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Medicamentos infantiles: todo lo que debes saber
El invierno conlleva las típicas enfermedades propias de la época del frío: resfriados, gripa, otitis, tos y dolor de garganta. Pero, ¿es bueno medicar al niño? ¿Cómo debe hacerse? ¿Qué medicamentos infantiles son los más adecuados?
Existen muchos medicamentos infantiles en el mercado y es el pediatra quien debe indicar el más adecuado en cada caso. En los niños pequeños, se suele aconsejar la administración del medicamento mediante la formulación de jarabe.
Es importante tener en cuenta que el tratamiento solamente debe iniciarse cuando el pediatra lo indique. No se debe medicar al niño sin que el médico le haya visto.
Tipos de medicamentos para niños
Medicamentos para bajar la fiebre
El paracetamol es el fármaco de primera elección contra la fiebre.
Las normas también permiten el uso de ibuprofeno para el tratamiento de ciertas dolencias después de los seis meses. La dosis varía según la edad y el peso del niño. Es importante recordar que el ibuprofeno no se debe usar en caso de varicela o si el niño está deshidratado. Sea como sea, siempre se debe consultar con el pediatra.
Los broncodilatadores
El ingrediente activo de los medicamentos broncodilatadores es el salbutamol. Se utiliza para tratar y prevenir ataques de asma (estrechamiento de los bronquios que causa gran dificultad para respirar).
Es importante remarcar que el salbutamol puede ocasionar efectos secundarios, como nerviosismo o inquietud.
Aunque ya haya sido administrado al niño, cada nuevo comienzo del tratamiento debe ser acordado con el pediatra, a menos que haya un problema de asma recurrente: en estos casos, el médico indicará a los padres cómo actuar.
Los antihistamínicos
Principalmente se usan en gotas, en el caso de la urticaria, la dermatitis atópica, la rinitis alérgica y siempre que se necesita luchar contra la histamina, una sustancia que se libera del organismo cuando viene en contacto con un alérgeno que provoca la aparición de ojos llorosos.
Se debe tener en cuenta que los antihistamínicos no ocasionan efectos secundarios importantes. Pueden causar cierta somnolencia.
La cortisona
Se utiliza principalmente a través de la inhalación (aerosol), para tratar el asma alérgica y cada vez que hay una dificultad en la respiración debida a la hiperreactividad de los bronquios que causa la contracción.
La cortisona también se puede utilizar en forma de crema para tratar la dermatitis atópica (aplicar en pequeñas cantidades en eczema) o para la dermatitis del pañal.
Se trata de fármacos seguros. Sin embargo, puede resultar perjudicial si se administra durante largos períodos.
Los antifúngicos
Se pueden utilizar desde los primeros meses del bebé, cuando la dermatitis del pañal se puede complicar por una infección por cándida (aparición de puntos rojos en la piel). Los antifúngicos se administran a través de ungüentos.
Normalmente, se aplican a los dos días siguientes tras la aparición de los hongos. Se recomienda aplicarlos mediante un suave masaje en la piel hasta la absorción completa. Es recomendable ejecutar la tarea con los guantes de látex (para evitar que los dedos absorben el producto).
Medicamentos infantiles: siempre bajo prescripción médica
Sea cual sea la situación, existe una regla de oro en el campo de la pediatría y es la de no administrar nada al niño sin haberlo consultado primero con el pediatra.
Cierto es que existen ciertas excepciones, como el caso del paracetamol, que se utiliza para bajar la temperatura del pequeño cuando tiene fiebre y que las madres aprenden a manejar siguiendo las indicaciones que el pediatra les da.
Para el resto de medicamentos queda totalmente prohibida la práctica de "administración sin receta médica". Y esto también se aplica a aquellos medicamentos que, a veces, se administran a los niños con la creencia de que son inofensivos. ¿Cuáles son? Te los detallamos.
La aspirina
El ácido acetilsalicílico que contiene la aspirina no se debe administrar a los niños antes de los 12 años de edad. De lo contrario, este ingrediente activo, especialmente cuando se administra en caso de gripa u otras enfermedades causadas por virus, puede determinar la aparición del síndrome de Reye, una enfermedad grave que afecta el hígado y el cerebro.
(Te interesa: La aspirina infantil: por qué está contraindicada)
Mucolíticos
Son los medicamentos que se administran para disolver las flemas y facilitar la expulsión del moco.
Lo aconsejado es no utilizarlos antes de los dos o tres años de edad, ya que podrían provocar una obstrucción de los bronquios, provocando dificultad para respirar. En su lugar, es mejor utilizar el agua.
Descongestionantes de la nariz
Se utilizan para ayudar a respirar mejor al niño, pero no se recomienda utilizarlos antes de los 12 años de edad. El riesgo es que alteran la membrana mucosa de la nariz. En su lugar, es mejor utilizar una solución salina, mucho más apropiada y siempre siguiendo los consejos del pediatra.
Medicamentos para la tos
Son medicamentos que bloquean el reflejo de la tos al actuar sobre el cerebro y no se deben utilizar en niños menores de dos años. Podrían tener un efecto perjudicial sobre el cerebro y afectar el centro de la respiración. En su lugar, lo ideal es utilizar vapor natural; por ejemplo, el que queda en el baño tras la ducha.
Los laxantes
Está totalmente prohibido utilizarlos a lo largo de la infancia, ya que pueden causar una severa irritación de los intestinos. En relación con los problemas de salud relacionados con el intestino, es mejor optar por remedios naturales, como frutas y vegetales.