Infecciones vaginales: causas, síntomas y tratamiento
Infecciones vaginales: causas, síntomas y tratamiento
5 Jul 2024
Las infecciones vaginales son de los trastornos más comunes que afectan a las mujeres de todo el mundo, principalmente al grupo de entre 15 y 44 años de edad. En este artículo te explicamos qué es una infección vaginal, cuáles son sus síntomas, qué tipos hay, sus causas y el tratamiento adecuado.
Una infección vaginal se define como el desequilibrio de la flora vaginal ocasionado por la presencia de bacterias, hongos, parásitos u otros microorganismos dañinos.
Se estima que cerca del 90% de la población femenina a nivel mundial ha padecido una o más infecciones vaginales a lo largo de su vida, por lo que, si bien son infecciones que deben tratarse a tiempo para evitar complicaciones posteriores, no representan un riesgo grave ni mortal.
¿Qué es la vaginitis?
También conocida como vulvovaginitis, es la inflamación o irritación de la zona genital -puede ser externa (vulva) o interna (vagina)- ocasionada, en la mayoría de los casos, por una infección.
Hay 3 tipos de vaginitis frecuentes.
1. Vaginosis bacteriana
La vaginosis bacteriana ocurre cuando hay una proliferación excesiva de las bacterias que ya habitan la vagina, por lo que ocasionan un desequilibrio en ésta.
En caso de que hayas notado la presencia de flujo atípico, debes saber que el de la vaginosis bacteriana se caracteriza por tener un color blanco grisáceo con un olor muy similar al del pescado.
Comúnmente, la vaginosis se presenta en mujeres en edad fértil que ya hayan iniciado su vida sexual. El microorganismo principal que la ocasiona es la Gardnerella vaginalis y, en este caso, puede considerarse una Infección de Transmisión Sexual (ITS).
Es una infección ocasionada por el hongo Candida albicans, que también habita en la flora vaginal.
Aunque el síntoma principal de la candidiasis es la comezón, el flujo también podría indicarte el tipo de infección vaginal que padeces, así que si notas una secreción blanca y espesa, con una textura similar a la del queso cottage, es posible que se trate de una candidiasis.
3. Tricomoniasis
La tricomoniasis es una infección de transmisión sexual que provoca vaginits. El parásito responsable es el Trichomonas vaginalis y ocasiona un flujo amarillo verdoso, que en ocasiones puede ser espumoso.
Generalmente los hombres son asintomáticos a la tricomoniasis y, cuando se ven afectados, el parásito ataca, de forma principal, a las vías urinarias. Por lo tanto, para un tratamiento exitoso, es necesario que ambos integrantes de la pareja sean medicados.
Además de las características del flujo de cada tipo de vaginitis, las infecciones vaginales ocasionan los siguientes síntomas:
Ardor.
Comezón.
Irritación.
Dolor.
Flujo abundante.
Mal olor.
En algunos casos, disuria (molestias al orinar) y dispareunia (dolor en las relaciones sexuales).
Tratamiento
El tratamiento para enfrentar las infecciones vaginales depende del tipo de infección que se padezca. Además, a la hora de evaluar las opciones, hay que considerar la edad del paciente, así como si se encuentra en estado gestante.
Para un tratamiento exitoso, es necesario seguir las indicaciones del médico tratante y completar el esquema de medicamentos como lo indica la receta médica.
Vaginosis bacteriana: la primera opción de tratamiento es por medio de metronidazol, un antiparasitario que se utiliza en las infecciones que son provocadas por bacterias anaeróbicas y protozoarios. Viene en distintas presentaciones, incluyendo tabletas y crema vaginal.
Candidiasis vaginal: el tratamiento para aliviar la candidiasis tiene una duración promedio de 14 días y es necesaria la administración de un medicamento antimicótico como el fluconazol o el clotrimazol. Para complementar, tu médico también podría indicarte nistatina, un fármaco antifúngico.
Tricomoniasis: al igual que en el caso de la vaginosis, la primera alternativa es el metronidazol o, en su defecto, el tinidazol, otro antimicrobiano. Cabe recordar que para la tricomoniasis, tanto la mujer como su pareja deben recibir el medicamento y evitar cualquier contacto sexual a lo largo del tratamiento.
La duración del tratamiento para la vaginosis y la tricomoniasis es de entre 7 y 10 días, con un promedio de 7 días.
¿Por qué son tan comunes las infecciones vaginales?
Ahora bien, como ya mencionamos arriba, podría decirse que las infecciones vaginales son uno de los trastornos ginecológicos más comunes en la vida de una mujer. ¿Por qué?
En realidad, las causas son múltiples y muy variadas. Incluso algunas de ellas se salen por completo del control de la mujer, por lo que la mejor alternativa para evitarlas es la prevención.
Dentro de las causas más comunes encontramos:
El uso de tampones o toallas sanitarias con fragancia.
Higiene deficiente en la zona de la vagina, vulva y ano.
Productos de higiene que alteren el equilibrio natural de la vagina.
Prevención
Como pudiste notar, las causas de las infecciones vaginales son tantas que resulta prácticamente imposible librarse de padecer una en algún momento de nuestra vida. Sin embargo, las siguientes medidas de prevención no sólo te ayudarán a que sean menos recurrentes, sino que también serán de gran utilidad para mantener una higiene íntima adecuada.
1. Di NO a las duchas vaginales
La vagina cuenta con su propio sistema de limpieza, lo que hace completamente innecesario el uso de las famosas duchas vaginales.
Los lavados vaginales alteran el equilibrio microbiano natural de la vagina, dejándola desprotegida ante cualquier agente externo dañino.
También es importante señalar que, una vez contraída una infección vaginal, la ducha vaginal no debe indicarse como tratamiento para aliviar las molestias o eliminar la infección.
2. Utiliza ropa interior de algodón
Al día de hoy, el algodón es el textil más seguro para mantener la zona genital ventilada. Además, es un material que no irrita, por lo que es menos probable que sufras irritaciones por el contacto con la vulva.
Asimismo, utiliza ropa de tu talla que no esté pegada a los genitales, como es el caso de algunos pantalones de mezclilla o leggins.
3. Mantén medidas de higiene adecuadas
Esto incluye los siguientes puntos:
La limpieza de adelante hacia atrás después de ir al baño para evitar que bacterias fecales infecten la vagina.
Evitar el uso de bañeras o jacuzzis, sobre todo fuera de casa.
Lavar sólo la vulva con agua y un jabón específico para esta área.
Evitar el uso de productos de limpieza con fragancia como desodorantes o toallitas húmedas.
Secar bien la zona genital después de bañarse para evitar la proliferación de bacterias.
4. Relaciones sexuales seguras
Considera que si tienes una infección vaginal y mantienes relaciones sexuales sin protección, la probabilidad de contraer una ETS es más alta.
Así que si quieres prevenir tanto una como la otra, la mejor opción es hacer uso de un método de barrera (condón) en cada encuentro sexual.
Un flujo normal sano es transparente o ligeramente blanquecino (puede tornarse un poco amarillo cuando se seca en tu ropa interior). Si bien la presencia de flujo no es la misma todos los días debido a la fase del ciclo menstrual en la que te encuentres, es fundamental que prestes atención a cualquier anomalía en el color, la textura y el olor del flujo.
El flujo vaginal puede ser un indicador de que algo no va bien en tu cuerpo y debes prestarle atención.
Con información de Antonio R. Torres Barrera, Ginecólogo.
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¿Sabías que las infecciones vaginales eran así de frecuentes? Ahora que ya sabes cuáles son las infecciones más comunes, puedes estar al pendiente de cualquier síntoma y tratarlo a tiempo.
