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Listeria en el embarazo: cómo debes protegerte
La listeria en el embarazo es una infección provocada por la bacteria Listeria monocytogenes, que se transmite a través de alimentos contaminados. Si se contrae durante el embarazo, puede ocasionar daños importantes al bebé. Veamos cómo prevenir la listeriosis en el embarazo con los consejos de la matrona.
La probabilidad de contraer listeria aumenta de forma notable durante el embarazo. Esto se debe a que, en este período, se produce un desajuste en el sistema inmunológico, que hace que la futura mamá sea especialmente vulnerable ante las infecciones.
La vía de entrada de la listeria en el embarazo se produce a través de la ingesta de alimentos contaminados.
La sintomatología que puede presentar la mujer embarazada suele ser de carácter leve, pudiendo aparecer:
- Cuadro pseudogripal inespecífico,.
- Molestias gastrointestinales.
- Fiebre.
No obstante, la listeria en el embarazo es una infección que también puede desarrollarse sin que se manifieste ningún síntoma. Sin embargo, a nivel fetal y neonatal, las repercusiones pueden ser graves, dependiendo de las circunstancias en las que se encuentren tanto la madre como el bebé.
Toda mujer embarazada que presente un cuadro de fiebre, bien sea acompañado de algún otro síntoma o sin él, debe acudir a urgencias de forma inmediata para que se valore su situación.
Consejos para prevenir la listeria en el embarazo
- Evita comer carnes preparadas, así como salchichas tipo Frankfurt, siempre y cuando no hayan sido sometidas a cocción intensa previa.
- No consumas quesos de pasta blanda, tipo Brie, Camembert, feta y queso azul. En cambio, los quesos de pasta dura y semidura, como la mozzarella y los de untar, sí que puedes consumirlos sin problemas.
- Sólo debes tomar aquellos lácteos que previamente se hayan sometido al proceso de pasteurización. Es una forma eficaz de prevenir la listeria en el embarazo.
- Evita comer patés no enlatados y no esterilizados previamente.
- No comas ahumados (salmón, bacalao, etc.) que requieran refrigeración, así como pescado y/o marisco crudo.
- Es mejor que evites las ensaladas preparadas; se aconseja sustituirlas por ensaladas caseras, en las que se haya asegurado un correcto lavado y una adecuada manipulación de los ingredientes.
- Cocina las carnes crudas a altas temperaturas antes de su consumo, y asegúrate de que realizas un correcto calentamiento de los platos precocinados y de los restos alimentarios.
- Lava bien los utensilios de cocina y las superficies donde se lleva a cabo la preparación de los alimentos.
- No mezcles los alimentos crudos con aquellos que ya hayan sido preparados para consumirse, con el fin de no generar una contaminación cruzada.
- Lávate bien las manos antes de manipular alimentos.
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Ana de la Torre Arandilla
Matrona Residente.