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Niños bilingües: todo lo que debes saber
El sueño de tener un hijo que hable dos idiomas es cada vez más frecuente. Las mamás y los papás están convencidos de que es fundamental, en un mundo ahora internacional, tener hijos que sepan hacer malabares con los idiomas. Y, de hecho, que el niño sea bilingüe tiene aspectos muy positivos. ¡Toma nota sobre la mejor manera de criar a niños bilingües!
- 10 consejos para criar niños bilingües
- 1. La naturalidad es lo primero
- 2. La coherencia es indispensable
- 3. Las lenguas deben alternarse
- 4. La gramática no es fundamental
- 5. La lectura es importante
- 6. Niño bilingüe, solo si realmente crees en ello
- 7. Las prisas son el enemigo del niño bilingüe
- 8. Crear un grupo de juego de idiomas
- 9. Viajar donde se habla la lengua
- 10. No tiene por qué empezar a hablar más tarde
El niño bilingüe es aquel que puede entender y, en mayor o menor medida, hablar dos lenguas. Esta situación puede darse porque en el hogar existen dos lenguas maternas diferentes o, simplemente, puede ser el resultado de una decisión educativa de los padres.
La decisión de los padres de enseñar a su hijo dos lenguas puede ser beneficiosa; aunque debe considerarse cuidadosamente, ya que será una tarea laboriosa, muy importante para el desarrollo cognitivo del niño.
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10 consejos para criar niños bilingües
Estos son los 10 consejos sobre la mejor manera de criar niños bilingües. Un decálogo para ser leído con atención.
1. La naturalidad es lo primero
En el uso de idiomas, tienes que ser natural y seguir tus instintos. Los niños tienen que escuchar las diferentes lenguas para involucrarse, pero sin ser forzados. Esto significa que no se necesitan clases específicas para ello, sino solo el uso diario de los dos idiomas.
2. La coherencia es indispensable
Este consejo sirve, sobre todo, para los hijos de parejas mixtas o para los que se mudan al extranjero. Si los padres provienen de culturas y tienen lenguas diversas, deben continuar hablando su idioma en familia y seguir su historia. Si son los primeros que las esconden o las evitan, obviamente, los niños harán lo mismo.
Si, por el contrario, se muda a un país extranjero toda la familia, no tiene sentido dejar de lado la lengua materna y utilizar solo la del nuevo país. Esto significaría perder un recurso muy valioso.
3. Las lenguas deben alternarse
Como en todos los demás ámbitos, también en el lingüístico, se debe estimular a los niños. Esto significa que es necesario que los padres hablen en sus lenguas, alternándolas. Si los padres utilizan la misma lengua, pero uno, por ejemplo, conoce bien el inglés y quiere que su hijo lo aprenda desde el nacimiento, se puede decidir que siempre hable en inglés a su hijo en algún momento específico. En este sentido, también puede ser útil la idea de acoger durante un período de tiempo a una persona “au pair”, que hable el nuevo idioma que se quiere enseñar al niño.
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4. La gramática no es fundamental
Cuando los niños son pequeños, no aprenden tanto a través de la enseñanza de la gramática, sino a través de mecanismos de aprendizaje implícitos. Por tanto, es mejor animarles a que aprendan el idioma a través de libros, películas, dibujos animados, juegos de Internet, etc. Los recursos para enseñar una lengua a un niño son muchísimos, por lo que es bueno utilizar distintos tipos para hacer que este proceso sea más sencillo y agradable.
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5. La lectura es importante
Cuando el niño es pequeño y queremos enseñarle dos lenguas, porque los padres proceden de distintas culturas o porque nos hemos trasladado a otro país, conviene leer libros en voz alta al pequeño en ambas lenguas. Incluso, aunque aún no sepa leer, es bueno que se siente a nuestro lado y leerle libros en voz alta, en los dos idiomas que nos interesan. De este modo, cuando aprenda a leer, las lenguas que ha escuchado durante tanto tiempo formarán ya parte de su patrimonio y la conexión entre la palabra hablada y la escrita será para él mucho más fácil.
6. Niño bilingüe, solo si realmente crees en ello
En primer lugar, los padres deben creer que el bilingüismo es bueno para su hijo. Si no se lo creen del todo o no están convencidos, es mejor no insistir. Y es que los niños se dan cuenta de lo que piensan las personas adultas y, seguramente, se sentirán influenciados por este pensamiento. Un padre que no sostenga el proyecto acabará por hacerlo naufragar.
7. Las prisas son el enemigo del niño bilingüe
No hay que presionar a los niños respecto al uso de otra lengua. En algunos casos, los padres empujan a los niños a mostrar cuanto saben y se molestan si no lo hacen. Es un error. Los niños deben sentirse libres de pasar de una lengua a otra, según se les antoje y no porque reciban presiones. De lo contrario, acabarán por asociar el aprendizaje de una nueva lengua con algo que les causa estrés y no pondrán interés.
8. Crear un grupo de juego de idiomas
Ya sea tratando de aprender un idioma en casa o en el extranjero, es bueno que los niños escuchen los idiomas de personas diversas y no siempre de las mismas. Esto significa que puede ser útil tener un grupo de personas que hablen la lengua en concreto. Por ejemplo, en México, se puede organizar un grupo de juego en el que se hable, por ejemplo, en inglés, tal vez con una guía de habla nativa.
De este modo, los niños se divierten y familiarizan con el nuevo idioma. Para los que se muden a un país extranjero, por su parte, es esencial que los niños tengan un grupo variado de personas que hablen la lengua originaria, de modo que puedan mantenerla viva mientras aprenden el nuevo idioma.
9. Viajar donde se habla la lengua
Este aspecto es muy importante. Viajar al país donde se habla la segunda lengua que se está aprendiendo puede ser muy ventajoso, porque te sumerges en ella. En este sentido, puede ser útil viajar con la familia, pero también resultan útiles los viajes de estudio desde pequeños. Ciertamente, no hay que esperar que, al cabo de estar dos semanas en Reino Unido, el niño ya hable como un lord. Lo que ocurrirá es una profunda adquisición de confianza en el nuevo idioma, lo que hará que los procesos de aprendizaje posteriores sean más naturales y efectivos.
10. No tiene por qué empezar a hablar más tarde
El niño debe familiarizarse con las dos lenguas cuanto antes y no existe ningún problema por empezar demasiado pronto. De hecho, lo mejor es que el bebé oiga hablar las dos lenguas desde el nacimiento. En general, el riesgo de que surjan problemas de confusión o de desarrollo del lenguaje es muy bajo, cuando ambas lenguas son introducidas en los primeros meses del pequeño.
Por otro lado, según las estadísticas, los niños bilingües empiezan a pronunciar sus primeras palabras a la misma edad que en los otros casos. Los pequeños "retrasos", si así se les puede llamar, son considerados totalmente aceptables, tal y como sucede cuando se aprende una sola lengua.
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