Tambien te puede interesar: Resfriado en niños: Síntomas, causas y tratamiento)
No. Los resfriados son causados por virus, no por el agua de lluvia. Siempre que se sequen bien y no estén en ambientes fríos por mucho tiempo, no hay riesgo.
A partir de los 3 años, con supervisión, ropa adecuada y evitando condiciones climáticas extremas.
Estimula los sentidos, fomenta la creatividad, fortalece el sistema inmunológico y reduce el estrés.
Te puede interesar…