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Llega la primavera, hace sol, los días son más largos, las temperaturas más agradables… Tendrías que sentirte más animada. Sin embargo, en lugar de estar animada y disfrutar de esta época del año, te sientes cansada, decaída y sin fuerzas para realizar tus tareas diarias habituales. Si estos son tus síntomas, es muy posible que te encuentres ante la denominada astenia primaveral.
Según la Dra. Rosa M. Ortega, profesora titular del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid y asesora experta de OLAY, "la astenia primaveral puede acompañarse también de otros síntomas, como dolor de cabeza, malestar general, irritabilidad, dificultad de concentración, trastornos de la memoria y del sueño, aparición de erosiones en los labios, dolores musculares, mayor caída del cabello, pérdida de apetito y bajo tono vital".
La causa de este trastorno no está del todo clara para los expertos, pero, al parecer, tiene que ver con los cambios del sistema nervioso que se manifiestan con la llegada del buen tiempo, así como con las alergias primaverales. El aumento de la temperatura, el mayor número de horas de luz, el cambio horario, etc., provocan importantes alteraciones para el organismo, afectando especialmente a nuestro ritmo biológico, que tiene que adaptarse de forma brusca a la nueva situación.
Aunque se trata de un trastorno leve, su incidencia ha aumentado considerablemente en los últimos años, y la sensación de fatiga y otras molestias asociadas reducen la capacidad de trabajo y la posibilidad de disfrutar de los momentos de ocio, por lo que conviene tomar medidas para evitar el problema o reducir su duración o intensidad.
La mejor forma de prevenir o curar la astenia primaveral es mantener un estilo de vida saludable y ordenado, cuidando especialmente la alimentación. Según la Dra. Rosa Ortega, "los alimentos se deben distribuir en 4-5 comidas, evitando saltarse alguna o hacer ayunos esporádicos, y procurando tener orden con los horarios, ya que cualquier desequilibrio en la alimentación puede favorecer o agravar la astenia primaveral en personas predispuestas. Las deficiencias en vitaminas o minerales favorecen el peor funcionamiento de los sistemas nervioso e inmunitario, así como la aparición de alteraciones en el estado de ánimo que se agravarían al llegar la primavera".
He aquí algunas recomendaciones para paliar, en la medida de lo posible, los efectos de la astenia primaveral:
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