Te puede interesar…
- Mi bebé y yo
- Bebés
- Alimentación del bebé
- Lactancia
- ¿Qué es la ingurgitación mamaria y cómo aliviarla?
¿Qué es la ingurgitación mamaria y cómo aliviarla?
Los primeros días tras el parto, el calostro se va convirtiendo poco a poco en leche materna, transformación que da lugar, en ocasiones, a que se produzca la ingurgitación mamaria. Es decir, la acumulación de leche en los conductos lácteos. A continuación, te explicamos a detalle por qué se produce y cómo aliviar el dolor que conlleva.
La ingurgitación mamaria es una inflamación de los senos de la reciente mamá que se produce debido a que el aumento de la cantidad de leche producida por la mujer no es capaz de circular por los conductos que recorren el pecho.
Este agrandamiento de los senos hace que el bebé tampoco pueda succionar a la misma velocidad con la que el alimento se produce, por lo que los senos comienzan a endurecerse, se enrojecen y provocan un dolor muy fuerte a la madre. La congestión que se produce en los conductos lácteos también provoca que la leche salga con mayor dificultad, y obliga al bebé a esforzarse más para succionar.
(Te interesa: Lactancia materna y artificial: todo lo que debes saber)
Consecuencias de la ingurgitación mamaria
Cuando la leche sube, los pechos están más calientes y pesados. Si, además, se produce esta inflamación, la leche materna tarda más en salir y, cuando lo hace, lo consigue con mucha dificultad. Este hecho puede llegar a causar emociones y sensaciones negativas en la madre, que, inconscientemente, puede comenzar a rechazar la hora de la lactancia, debido al dolor y a la frustración que le ocasiona.
(Te interesa: Pezones adoloridos: cómo cuidarlos)
Junto a este estancamiento, también aparecen edemas en ambas mamas, impidiendo el drenaje linfático que pueden llegar a provocar una mastitis. Esta hinchazón, además de los síntomas mencionados anteriormente, puede ocasionar la aparición de fiebre, escalofríos, malestar, náuseas, vómitos, etc.
(Te interesa: Mastitis: consejos)
Además, al bebé le cuesta más alimentarse, pues, debido al endurecimiento mamario, el pezón está más plano y la leche no llega a fluir bien. Por tanto, realiza mucho esfuerzo succionando para la escasa cantidad de alimento que recibe. Incluso, como el bebé no puede agarrarse bien al pecho, suele provocar la aparición de grietas. También por esta razón es posible que el bebé se canse, llore, se inquiete o, incluso, se quede dormido a media toma.
Cómo aliviar la ingurgitación
A fin de que la mamá que padece la ingurgitación pueda seguir practicando la lactancia materna con su bebé, existen una serie de recomendaciones que puede llevar a cabo para aliviar su dolor. Son las siguientes:
- Comenzar a dar el pecho lo antes posible. Es decir, justo cuando se produce el primer contacto entre la mamá y el bebé, para comenzar a activar el flujo lo antes posible.
- Aplicar calor húmedo en el pecho antes de la toma para favorecer que los conductos se dilaten y la leche fluya con mayor facilidad.
- Aplicar frío tras la toma para disminuir el dolor y la inflamación. Por ejemplo, una bolsa congelada envuelta en una toalla o un baño de agua fría directamente sobre las mamas.
- Extraer leche de forma manual en un ambiente cálido y húmedo o con un sacaleches (aunque lo ideal es que lo haga el bebé).
- Tomar algún antiinflamatorio o analgésico, compatible con el periodo lactante, que prescriba el médico para calmar el dolor.
- Utilizar un sujetador adecuado para la lactancia: que no apriete, se ajuste al volumen del pecho, no lleve aros y su composición sea 100% algodón.
(Te interesa Errores en la lactancia materna)