Vitamina D en el embarazo y para el bebé: conoce su importancia

Dra. Begoña Ortiz Santodomingo
Directora del Área Científica de Farmasierra
Supervisión científica.

La vitamina D es esencial para el correcto desarrollo del organismo en todas las etapas de la vida, pero especialmente durante el embarazo, la lactancia y primeros años del bebé. Conozcamos de la mano de la experta, qué papel desempeña la vitamina D, en qué alimentos se encuentra y cuáles son las consecuencias de una deficiencia de vitamina D.

Qué es y dónde se encuentra la vitamina D

La vitamina D es un micronutriente que ayuda al cuerpo a absorber el calcio que tomamos en la dieta, que es necesario para tener unos huesos sanos. También ayuda a tener unos músculos fuertes y fortalecer el sistema inmunitario, que es el sistema del cuerpo humano responsable de defendernos de las enfermedades infecciosas (virus y bacterias).

Pero los científicos saben que la vitamina D también tiene otras funciones en el organismo. En los últimos años, han aumentado los estudios destinados a descubrir la relación de la vitamina D con otras funciones fisiológicas. Los estudios indican que los niveles bajos de vitamina D están relacionados con múltiples enfermedades, como son las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, el asma y otras enfermedades del sistema inmune (alergias, enfermedades autoinmunes).

Los primeros trabajos clínicos con vitamina D son de principios del siglo XX. En aquellos años, el raquitismo (una enfermedad consistente en el ablandamiento y debilitamiento de los huesos) era una epidemia en la población infantil que vivía en las grandes ciudades.

Fue en 1912, cuando un médico inglés llamado Frederick Gowland Hopkins, sugirió que el raquistimo podría estar relacionada con algún problema alimenticio y empezó a tratar a los niños con aceite de hígado de bacalao, descubriendo que tenía propiedades “anti- raquíticas”. Este descubrimiento le valió el Premio Nobel de Medicina en 1929.

Qué papel tiene la vitamina D en el embarazo y en el bebé

La suplementación con vitamina D va a tener efectos sobre la madre embarazada y sobre el desarrollo del bebé y los primeros momentos de vida tras el parto.

La vitamina D tiene un papel fundamental para los huesos y la absorción del calcio y el fósforo. El embarazo y el periodo de lactancia son dos etapas vitales, donde es fundamental mantener un estatus de vitamina D adecuado en la madre, para proteger sus huesos y a la vez poder aportar al bebé la cantidad de vitamina D que necesita para su desarrollo y crecimiento.

Para las mujeres es importante tener un buen nivel de vitamina D en las etapas de pre-embarazo, ya que los bajos niveles de vitamina D parecen afectar a la a title="Cómo se produce la fecundación del óvulo&qut; h" t" r">f"cundación.

Del mismo modo, en las primeras etapas del desarrollo fetal y a lo largo del embarazo, momento del parto y lactancia, unos niveles adecuados de vitamina D se asocian a menos complicaciones, como son la preeclampsia, la diabetes gestacional, o parto prematuro.

En relación con el feto, unos niveles buenos de vitamina D previenen la hipovitaminosis en el niño que, en caso de darse, podría ser causa de unos huesos débiles, y en última instancia de otras complicaciones mayores.

Una vez que el bebé nació, es importante asegurar sus niveles de vitamina D, para lograr un buen desarrollo musculo-esquelético. Por esta razón, las Guías Clínicas recomiendan la suplementación con 400 UI/día de vitamina D en todos los lactantes menores de un año alimentados con lecha materna o con lechas maternizadas. Se recomienda seguir con esta suplementación mientras el niño no ingiere como mínimo 1 litro al día de leche fortificada con vitamina D (aproximadamente a los 3 años).

Dónde podemos encontrar la vitamina D

Las fuentes naturales de vitamina D son la síntesis en la piel a través de exposición al sol y los alimentos.

La vitamina D es la vitamina del sol. Y se le llama así porque el ser humano es capaz de sintetizarla en la piel, por acción de los rayos UVA solares. La OMS establece que una exposición a la luz solar directa (no sirve a través de un cristal) en brazos y cara, durante unos 10-15 minutos, tres veces en semana, debería ser suficiente como para sintetizar el 90% de la cantidad de vitamina D necesaria diaria.

El restante 10% se obtiene de los alimentos, principalmente del pescado azul (salmón, sardinas, etc.), la yema de huevo, o alimentos lácteos enteros, y por supuesto del aceite de hígado de bacalao.

Qué cantidad de vitamina D necesita una embarazada y un bebé

Las cantidades necesarias de vitamina D depende de los niveles de vitamina D que tenga cada persona, de su edad y de si está o no en riesgo de presentar déficit de vitamina D.

En poblaciones con niveles normales de vitamina D, las Guías Clínicas recomiendan dosis de entre 400-1000 UI/día de vitamina D, dependiendo de la edad y de las situaciones concretas de la persona (embarazo, obesidad, exposición al sol, dieta, etc.).
Estas cantidades, destinadas a mantener esos niveles adecuados de vitamina D, se pueden obtener de las fuentes naturales (sol y alimentos), o suplementando con productos disponibles en el mercado.

En caso de tener niveles bajos de vitamina D lo recomendable es acudir al médico, que valorará y recomendará el tratamiento con medicamentos (con diferentes dosis, y frecuencia de administración) para recuperar los niveles fisiológicos.

¿Consumir demasiada vitamina D es dañino?

La administración de cantidades adecuadas de vitamina D (400 UI/día - 1000 UI/día) no se asocia con reacciones adversas ni con toxicidad. La vitamina D es una molécula muy segura, que utilizada correctamente es raro que pueda hacer daño.

Como otros productos, la vitamina D puede causar efectos adversos en los casos de sobredosificación, es decir, cuando tomamos en exceso. En estos casos, se producen niveles circulantes muy altos de vitamina D (hipervitaminosis) y, como consecuencia, se produce también un aumento de calcio en sangre (hipercalcemia).

Qué es la deficiencia de vitamina D y cuáles son sus síntomas

Cuando decimos que una persona tiene deficiencia de vitamina D significa que no tiene las cantidades de vitamina D necesarias para el buen funcionamiento de su cuerpo.

Esta situación se puede producir por distintas causas:

• Una de las razones, es la baja exposición al sol, por ejemplo, personas con poca actividad al aire libre y que no se exponen a la radiación solar. Podría ser el caso, por ejemplo, de personas que hacen una vida en interiores (de casa a la oficina, de la oficina a casa…) o personas que, por razones culturales o religiosas, están totalmente cubiertas con ropa.
• También hay grupos de población que específicamente tienen riesgo de presentar deficiencia de vitamina D, como son los niños de 0-3 años, o los ancianos que salen poco al exterior, sobre todo si están en residencias.
• Las personas obesas (IMC < 30 años) y los veganos, cuya alimentación no incluye productos de origen animal, o las personas con riesgo de desnutrición o una alimentación inadecuada, también son más susceptibles de presentar deficiencia de vitamina D.

No hay síntomas específicos asociados al déficit de vitamina D, aunque, si los niveles de vitamina D se mantienen muy bajos en el tiempo, pueden desarrollarse enfermedades óseas, tales como raquitismo u osteoporosis.

Para determinar si una persona presenta o no deficiencia de vitamina D, es necesario ir al médico y hacer un análisis de sangre. Los niveles de vitamina D se definen en función de las cantidades de una molécula llamada 25‐hidroxivitamina D (abreviadamente 25 (OH)), y es el médico el que, en base a estos valores, determinará si el paciente necesita, o no, suplementación o tratamiento con medicamentos.

Cuáles son las diferencias entre Vitamina D2 y Vitamina D3

La vitamina D tiene varias formas, desde la D1 a la D5. De todas ellas, sólo dos cumplen funciones en el organismo humano: la vitamina D3 (colecalciferol) y la vitamina D2 (ergocalciferol).

• La vitamina D3 o colecalciferol, de origen animal, es la vitamina D que sintetizan los animales por exposición al sol, y la encontraremos en huevos, pescado azul, etc.
• La vitamina D2 o ergocalciferol, de origen vegetal, es la vitamina D que sintetizan las plantas por exposición al sol, o por sobreexposición a rayos UVA. La encontraremos en setas, trigo, aguacate, etc.

Aunque las dos moléculas se utilizan para corregir la deficiencia de vitamina D, existen diferencias entre las dos:

• Diferencia en la estructura molecular, por la cual la vitamina D2 es menos estable frente a la luz y el calor.
• Diferencias que afectan a la eficacia con la que corrigen el déficit de vitamina D. El tratamiento con vitamina D3 o colecalciferol es más eficaz, por lo que es la molécula de elección, para mantener o corregir niveles de vitamina D.

La vitamina D2, por su origen vegetal, es más utilizada por los pacientes veganos, lo cual podría ser aceptable, siempre que sean advertidos de posible necesidad de mayores cantidades, para lo cual deben consultar a su médico.