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Cómo mejorar el descanso de mamá: consejos
Las demandas de alimentación y de cuidado del bebé son la principal causa que altera el patrón de sueño de la mamá al inicio de la crianza. ¿Cómo conseguir un buen descanso? Te damos algunos consejos.
Cuando llega el bebé, toda la vida familiar se centra en él. Los padres y, sobre todo, las madres, tienen que adaptarse a las demandas de cuidado del bebé las 24 horas del día, lo que implica un cambio en la rutina de sueño. Dormir períodos de tiempo muy cortos provoca mucho cansancio. Esto repercute a nivel emocional, por lo que es fácil que las recientes mamás experimenten cambios de humor, agobio, preocupación, sensación de que no se puede con todo, tristeza, etc. Si la situación se mantiene en el tiempo sin perspectivas de mejora o de ayuda, puede contribuir a que las mamás sufran una depresión posparto.
Estrategias útiles
Después de tomar conciencia de que se trata de un período de adaptación, lo más sencillo es conocer el ritmo del bebé y acomodarse a él. Es decir, sustituir el largo sueño nocturno por breves siestas a lo largo del día. Pero, si es difícil o no se puede, hay que desarrollar estrategias para aumentar el descanso. Estas son algunas de ellas:
• Poner en práctica las técnicas de relajación y de respiración aprendidas en los cursos de educación maternal.
• Darse un baño con agua tibia antes de acostarse.
• Practicar algo de deporte, porque el ejercicio aumenta la cantidad de sueño profundo.
• Evitar tomar alimentos y bebidas con azúcar, cafeína y alcohol antes de acostarse, con el fin de no perturbar el sueño.
• Tener un sitio de descanso que nos permita recuperarnos cuando el bebé duerme. La música que nos guste puede ayudarnos a sentirnos bien.
• Intentar organizar las visitas estableciendo ciertos límites horarios.
• Compartir el cuidado del bebé, incluso durante la noche. Si se está amamantando, el papá puede cargar al bebé de la cuna, cambiarlo y dormirlo después de la toma, etc.
• Si no se puede conciliar el sueño, no hay que preocuparse ni forzarse a dormir; es mejor realizar alguna actividad relajante.
• No agobiarse e intentar hablar de los pensamientos y de las sensaciones que se tienen.
• Compartir la experiencia con mamás que se encuentran en la misma situación.
• No tener miedo a desconectar el teléfono y a no estar disponible durante todo el día.
• Aprender a priorizar. Hacer las mismas cosas que antes es imposible.
• Delegar tareas, como que nos traigan las compras, recojan al hermanito de la escuela, etc.
• No hay que tener miedo a pedir ayuda siempre que la mamá se sienta cansada o preocupada.
¿Qué puede ayudar a los nuevos padres?
Ante la dificultad que conlleva el período de adaptación a los nuevos ritmos de sueño, se están realizando investigaciones sobre los cuidados que son más útiles. Los resultados indican que hay que ayudar a los padres a conocer el ritmo de las demandas de cuidado del bebé, tomar conciencia de los cambios y planificar estrategias para adaptarse y pedir ayuda.