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Leche materna: ¿cuál es su composición y cómo se produce?
La leche materna es el mejor alimento para el bebé, pero ¿te has preguntado cuál es su composición? ¿Sabes todo lo que debe hacer tu cuerpo para producirla? Te lo explicamos y te detallamos sus beneficios y los distintos estadios por los que pasa la leche materna desde el momento en que empieza a producirse.
Al nacer tu bebé, lo mejor para él y su bienestar es que lo alimentes, tal como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) de manera exclusiva hasta al menos los 6 meses de edad y, a ser posible hasta los 2 años y más allá, con la sustancia más completa, nutritiva y protectora que nos brinda la naturaleza: la leche materna.
Sus propiedades son tantas y tan complejas que hasta el momento no se ha podido descifrar, por completo, su composición química y la cantidad exacta de vitaminas y nutrientes que la forman. Así pues, todavía se sigue estudiando su composición para saber qué la convierte en un alimento tan único y especial para el desarrollo cognitivo, físico y emocional del bebé.
¿Cuál es la composición de la leche materna?
La leche materna está compuesta por: agua, proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Además, también contiene hormonas y enzimas. De todos estos componentes, el que abunda más en la leche materna es el agua, en un 88%, lo que ayuda a mantener el equilibrio electrolítico del bebé.
Veamos, con más detalles, la composición, que se conoce, de la leche materna:
- Millones de células vivas: entre estas células vivas, hay glóbulos blancos, que refuerzan el sistema inmunitario del bebé.
- Más de 1000 proteínas: son básicas para el buen crecimiento y desarrollo del bebé. Además, activan su sistema inmunitario y protegen las neuronas cerebrales.
- Aminoácidos: las proteínas cuentan con aminoácidos, entre ellos, los denominados nucleótidos, que elevan sus niveles durante lo noche, lo que podría ayudar al bebé a conciliar el sueño.
- Oligosacáridos: son los denominados azúcares complejos y la leche materna lleva más de 200 azúcares de este tipo. Debes saber que los oligosacáridos actúan como prebióticos, protegiendo el intestino del bebé.
- Más de 40 enzimas: funcionan como catalizadores que aceleran las reacciones químicas en el cuerpo. Entre otras cosas, permiten la absorción del hierro.
- Factores de crecimiento: son básicos para un desarrollo saludable del bebé, pues intervienen en muchas partes de su organismo, como los intestinos, los vasos sanguíneos o el sistema nervioso.
- Hormonas: la leche materna es muy rica en hormonas, que envían mensajes entre los tejidos y órganos para garantizar su correcto funcionamiento. Algunas de ellas ayudan a regular el apetito y los patrones de sueño del bebé.
- Vitaminas y minerales: favorecen el crecimiento saludable y el funcionamiento de los órganos, y además ayudan a la formación de los dientes y huesos.
- Inmunoglobulinas: su principal misión es proteger al bebé contra las enfermedades e infecciones, ya que neutralizan las bacterias y los virus.
- Ácidos grasos de cadena larga: desempeñan un papel fundamental en el desarrollo del sistema nervioso del bebé. También contribuyen en el desarrollo saludable del cerebro y los ojos.
- Moléculas de microARN: su función parece ser la regulación de la expresión genética, además de ayudar a evitar o detener el desarrollo de enfermedades.
Aunque se conocen muchos de los componentes de la leche materna, todavía quedan muchos otros por descubrir y, actualmente, los científicos siguen descubriendo nuevos.
Composición de la leche materna después de seis meses
La composición de la leche materna no es siempre la misma y varía a medida que el bebé va creciendo. Así pues, si sigues practicando la lactancia materna cuando tu bebé ya tiene más de seis meses, debes saber que tu cuerpo va a producir una leche denominada madura, pero que sigue siendo de gran calidad.
A partir de los seis meses de edad del bebé, la leche sigue siendo una parte importante de su dieta, pero deberás empezar a introducir alimentos sólidos en su dieta con el objetivo de reforzar algunas reservas de nutrientes, como el hierro.
Y, debes saber que, aunque tu bebé ya tome alimentos sólidos, la leche materna sigue siendo aproximadamente la mitad de su ingesta calórica diaria, incluso cuando el pequeñín ya tiene entre 11 y 16 meses de edad.
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¿Cómo se produce la leche materna?
Cada una de las mamas contiene una glándula mamaria que tiene como misión fabricar leche. Para que te hagas una idea, esta glándula se parece a un racimos de uvas suspendidas en una red en la que se ve entremezclada con grasa, arterias, venas y nervios.
Esta glándula está dividada en lóbulos, que a su vez se dividen en lobulillos y estos en alveolos. Estos últimos, los alveolos, tienen la forma de saquitos que desembocan en conductos pequeños. Son las paredes de estos alveolos los que contienen los lactocitos que fabrican la leche.
Durante la lactancia, cada alveolo se va llenando de leche. En respuesta a la succión del bebé, los nervios estimulan los músculos de la pared, y estos exprimen el alveolo que expulsa la leche por los conductos pequeños. Estos forman una red de canalículos que se unen entre sí, siendo cada vez más mayores y desembocando finalmente en el pezón. Cada mujer tiene entre 6 y 20 conductos.
Beneficios de la leche materna
A continuación, te explicamos los beneficios que obtiene, por un lado, el bebé, y por el otro, la mamá, de la leche materna o el hecho de practicar la lactancia materna.
Los beneficios para el bebé
- Tiene anticuerpos que protegen de enfermedades prevalentes de la infancia como diarrea, alergias, asma y las infecciones respiratorias.
- Disminuye el riesgo de enfermedades prevalentes en la infancia como diarreas, asma, neumonía, alergias, entre otras.
- Disminuye el riesgo de desnutrición.
- Reduce de 1.5 a 5 veces el riesgo de muerte súbita.
- Contiene los nutrientes necesarios para su óptimo crecimiento.
- Es de fácil digestión, lo que disminuye los cólicos del bebé.
- Tiene los líquidos y electrolitos suficientes para su hidratación.
- Tiene la mejor biodisponiblidad de hierro, calcio, magnesio y zinc.
- Favorece el desarrollo emocional e intelectual y previene problemas de salud mental a futuro.
- Ayuda a desarrollar un lenguaje claro tempranamente.
- Tiene efectos de largo plazo en la salud, ya que disminuye la probabilidad de desarrollar en la edad adulta enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 1 y tipo 2, leucemia e hipercolesterolemia.
- Hace que los bebés logren un mejor desarrollo cerebral.
- Crea un vínculo afectivo con la madre gracias al cual los niños y niñas amamantados crecen más estables emocionalmente.
- Protege contra la caries dental y reduce el riesgo de realizar ortodoncia en la infancia y la adolescencia.
Los beneficios para la mamá
- Crea un vínculo afectivo madre-bebé, el cual favorece el desarrollo de la autoestima, personalidad saludable y niveles altos de inteligencia en edades siguientes.
- Ayuda a la rápida recuperación después del parto.
- Ayuda a quemar calorías adicionales, lo que permite recuperar rápidamente el preso previo al embarazo.
- Previene la depresión posparto.
- A largo plazo, previene tanto la osteoporosis como el cáncer de mama y de ovario.
- Disminuye el riesgo de sangrado en el posparto y, por lo tanto, el riesgo de desarrollar anemia.
- En el cuerpo de la madre produce hormonas especiales que le ayudan a sentirse relajada y cariñosa hacia su bebé.
Los diferentes estados de la leche materna
1. Primeros días: el calostro
La primera leche que se produce se denomina calostro y es una leche materna que se caracteriza por ser densa y viscosa y tener un color algo amarillento. Esta leche recibe el nombre de "oro líquido" por su riquísima composición en nutrientes a la hora de alimentar y proteger al recién nacido, pues le aporta mucho alimento y, además, es muy fácil de digerir.
Es muy normal que al inicio de la lactancia materna la mamá produzca cantidades pequeñas de leche, entre 40 y 50 ml durante un periodo de 24 horas. Ello no debe preocuparte, pues tu cuerpo se irá adaptando a las necesidades nutricionales del bebé. Al tener un estómago tan pequeño al nacer, para el recién nacido estas cantidades son las adecuadas.
2. Las dos semanas siguientes: la leche de transición
Cuando han pasado entre dos y cuatro días del parto, la cantidad de leche materna producida cambia. Es cuando se produce la denominada "subida de la leche" y los pechos se notan más llenos y firmes. Y es que el bebé ya empieza a consumir de 300 a 400 ml de leche materna cada 24 horas el tercer día de vida. Cuando llega el quinto día, su consumo aumentará hasta alcanzar entre 500 y 800 ml.
Posteriormente, entre los días 5 y 14, se produce la conocida como leche de transición, que es el cambio que tiene lugar cuando se pasa del calostro a la leche madura. Este tipo de leche es más cremosa en color y textura y también es más rica en grasa, calorías y lactosa, por lo que es el alimento ideal para lograr un crecimiento rápido del bebé.
3. A partir de la cuarta semana: la leche madura
Cuando el bebé alcanza las cuatro semanas de edad, la leche materna es totalmente madura. Ello quiere decir que es rica en proteínas, azúcares, vitaminas y minerales, además de contar con un gran número de componentes bioactivos, como hormonas, factores de crecimiento, enzimas y células vivas.
Lo habitual es que a partir de las cuatro semanas, los niveles de ingredientes de la leche madura permanezcan bastante constantes. Debes saber que tu leche se adapta en todo momento a las necesidades del bebé. Así pues, si el bebé está enfermo, tu cuerpo generará anticuerpos para luchar contra esa enfermedad concreta, y estos anticuerpos pasarán a formar parte de tu leche. Cuando el niño es más mayorcito y empieza a meterse todo en la boca, también el nivel de enzimas protectoras de la leche que luchan contra las bacterias aumenta.
Células madre en la leche materna
La Dra. Foteini Kakulas de la Universidad de Australia Occidental demostró que las células madre de la leche materna pueden convertirse en otros tipos de células del cuerpo, como células óseas, adipocitos, células hepáticas y cerebrales.
Se trata de un gran hallazgo que abre nuevas posibilidades para la obtención de células madre para el uso en la medicina regenerativa sin necesidad de destruir embriones en el proceso. La Dra. Kakulas presentó sus descubrimientos por primera vez ante un público europeo en un importante simposio. Explicó que este descubrimiento ha abierto varias vías para la exploración en ámbitos como la investigación sobre el cáncer de mama, la terapia con células madre y la medicina regenerativa.
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