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Índice de Masa Corporal (IMC): cómo calcularlo y cómo afecta al embarazo
En este artículo, te enseñamos a calcular tu índice de masa corporal (IMC), averiguar tu peso ideal y conocer cómo puede afectar un IMC descontrolado al embarazo.
Galadriel Vico. Dietista - Nutricionista por la Universidad Complutense de Madrid.
Máster en Nutrición Clínica y Endocrinología por la universidad de Murcia y el ICNS.
Supervisión científica
El Índice de Masa Corporal (IMC) es un indicador que nos puede ayudar a clasificar el peso en distintas categorías. De este modo, es más fácil poder identificar, en un futuro, algunos problemas de salud.
Seguro que, en alguna ocasión, a algún amigo o amiga les han dicho "estoy gorda o estoy gordo". Pero, ¿realmente conoces cuál es el peso ideal de cada persona? ¿Sabes si tu peso está por encima de lo que deberías pesar o bien por debajo? Saberlo es muy fácil: únicamente debes hacer unos cálculos, teniendo en cuenta tu peso y tu altura.
Sin embargo, hay que considerar que el resultado de esta fórmula es relativo, ya que no tiene en cuenta otros parámetros importantes, como la actividad física o la composición corporal (masa muscular, masa ósea, agua, etc.), aunque nos sirve para poder identificar de forma rápida si estás en el peso indicado o si, por el contrario, tienes sobrepeso u obesidad.
Cálculo de IMC: claves para calcular tu IMC
Para calcular el IMC, o tu Índice de Masa Corporal: peso en kilogramos (kg) dividido entre la estatura en metros (m) al cuadrado = peso (kg)/talla (m2)
Ejemplo: si mides 1.65 m y pesas 52 kilos
- Debes multiplicar 1.65 x 1.65 = 2.72 m2
- Después, debes dividir 52 entre 2.72 = 19.11
- El Indice de Masa Corporal es 19.11. Esto quiere decir que tu peso está en normopeso, ya que, según las tablas de la OMS (Organización Mundial de la Salud), es un IMC dentro de la media.
Las tablas para clasificar tu IMC son las siguientes:
Las tablas con las categorías de estado de peso del IMC se pueden clasificar de la siguiente manera:
- <18.5: delgadez extrema.
- 18.5 a 24.9= normopeso.
- 25 a 29.9= sobrepeso.
- 30 a 34.9= obesidad grado I.
- 35 a 39.9= obesidad grado II.
- >40= obesidad grado III.
Peso ideal en la mujer
El peso ideal de una mujer, como ya hemos dicho, es el situado en la franja de normopeso (peso normal). Esta franja está valorada con un índice de 19 a 24, según los resultados de la gráfica de Índice de Masa Corporal.
Ahora bien, en la franja correspondiente al peso normal en la gráfica, el rango es suficientemente amplio. Por ello, cada mujer debe valorar su peso ideal más específico. Se debe tener en cuenta otras variables diferentes. Por ejemplo, la edad en la que se encuentra, su constitución, la genética o el hecho de haber tenido embarazos y partos.
Tú, mejor que nadie, sabes cuál es el peso con el que te sientes más a gusto, siempre que esté situado en los parámetros adecuados, que tu alimentación sea saludable y que realices un mínimo de tres días de actividad física a la semana, priorizando los ejercicios de fuerza ante los ejercicios de cardio. Lo ideal sería una combinación entre ambos.
Un IMC descompensado puede causar complicaciones en el embarazo
Las embarazadas con un Índice de Masa Corporal descompensado son más propensas a sufrir complicaciones durante la gestación y requerir mayor atención por profesionales de la salud, según un estudio. El principal resultado del estudio es que, con respecto a las mujeres de peso normal, las que padecen sobrepeso, obesidad y obesidad severa aumentan el riesgo de complicaciones en el embarazo en un 16.45 y 88%, respectivamente.
La investigación, publicada en An International Journal of Obstetrics and Gynaecology y de la que se ha hecho eco el portal de salud Jano.es, se realizó conjuntamente por las universidades de Edimburgo y Aberdeen, y la División de Servicios de Información del sistema nacional de salud (NHS, en sus siglas en inglés) de Escocia.
Las 109,592 mujeres embarazadas examinadas en el estudio fueron clasificadas en cinco categorías de IMC: bajo peso (IMC < 18.5), peso normal (IMC 18.5-24.9) sobrepeso (IMC 25-29.9), obesidad grado I (IMC 30-35) y obesidad grado II (índice de masa corporal > 35). El análisis mostró que el riesgo de complicaciones en la madre aumentó con el IMC.
Asimismo, en comparación con las mujeres de peso normal, las madres con obesidad grado II tenían un riesgo tres veces mayor de hipertensión (2.6 % frente a 7.8 %) y diabetes gestacional (0.1% frente a 3%).
En palabras de una de las coautoras del estudio, Fiona Denison, "Nuestros datos demuestran que tanto un IMC alto como bajo durante el embarazo se asocia con un mayor riesgo de complicaciones durante la gestación, un aumento del número y la duración de los ingresos maternos y mayores costes para los servicios de salud".
Asimismo, el peso al nacer del bebé de una madre con obesidad suele ser superior al normal, es decir, superior a 2.4-4.3 kg. Los pequeños, que tienen un peso superior a ese y que se mantienen en ese sobrepeso u obesidad a lo largo de toda su infancia y niñez, tienen mayor probabilidad de sufrir obesidad en la edad adulta, pudiendo llegar a manifestar otras muchas enfermedades relacionadas, como diabetes, hipertensión, cardiopatías, colesterol alto, apnea del sueño, etc.
Por ello, es muy importante implantar en los niños buenos hábitos saludables, tanto en la escuela como en casa. La base de todo esto es una buena educación nutricional.
El IMC también está relacionado con la fertilidad
Un estudio reciente realizado por el equipo de investigación de Generalife, y publicado en la revista científica Reproductive BioMedicine Online, ha demostrado que existe una relación entre el IMC y el éxito en un tratamiento de fertilidad.
Los expertos constataron una disminución de las posibilidades de embarazo y un mayor riesgo de aborto tras la transferencia de embriones cromosómicamente sanos en mujeres con un IMC superior a 25; es decir, cuando tienen "simplemente" sobrepeso y aún no son obesas.
Así lo destaca una de las doctoras de GeneraLife y primera autora del trabajo, la embrióloga clínica y nutricionista Gemma Fabozzi: "La primera conclusión que podemos extraer de este trabajo es la importancia del IMC en las tasas de éxito de los tratamientos de fertilidad, incluso cuando la paciente tiene sobrepeso y no es obesa”.
Además, el estudio muestra que un aumento del IMC se asocia a un mayor riesgo de errores cromosómicos en los embriones (aneuploidías), que reducen la probabilidad de embarazo.
"Esta asociación, continúa la Dra. Fabozzi, depende obviamente de la edad de la mujer, que es el factor predominante en la aparición de las aneuploidías. A pesar de ello, las mujeres con sobrepeso muestran un ligero aumento del riesgo de errores cromosómicos en los embriones a cualquier edad materna.
El mensaje clave de este estudio sería, por tanto, que resulta útil analizar el perfil metabólico de la paciente incluso cuando ya se ha obtenido un embrión sano para su transferencia, en un ciclo de reproducción asistida".
Asimismo, en este estudio se ha visto que el IMC influye incluso en los tratamientos con ovodonación. Según explica la Dra. Gemma Fabozzi, “en un programa de donación de óvulos con transferencia de embriones, la obesidad en las receptoras se asocia a un mayor riesgo de aborto. Por lo tanto, el ambiente que encuentre el embrión tras ser transferido al útero materno resulta fundamental incluso en los casos en los que el embrión tiene una calidad óptima”.
El estudio subraya la importancia de que las mujeres fértiles, con o sin sobrepeso, prevengan y mantengan un plan nutricional adecuado para reducir la probabilidad de que surjan problemas reproductivos.
En este sentido, los expertos hacen hincapié en la importancia de incluir dentro de los programas de tratamiento de reproducción asistida un plan personalizado de pérdida de peso y una modificación de los hábitos de vida de la pareja. Solo así se podrán garantizar las condiciones adecuadas que faciliten la implantación y el desarrollo normal de un embarazo, concluyen.