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Maria Marqués-Feliu
Dietista-Nutricionista materno infantil. Asesora de lactancia.
Supervisión científica.
El queso es uno de los alimentos preferidos por todo el mundo, por su sabor, por su versatilidad en la cocina y por sus múltiples variedades, todas ellas riquísimas. Sin embargo, durante el embarazo, son muchas las futuras mamás que se plantean si pueden seguir disfrutando del queso, un riquísimo y completo alimento. ¡Te lo explicamos!
Si eres una empedernida del queso y te estás preguntando si puedes comer queso en el embarazo, sentimos defraudarte, pero la respuesta es que depende, pues tienes que tener en cuenta algunos aspectos importantes antes de consumir queso en el embarazo.
El principal riesgo de consumir queso en el embarazo se debe al peligro de contraer algunas enfermedades, como la listeriosis, una enfermedad que, si se contrae durante la gestación, puede ocasionar serios problemas de salud tanto a la futura madre como al feto. La listeriosis es una infección que está causada por una bacteria, la listeria monocytogenes, que puede proliferar en los quesos hechos con leche cruda, es decir, que no ha sido sometida a un proceso de pasteurización.
El proceso de pasteurización somete a los alimentos a unas determinadas temperaturas que impiden la proliferación de esta y de otras bacterias que también pueden ser perjudiciales durante la gestación.
Por tanto, durante el embarazo, puedes comer queso, pero siempre que no estén hechos con leche cruda y que estén pasteurizados. Esto lo puedes comprobar fácilmente mirando la etiqueta de los productos.
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Buenas noticias, como ya hemos dicho, si eres fan de los quesos, puedes consumirlos, siempre que hayan sido elaborados con leche pasteurizada. No importa que sean de vaca, de cabra o de oveja. Lo importante es que hayan sido sometidos a un proceso de pasteurización para eliminar las posibles bacterias y otros microorganismos que, sobre todo, proliferan en ambientes húmedos.
Quesos curados o semicurados, de consistencia dura, estén elaborados con leche de vaca, cabra y oveja, o de mezcla, elaborados con leche pasteurizada. Por ejemplo:
Quesos de consistencia más blanda o para untar, siempre que estén pasteurizados, tales como:
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Eso sí, independientemente del queso elegido, ten en cuenta que nunca debes comer las cortezas de los quesos, porque en ellas suelen proliferar el moho y las bacterias.
Como ya hemos dicho, los quesos que la futura mamá no puede comer por riesgo a contraer alguna bacteria, son los quesos elaborados con leche cruda o no pasteurizados, ya sean duros o más blandos. Por tanto, si estás embarazada, estos son los quesos que no puedes comer:
Sin embargo, insistimos de nuevo, estos quesos, siempre que estén elaborados con leche pasteurizada sí se podrían consumir en el embarazo. Además, algunos de ellos, aunque no estén pasteurizados, si los utilizamos para elaborar algunos platos que luego tenemos que cocinar, también son aptos para su consumo en el embarazo.
Estas son algunas de las preguntas más frecuentes que las embarazadas suelen hacerse sobre el consumo de queso en el embarazo. ¡Toma nota!
Sí se puede tomar queso de cabra en el embarazo siempre que la leche se haya pasteurizado o se haya cocinado. Lo importante a tener en cuenta a la hora de comer queso estando embarazada no es el tipo de leche del cual se trate, sino que haya sido sometido a un proceso de pasteurización. Con este proceso de calentamiento, se eliminan posibles bacterias perjudiciales, como la listeria monocytogene, que puede ocasionar la listeriosis, con graves consecuencias tanto para la futura mamá como para el feto. Para asegurarte, debes leer atentamente la etiqueta.
Ten en cuenta, sin embargo, que los quesos de cabra que hayan sido madurados con moho, aunque estén pasteurizados, tampoco pueden consumirse en el embarazo.
Si el queso de cabra es duro y está pasteurizado, sí se puede tomar en el embarazo. La única excepción, como ya hemos dicho, son los quesos blandos de cabra que hayan sido madurados con moho.
Sin embargo, la forma en que podrías consumir cualquier tipo de queso de cabra es sometiéndolo a un proceso de cocción, es decir, cocinándolos a más de 74 grados centígrados. De este modo, se eliminan las posibles bacterias que pueda haber en ellos.
Esta es una de las preguntas que también suelen hacerse muchas futuras mamás. Hemos elaborado un artículo que habla ampliamente de ello, en el que también te explicamos las propiedades de este alimento y muchas otras cosas más. Puedes consultarlo haciendo clic en enlace de abajo.
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Si estás embarazada y te preguntas si puedes comer este famoso queso italiano, puedes salir de dudas con este artículo que hemos elaborado específicamente sobre este tema. Lo encontrarás en el enlace de abajo.
Sin embargo, ya hemos dicho anteriormente que el queso Parmesano, aunque esté hecho con leche cruda no pasteurizada, al haberse sometido a un proceso de curación de entre 12 y cuatro años, hacen que se hayan eliminado las posibles bacterias dañinas.
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No necesariamente. Esta duda surge porque muchos quesos frescos están elaborados con leche sin pasteurizar, por lo que no deben comerse durante el embarazo. Sin embargo, al tratarse de quesos frescos, aunque hayan sido pasteurizados, es más fácil que se contaminen con bacterias durante su producción.
Contrariamente a los quesos frescos, el queso curado, ya sea de vaca, de cabra o de oveja, ha perdido gran parte del agua en su composición, por lo que es difícil que en ellos se reproduzca alguna bacteria. Sin embargo, es mejor que sea pasteurizado para evitar posibles riesgos.
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