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¿Se puede comer jamón en el embarazo?
Si eres amante del jamón y estás embarazada, seguramente te estarás haciendo muchas preguntas: ¿puede comer una embarazada jamón serrano o ibérico en el embarazo? ¿Qué pasa si comes jamón y no sabías que estabas embarazada? ¿Qué diferencia hay entre el jamón de York y el cocido? ¡Respondemos a todas tus dudas!
Maria Marqués-Feliu
Dietista-Nutricionista materno infantil. Asesora de lactancia.
Supervisión científica.
Buenas noticias para todas las embarazadas que se están preguntando si pueden comer jamón serrano o ibérico en el embarazo. Sí se puede, siempre que tenga, al menos, 18 meses de curación y cumpla todos los controles de calidad que así lo certifiquen. Esta es la conclusión a la que llegaron los expertos en las jornadas “Jamón y embarazo”, celebradas en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba. ¡Te explicamos más!
Las dudas sobre si se puede o no comer jamón en el embarazo se deben, principalmente, al riesgo de sufrir dos enfermedades que, si se contraen en el embarazo, pueden resultar muy graves para la futura mamá y el feto. Se trata de la toxoplasmosis y de la listeria. Por ello, durante el embarazo, no se recomienda comer carne cruda, como tartar, carpacho o carne poco cocinada en el interior. Solo carnes bien cocinadas o que hayan pasado por un proceso térmico, denominado pasteurización, que acaba con los parásitos de la toxoplasmosis y con las bacterias de la listeria.
Si quieres saber más sobre la TOXOPLASMOSIS, haz clic en el siguiente enlace.
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Si quieres saber más sobre la LISTERIOSIS, haz clic en el siguiente enlace.
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En muchos casos, el jamón curado es uno de los alimentos que, en este sentido, despierta más “sospechas”. Sin embargo, el doctor José Eduardo Arjona, jefe de la Unidad de la Mujer, ha explicado en estas jornadas que el consumo de jamón no debería dejarse de lado en el embarazo, ya que el proceso de curación de más de 18 meses asegura acabar con el parásito de la toxoplasmosis. "El consumo de jamón, como alimento cardiosaludable que es, no debe desecharse durante la gestación cuando no existen estudios concluyentes que establezcan que su ingesta aumenta las posibilidades de contagiarse por toxoplasmosis", afirma.
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¿Qué jamón se puede comer en el embarazo?
Para saber si el jamón que consumimos en el embarazo tiene los suficientes meses de curación, tan solo hay que leer la etiqueta, donde este dato debe estar especificado, y siempre que haya pasado por una cadena de producción sanitaria contrastada. Cuanto mayor es el período de curación, menor es la posibilidad de contraer estas enfermedades.
Por tanto, en este caso, ya no sería necesario congelar el jamón de más de 18 meses de curación antes de su consumo, como hasta ahora se recomendaba para eliminar los posibles microorganismos patógenos que pudieran afectar a la futura mamá y al bebé.
Además, hay que tener mucho cuidado cuando se utiliza esta técnica de congelar el jamón antes de su consumo. En primer lugar, porque hay que elegir un buen congelador, pues no todos congelan igual, y, en segundo lugar, porque, para que una embarazada pueda comer jamón, hay que congelarlo al menos dos días a una temperatura de 20 grados bajo cero o 3 días a -18ºC.
Otras preguntas de los usuarios sobre el consumo de jamón en el embarazo
A continuación, enumeramos y respondemos a otras preguntas que los usuarios suelen hacerse acerca del consumo de jamón en el embarazo.
¿Qué jamón no puedo comer en el embarazo?
Dicho lo anterior, el jamón que no puedes consumir en el embarazo es aquel que no haya sido congelado en las condiciones necesarias o que tenga menos de 18 meses de curación.
¿Qué pasa si como jamón y no sabía que estaba embarazada?
Es posible que no supieras que estabas embarazada y hayas comido jamón. En este caso, no hay que alarmarse. Las probabilidades de que no te hayas contagiado son muchas. Y es que, cuando se trata de charcutería, la probabilidad de que te hayas contagiado por listeria es baja.
Sin embargo, si esto sucediera, debes estar muy atenta a la aparición de determinados síntomas.
¿Qué aporta el jamón de York?
Tanto el jamón de York como el jamón cocido se obtiene de la carne de cerdo. Normalmente, se utiliza la carne de la pata trasera del animal a la cual se le inyecta una solución acuosa con sal y luego se procede al proceso de cocción.
El jamón de York o cocido son ricos en proteínas, en algunos minerales, como el hierro, el potasio, el magnesio y el zinc, y en vitaminas del grupo B. Sin embargo, hay que prestar mucha atención a su composición, ya que, en muchos casos, el jamón de York o cocido no son de calidad e incluyen otras sustancias, como conservantes o aditivos.
Para ello, debemos mirar atentamente la etiqueta y asegurarnos de que el tanto por ciento de carne sea casi el 100%.
¿Se puede comer jamón de York o cocido en el embarazo?
Este tipo de jamones han sido sometidos a un proceso de cocción y, por tanto, sí se pueden consumir en el embarazo sin riesgo de contraer enfermedades como la listeria o la toxoplasmosis. Y es que las altas temperaturas de la cocción son capaces de matar los posibles microorganismos patógenos que puedan contener.
De todos modos, ten en cuenta que las futuras mamás que, en los análisis de rutinaria que se hacen durante la gestación, han dado positivo al toxo-test ya presentan anticuerpos de la enfermedad, es decir, que ya la han pasado y podrían comer cualquier tipo de embutido sin miedo a contagiarse.
Por otro lado, muchos jamones tienen un alto porcentaje en sal. En el caso de que la futura mamá tenga problemas de presión alta, tendrá que prestar atención a este dato y preferir jamones con menor porcentaje de sal.
¿Qué diferencia hay entre el jamón cocido y el jamón de York?
No existe ninguna diferencia entre el jamón cocido, el jamón de York o el jamón dulce. Son diferentes términos para hablar de un mismo producto. Se trata de un producto cárnico elaborado con las patas traseras del cerdo, que se somete a proceso de cocción y se trata con salmuera.