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La vista es fundamental para el aprendizaje, la coordinación y el desarrollo general de los niños. Problemas no detectados pueden impactar en el rendimiento escolar, el autoestima y la seguridad.
Según la Asociación Mexicana de Oftalmología Pediátrica, errores refractivos como miopía, hipermetropía o astigmatismo son comunes desde la infancia. Detectarlos y corregirlos a tiempo puede marcar una gran diferencia.
1. Se acerca demasiado a las pantallas o libros
Si notas que tu peque se pega al televisor o acerca mucho los libros a la cara, podría estar intentando compensar una visión borrosa.
2. Frunce el ceño o entrecierra los ojos
Estas acciones son una forma de enfocar mejor. Es común en niños con miopía o astigmatismo.
3. Dolor de cabeza frecuente
Los niños que fuerzan la vista pueden experimentar cefaleas, sobre todo después de la escuela.
4. Bajo rendimiento escolar o problemas para concentrarse
Un niño que no ve bien la pizarra o los textos puede perder el interés o parecer distraído.
5. Se frota mucho los ojos
Esto puede indicar fatiga visual o irritación provocada por el esfuerzo ocular.
6. Parpadeo excesivo o inclinación de la cabeza
Inclinar la cabeza o cerrar un ojo al leer podría ser una forma de ver mejor si existe algún tipo de desalineación ocular.
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Los expertos recomiendan:
Evita reemplazar estas revisiones con una simple revisión del pediatra. Solo un optometrista u oftalmólogo pediátrico puede realizar una evaluación ocular completa.
Un doctor evaluará si tu hijo está preparado y qué tipo de lente es mejor según su salud ocular, estilo de vida y nivel de responsabilidad.
Detectar a tiempo si tu hijo necesita lentes puede evitar problemas escolares, sociales y de salud. Observa su comportamiento, acude a revisiones periódicas y consulta con un especialista ante cualquier duda. La visión también se educa y cuidar de ella desde la infancia es una inversión para toda la vida.
Generalmente desde los 10 años, si demuestra responsabilidad e interés. En algunos casos, incluso antes, con supervisión médica.
Miopía, hipermetropía, astigmatismo y estrabismo son los principales.
Sí. Corregir la visión permite que el niño se enfoque mejor en sus tareas y en la pizarra, facilitando su aprendizaje.
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