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¿Qué es el calostro y para qué sirve?
El calostro es el primer y más valioso alimento que la mamá puede ofrecer al recién nacido. Su composición no tiene nada que envidiar a la leche "verdadera" y es perfecta para que el pequeño afronte sus primeros días. ¡Conoce qué es el calostro y qué beneficios tiene para tu hijo!
La composición de la leche materna varía de día a día, en el curso de la misma toma, y se modifica en función de las exigencias del niño . Por ejemplo, la leche de los primeros días, denominada calostro, es rica en proteínas y anticuerpos. Por ello, es esencial que ofrezcas a tu pequeño el pecho desde el nacimiento, con el fin de asegurarle todos sus beneficios.
Te explicamos en este artículo qué es el calostro y para qué sirve, cuánto tiempo dura el calostro de la madre, cuándo se produce el calostro y cuánto sale el primer día, qué nutrientes tiene el calostro y qué beneficios tiene para el bebé. ¡Una información imprescindible!
¿Qué es el calostro?
El calostro es la primera leche que se forma después del parto. Se trata de un líquido espeso y amarillento, que contiene más proteínas y más sales minerales, pero menos grasas y menos hidratos de carbono que la leche madura.
¿Cuánto calostro sale el primer día?
Solo se producen 50 ml de calostro al día, que son suficientes para cubrir las necesidades del recién nacido.
¿Cuánto tiempo dura el calostro de la madre?
Transcurridos algunos días, el calostro deja paso a la leche verdadera. Los médicos coinciden en considerarlo perfecto para satisfacer las necesidades del niño en las primeras horas de vida. Y es que, además de proporcionarle energía, el calostro refuerza su sistema inmunitario y le permite adaptarse más fácilmente al mundo exterior. ¡Te explicamos por qué!
¿Qué beneficios tiene el calostro para el bebé?
El calostro tiene un equilibrio en su composición perfecto y proporciona los nutrientes que el niño necesita nada más nacer.
El calostro es rico en proteínas, para recuperar la pérdida de peso al nacer (pérdida fisiologica), pobre en grasa, para que sea más digerible, contiene muchas vitaminas y sales minerales, ideales para su crecimiento, y azúcares, que proporcionan energía y actúan como laxante facilitando la eliminación del meconio, y es un concentrado de anticuerpos.
Por tanto, tiene una composición muy similar a las sustancias nutritivas que el pequeño recibía de la madre a través del cordón umbilical.
El calostro tiene pocas grasas para que sea más digerible
El calostro, a pesar de proporcionar 50-60 calorías por cada 100 ml, no contiene la misma cantidad de grasas que la leche verdadera. Por ejemplo, el calostro contiene dos gramos de grasa, en lugar de cuatro, por cada 100 ml. El hecho de que el calostro sea pobre en grasas hace que la leche sea más digerible. Y es que el estómago y el intestino del niño deben realizar una especie de aprendizaje para acostumbrarse a la alimentación, por lo que se deben evitar inútiles sobrecargas.
En los primeros días de vida, el niño necesita, sobre todo, proteínas y factores inmunológicos que le permitan afrontar mejor la vida fuera de la pancita. Por esta razón, la mayor parte de las energías del recién nacido están reservadas a adaptarse al mundo exterior, y no tanto a crecer y a engordar.
Las grasas contenidas en el calostro están formadas por las mismas moléculas que componen las células de las membranas del cerebro. El calostro, por tanto, favorece la maduración del sistema nervioso, que continúa desarrollándose después del nacimiento.
El calostro es rico en proteínas para crecer
El calostro es muy rico en proteínas. Llega a contener hasta 7-8 gramos por cada 100 ml. La mayor parte de las proteínas está constituida por factores activos contra las infecciones. Estas sustancias proteínicas, también presentes en la leche verdadera, se reducirán a partir del tercer mes de vida, cuando el sistema inmunitario del niño sea más maduro
Las proteínas son necesarias para el crecimiento del pequeño, pues le permiten recuperar la pequeña pérdida de peso (la clásica pérdida fisiológica) que se produce normalmente en la primera semana de vida.
El calostro tiene vitaminas y sales minerales como protección
El calostro también es un concentrado de vitaminas y de sales minerales. Por ejemplo, destaca su contenido en betacaroteno, precursor de la vitamina A, responsable de su coloración amarillenta.
También es un concentrado de zinc. Se trata de un oligoelemento que ejerce una acción fundamental a la hora de favorecer y acelerar los procesos de crecimiento.
Casi la mitad de azúcares
El calostro contiene más de un 45% de azúcares, nutrientes que proporcionan energía, pero que también actúan como laxantes, facilitando la eliminación de meconio.
Las heces que se acumulan en el intestino del recién nacido constituyen una masa espesa y viscosa, llamada meconio. El calostro ejerce un efecto laxante que limpia el intestino del niño (liberándolo de meconio) y preparándolo así para sus nuevas funciones.
Gran reserva de anticuerpos
El calostro es también un "defensa" natural. Es un concentrado de anticuerpos, sustancias que ejercen una acción antiinfecciosa. Por ejemplo, contiene notables cantidades de inmunoglobulinas secretoras A (IgA), que se adhieren a las paredes del intestino del bebé e impiden la penetración de virus y sustancias extrañas que podrían desencadenar alergias.
Pero, además, el calostro también se caracteriza por su elevada concentración de leucocitos. Se trata de glóbulos blancos que actúan de centinelas de la salud, destruyendo los virus y las bacterias.
Por todos estos motivos, la primera leche de la mamá es el mejor escudo para ayudar al bebé a pasar de la vida protegida en la pancita al más arriesgado ambiente externo. También ayuda al pequeño a formar su sistema inmunológico y, por tanto, a construir sus defensas personales frente a las infecciones.
¿Qué pasa si hay "poco" calostro?
Puede parecerte que la cantidad de calostro que segregas es escasa. Sin embargo, esto tiene su explicación. El calostro es muy energético y satisface plenamente las necesidades nutricionales del recién nacido. Por tanto, no es necesario que sea abundante.
Además, el hecho de que se produzca en pequeñas cantidades y que sea muy denso obliga al pequeño a succionar con mayor vigor para asegurarse la "comida". La succión enérgica, a su vez, es el motor que activa la subida de la leche.
Cuando el pequeño se agarra al pecho, activa un reflejo en el organismo materno que tiene el efecto de estimular la producción de prolactina y de oxitocina. Se trata de dos hormonas que son los "interruptores" de la lactación: la primera induce a la mama a producir leche, mientras que la oxitocina permite su salida.