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Baby Signing: ¡aprende a comunicarte con tu bebé!
El Baby Signs Language es una revolucionaria técnica que permite comunicarte con tu bebé antes de que pueda hablar, a través de sencillos gestos con las manos. ¿Quieres conocerla mejor? Hablamos con Míriam Escacena, autora del libro "Comunicación con bebés", sobre este tema. ¡No te lo pierdas!
- ¿Qué es el Baby Signing?
- ¿Existe una edad ideal para enseñar al bebé la lengua de signos?
- ¿Cómo podemos saber si el bebé está preparado para aprender a signar?
- ¿Cómo podemos enseñar a signar al bebé? ¿Con cuántas palabras se suele empezar?
- ¿Cuáles son los beneficios del Baby Signing para los bebés?
- ¿Qué consejos das a los papás y las mamás que están interesados en enseñar la lengua de signos a su bebé?
¿Qué es el Baby Signing?
El Baby Signs Language es una técnica de comunicación temprana con bebés y niños que sirve de puente de comunicación antes del desarrollo del habla. Está basada en gestos sencillos que los pequeños pueden hacer con sus manitas desde aproximadamente los seis meses, y que tienen su origen en las lenguas de signos.
Aunque, en México, esta técnica todavía se conoce poco, no se trata de una nueva moda o de un descubrimiento reciente. Las primeras investigaciones datan de los años sesenta, y hubo un gran auge en Estados Unidos durante las décadas de los ochenta y noventa, especialmente, gracias a los trabajos del doctor Joseph García y las profesoras Linda Acredolo y Susan Godgyn.
Ellos observaron algo fascinante: los bebés que nacen en familias de padres sordos, que observan signar a sus progenitores prácticamente desde que nacen, logran comunicarse más fácilmente que los bebés de padres oyentes, y sufren menos frustraciones.
¿Por qué? Porque pueden expresar sus necesidades sin tener que recurrir al llanto. De hecho, descubrieron que, alrededor de los nueve meses, los bebés pueden llegar a entender y comunicar hasta 75 conceptos diferentes a través de los gestos, utilizando solo sus manitas.
¿Existe una edad ideal para enseñar al bebé la lengua de signos?
Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde. Desde mi experiencia en los cursos con familias, he tenido como alumnos a papás con bebés de apenas dos meses (o incluso mamás embarazadas) hasta otros con niños de más de dos años. En realidad, lo más importante son las ganas que tengamos de aprender y lo constantes que seamos.
Si queremos hablar de un rango de edad ideal para aprender esta técnica, podríamos decir que está entre los 6 y los 18 meses. En la red, pueden encontrarse videos de bebés signando con apenas dos o tres meses (son casos excepcionales), aunque lo normal es empezar a partir de los seis, cuando comienza el desarrollo de las habilidades motoras finas.
¿Cómo podemos saber si el bebé está preparado para aprender a signar?
A la hora de decidir si es buen momento para enseñar al bebé a signar, debemos observar al pequeño, descubrir cuáles son sus capacidades y qué es lo que más le atrae según la etapa de desarrollo en la que se encuentra.
Curiosamente, los hitos para comenzar con este tipo de comunicación coinciden con las señales de que el bebé está preparado para iniciar la alimentación complementaria: fundamentalmente, que haya un control total del tronco para mantenerse sentado en equilibrio, y que empiece a señalar y a practicar la pinza con los dedos índice y pulgar.
Estos son los principales puntos que hay que observar en el bebé:
- Puede mantenerse sentado sin apoyos. De este modo, podrá tener las manos libres para utilizarlas según su voluntad.
- Señala con el dedo índice los objetos que quiere.
- Puede agarrar cosas con sus manitas y las manipula.
- Le gusta observarnos e interacciona de forma visual.
- Intenta repetir los gestos que hacemos. Por ejemplo, cuando sacamos la lengua o aplaudimos.
- Está interesado en comunicarse.
¿Cómo podemos enseñar a signar al bebé? ¿Con cuántas palabras se suele empezar?
El secreto está en introducir los signos en el día a día de forma natural y dejar que todo fluya, disfrutando del proceso de aprendizaje y sin marcarnos objetivos a corto plazo que puedan estresarnos o querer tirar la toalla pensando que esta técnica no funciona o, lo que es peor, presionando al bebé.
Particularmente, yo recomiendo elegir pocos signos para empezar: 2, 3, 5, a lo sumo 10. De esta manera, se evita sobreestimular al bebé, aunque tampoco hay problema en incorporar más signos si se ve que el pequeño está preparado.
Normalmente, se comienza con aquellos signos relacionados con las rutinas y las necesidades básicas, como leche, baño, cama, pañal, comer, beber, jugar, leer, mamá, papá, etc.
Una vez que los hemos elegido, hay que aprenderse bien los gestos y signar cada vez que pronunciemos la palabra. Esto es muy importante, porque, a la vez que signamos, estamos estimulando el lenguaje oral. La idea es hacer el signo en el momento de la acción. Así, el bebé asociará el significado al signo. Me explico: no tiene mucho sentido hacer el gesto de bañarse estando en el parque. El bebé no captaría el significado y podríamos confundirlo.
Respecto a la evolución del aprendizaje, el plazo es muy variable y depende sobre todo del momento madurativo del pequeño y del nivel de exposición a los signos. Pueden pasar dos o tres meses hasta que veamos los primeros resultados (o incluso seis), algo que sucede, normalmente, en torno a los diez y los 14 meses de edad del pequeño.
Del mismo modo, no es lo mismo si signa solo un progenitor, si lo hacen los dos, si se implica al resto de familiares o si signan también otros cuidadores o en la escuela infantil. Eso sí, una vez que el bebé hace el primer signo y se da cuenta de que puede comunicarse, el aprendizaje suele ser exponencial.
Mi hija llegó a aprender unos 250 signos, con la correspondencia entre la palabra en castellano e inglés.
¿Qué signos son los más básicos y fáciles de enseñar a los niños? ¿Nos podrías dar algunos ejemplos?
Normalmente, lo más sencillo es comenzar con los signos de las rutinas, ya que, de este modo, nos aseguraremos de que habrá un momento en el día en el que podamos signar la palabra de forma natural.
Todos los bebés son lactantes, así que el primer signo que suelen aprender es el de la leche, que se representa abriendo y cerrando la mano, como si estuviéramos ordeñando una vaca. Es muy bonito poder detectar cuándo los bebés tienen hambre antes de que nos hagan llegar otras señales, como pequeños llantos.
Los bebés también suelen realizar varias siestas al día. Por lo tanto, cuando estamos en casa y llega la hora de dormir, podemos agacharnos a la altura del bebé para establecer una comunicación visual, mirarlo fijamente y preguntarle: “¿Vamos a la cama?”, mientras repetimos el signo inclinando la cabeza sobre nuestras manos.
Otro signo muy útil es el de comer, moviendo la mano como si nos lleváramos un puñado de comida a la boca, un gesto universal que hacemos incluso los adultos.
¿Cuáles son los beneficios del Baby Signing para los bebés?
El Baby Signing nos puede hacer vivir momentos maravillosos con nuestros pequeños y crear preciosos recuerdos. Pero, además, tiene muchos beneficios:
- Reduce frustraciones y llantos. Los padres solemos desarrollar un sexto sentido para interpretar las señales de los bebés, pero hay ocasiones en las que no logramos adivinar lo que les pasa para poder calmarlos. Los peques se frustran por el hecho de no ser capaces de comunicarnos lo que les sucede, y nosotros nos ponemos nerviosos, por lo que la tensión aumenta. Con los signos, podremos ahorrarnos muchas situaciones de este tipo.
- Refuerzo del vínculo afectivo. El hecho de tener una herramienta para poder entender a nuestros bebés, saber lo que les pasa, cómo ven el mundo, es algo maravilloso, que repercute directamente en el vínculo afectivo, los lazos de unión y la complicidad en la familia. Esto es especialmente bonito en el caso de los papás, ya que las madres comenzamos a desarrollar el vínculo desde el embarazo y ellos lo van creando después del nacimiento.
- Desarrollo del lenguaje oral. Los niños que signan suelen desarrollar antes el lenguaje oral, ya que, para enseñar a signar, estamos continuamente repitiendo las palabras (mucho más que si no signáramos) y, por tanto, estamos exponiéndolos mucho más al lenguaje oral, algo que ellos aprenden por imitación.
- Bilingüismo. Exponer a los niños a otra fonética en los primeros años de vida es un gran regalo que los acompañará siempre, ya que su mente absorbente les permite aprender con mucha facilidad. De hecho, el desarrollo del lenguaje es uno de los períodos sensibles de los que hablaba Maria Montessori (como ventanas de oportunidad maravillosas para aprender).
- Refuerzo en los casos de necesidades educativas especiales. Cualquier niño que está aprendiendo a hablar puede beneficiarse del Baby Signing, pero, en el caso de niños con necesidades especiales, aún es más evidente cómo los signos pueden mejorar su capacidad lingüística.
En aquellos casos en los que se detecte algún retraso en el desarrollo del lenguaje, los signos pueden actuar como sistema aumentativo de comunicación. De hecho, es bastante común que los logopedas los utilicen. De esta manera, se reducen frustraciones, al mismo tiempo que se aumenta la autoestima y la autoconfianza del niño, y se facilita su sociabilización y las relaciones positivas con su entorno.
¿Qué consejos das a los papás y las mamás que están interesados en enseñar la lengua de signos a su bebé?
Pues, en primer lugar, que se animen a probar, ya que es una experiencia maravillosa que todas las familias deberían disfrutar. Y, en segundo lugar, es importante que se informen bien, y, a ser posible, que acudan a un curso o taller con una instructora certificada.
Una vez que estén decididos a aprender, deberán elegir la lengua vehicular que van a utilizar. El Baby Signing es un sistema aumentativo de la comunicación: por un lado, pronunciamos la palabra y, por el otro, hacemos el signo.
Lo más extendido en la comunicación con bebés son los signos que proceden de la lengua de signos americana o ASL (American Signs Language), ya que la técnica se originó allí, y se estima que hay más de dos millones de signantes en diferentes países del mundo. También se pueden utilizar los signos procedentes de la LSE (Lengua de Signos Española) o de cualquier otra.
Hay familias que lo tienen muy claro y no lo dudan: quieren utilizar la lengua de signos de su país. Pero a otras les interesa el debate, porque el hecho de emplear la lengua de signos americana favorece el bilingüismo desde edades tempranas, siendo una gran oportunidad para exponer a los niños a otro idioma, a escuchar otros fonemas, otra pronunciación, etcétera. Sea una u otra la lengua de signos elegida, el método es el mismo.
Míriam Escacena. Guía Montessori de Comunidad Infantil
Fundadora de la Asociación Entre Nubes y co-fundadora de Nimbé Aprendizaje