6 gestos prácticos bajo la regadera

Además de ser la clave para mantener la piel limpia y cuidada, el baño forma parte de esos momentos que ayudan a despertar el cuerpo si es por la mañana o a despedir la jornada de forma relajada si es por la noche. Tanto en un caso como en el otro, es importante escoger con acierto los productos a utilizar y aplicarlos correctamente para que puedas rentabilizar estos minutos de placer al máximo.

Limpiar la piel

Aunque no puedas dedicarle más que 10 minutos, una buena ducha debe iniciarse con agua tibia y finalizar con un chorro de agua fría para tonificar. Utiliza un gel de ducha que respete el pH de tu piel y que respete su hidratación. Si tienes la piel sensible, elige productos específicos que no contienen sustancias irritantes.

Exfoliar: la gimnasia epidérmica que despierta tu piel

Debido a su efecto renovador, la exfoliación transforma visiblemente la textura de la piel, dándole un aspecto más radiante, fresco y juvenil. Al eliminar las células muertas que obstruyen la superficie, la piel está mucho más receptiva para recibir los principios activos de cualquier tratamiento corporal posterior.

Lo más nuevo: hidratarse bajo la regadera

El 55% de las mujeres no utiliza crema corporal o solo la utiliza de manera ocasional cuando aparecen signos de descamación o para darse un mimo especial. Sin embargo,  el 35% de las mujeres se siente incómoda durante todo el día si no se aplica crema por la mañana. El ritmo de vida actual no nos permite utilizar a diario una hidratante corporal. Para dar solución a este problema han aparecido, como novedad, productos hidratantes que se aplican durante el baño (así se identifica en su envase) y que se aplican con gran comodidad. Además de hidratar, aportan otros plus como, por ejemplo, reafirmar o prolongar el bronceado.

¿Cómo funcionan las hidratantes bajo la regadera?

Estos suavizantes corporales utilizan el mismo principio que el acondicionador para el cabello; se aplican con facilidad sobre la piel mojada tras su lavado, dejándolas actuar unos segundos y finalizando con el aclarado y secado habitual. Su eficaz fórmula específica, basada en agentes hidratantes, regenera eficazmente la barrera de la piel sin dejar la sensación grasa que queda tras la aplicación de cremas y aceites.

¡Importante! No sustituyen el gel de ducha, ya que no contienen tensoactivos o detergentes, pero tienen propiedades hidratantes especiales que un gel de ducha no puede ofrecer.

Sanas costumbres

No permanezcas en el agua más de 15 minutos. Termina la ducha diaria con un chorro de agua fría pues tonifica los músculos, activa la circulación y tensa la piel. Asimismo, sécate con una toalla suave dando toques sobre la piel, sin frotarla.

Así es un baño perfecto

• Productos. Más allá de la textura hay que elegir en función de cada tipo de piel: suaves y que no agredan.
• Temperatura del agua. Templada. Lo idóneo es que el agua ronde los 28º-30ºC.
• Tiempo. Unos 10 minutos. Más allá de eso, la piel sufre una mayor pérdida de protección.
• ¿Esponjas? Algunas agreden la piel sensible, por lo que estas pieles deberían utilizar exfoliantes suaves aplicados con las manos. Lo idóneo es usar esponjas no tan ásperas y secar sin frotar excesivamente la piel, para no eliminar la barrera protectora cutánea.
• Hidratación. Si no hemos utilizado hidratación bajo la ducha, secaremos bien la piel y aplicaremos una hidratante corporal para reponer la pérdida de agua y mantener un alto nivel de hidratación. 

Dicen que lo bueno, si es breve, es dos veces bueno. El baño demuestra el dicho. ¡Vale la pena aprovechar el tiempo!