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Citología o papanicolau (pap-test), fundamental para la salud de la mujer
Conoce en qué consiste este examen ginecológico y por qué se considera tan necesario, especialmente, para la detección precoz de determinados tipos de cáncer, como el de cuello de útero.
La citología, el papanicolau o pap-test es una prueba muy sencilla, rápida y, prácticamente, indolora.
Su nombre, pap-test, proviene del doctor que la inventó en 1943, George Papanicolau. Desde entonces, este examen se ha convertido en uno de los procedimientos más exitosos para la detección y prevención del cáncer de cuello de útero.
El cáncer de cérvix es uno de los que se originan con más frecuencia en los órganos genitales femeninos. Aparece, sobre todo, en mujeres de edades comprendidas entre los 40 y los 50 años, y entre los 20 y los 30, al parecer, por la precocidad de las relaciones sexuales.
Existen, además, otros factores que influyen en el desarrollo de esta enfermedad, como el cambio frecuente de pareja sexual, el número de embarazos afrontados o la presencia de condilomas.
En la actualidad, gracias al papanicolau, la mortalidad por cáncer de cuello de útero ha disminuido en un 70 por ciento. Se trata, por tanto, de una técnica muy útil y beneficiosa para la salud de la mujer, aunque sólo resulta eficaz si se practica de forma regular.
Qué es la citología
- Se trata de un examen citológico cérvico-vaginal, que consiste en recoger una muestra de las células que están situadas en la superficie externa del cuello del útero y en el fondo de la vagina.
- La finalidad de esta prueba es detectar posibles alteraciones de estas células antes de que aparezcan los síntomas anómalos y, sobre todo, antes de que se vuelvan cancerosas.
- El pap-test también permite diagnosticar la presencia de infecciones causadas por bacterias, hongos o virus, como el Herpes simplex y el Papilloma virus, así como conocer la fase hormonal en la que se encuentra la paciente.
Cada cuánto se practica la citología
El ginecólogo es quién debe establecer la frecuencia de los controles, según las características concretas de cada paciente. En general, se aconseja:
- Un control en los seis meses posteriores a tu primera relación sexual, que deberás repetir al cabo de unos 6-12 meses. Si el resultado es negativo, el pap-test se realizará una vez al año durante toda la vida. Se puede efectuar, incluso, durante el embarazo.
- Es mejor que te sometas a este examen cuatro o cinco días después de la menstruación.
- Debes evitar los lavados internos, el empleo de óvulos y las relaciones sexuales durante las 48 horas anteriores a la prueba.
Cómo se realiza
La citología tiene dos momentos principales: uno, cuando se extrae la muestra; y dos, cuando se analizan las células a través del microscopio. La toma de la muestra es un procedimiento muy sencillo, que dura tan sólo unos minutos.
- En primer lugar, el ginecólogo introduce el espéculo en la vagina para, así, mantener separadas las paredes vaginales y observar mejor el cuello del útero.
- Después, con una pequeña espátula, el especialista extrae células del fondo de la vagina y de la superficie externa del útero.
- Por último, se extrae una segunda muestra de células del interior del canal cervical mediante un bastoncillo cubierto de algodón en sus extremos, o bien utilizando un cepillo especial.
Con esta última prueba, el examen para la paciente ya ha terminado. Comienza, entonces, el proceso de análisis de la muestra.
- El ginecólogo deposita las células obtenidas en una lámina de vidrio y las fija con laca para evitar posibles alteraciones. Marca el cristal con un número y el nombre de la paciente y envía la muestra al laboratorio, donde se hace el estudio de las células.
- En el laboratorio, las células son coloreadas y examinadas con un microscopio. En ocasiones, si se estima oportuno, se realiza una segunda comprobación de seguridad.
Para la interpretación de las pruebas, el citólogo cuenta con la ayuda de una computadora. Los sistemas electrónicos permiten excluir rápidamente los resultados negativos. No obstante, hoy en día, sus diagnósticos no son fiables al cien por cien.
Cómo interpretar los resultados de la citología
A continuación, te vamos a explicar algunos de los conceptos más importantes que aparecen en los resultados del papanicolau, con el fin de facilitarte su lectura:
- Datos anamnésicos: se trata de la información que se tiene de la paciente: embarazos, menopausia, píldoras, estado menstrual y fecha de la última citología. Todos estos datos son fundamentales para establecer un diagnóstico correcto.
- Objetividad ginecológica: es lo que el ginecólogo descubre durante la visita; por ejemplo, una pequeña llaga en el cuello del útero. También deben indicarse el lugar exacto y la técnica utilizada para la extracción.
- Examen citológico: informa sobre el resultado de la prueba. Aquí podemos saber si la prueba se ha realizado correctamente, si el número de células que se han extraído son suficientes, si se ha localizado algún material extraño o si existe una inflamación.
- Células normales: este concepto aparece cuando los resultados del test dan negativo. No se ha detectado ninguna anormalidad, por lo que no es necesario que la paciente inicie ningún tratamiento.
- Hallazgo inflamatorio: indica la presencia de bacterias, hongos o virus.
- Alteraciones celulares: informa de que se han descubierto células alteradas, aunque no tumorales. Las causas de esta alteración pueden ser varias: tratamientos especiales, uso del DIU y la presencia de condilomas (pequeñas formaciones de tejido que se desarrollan en la unión de la piel y la mucosa de los órganos genitales).
- Lesiones intraepiteliales: alteraciones celulares benignas o todavía no malignas, denominadas displasias. Éstas pueden ser leves, moderadas o graves. No se puede prever su evolución, pero es posible que cambien hacia un estadio precoz del cáncer de cuello uterino. Se necesita mucho tiempo, a veces 10 años, para que una displasia pueda transformarse en un cáncer invasivo, lo que permite que su prevención pueda realizarse a tiempo.