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Correpasillos, ¿cómo debe ser?
El bebé aprende a ponerse de pie y da sus primeros pasitos alrededor del año de edad o pasados unos meses. ¿Es bueno estimularlo para que aprenda a caminar? ¿El correpasillos favorece su desarrollo? ¡Te lo explicamos!
Cada niño evoluciona de forma diferente y algunos aprenden a caminar antes y otros después. Sin embargo, normalmente el pequeño aprende a sentarse sin ayuda y a gatear en algún momento del segundo semestre. Más adelante, alrededor del añito de edad o unos meses después, empieza a caminar apoyándose hasta que más adelante comienza a andar solito.
Actualmente, existen muchos accesorios que ayudan a estimular el aprendizaje de caminar en el niño. La andadera y el correpasillos son algunos de estos utensilios. Sin embargo, ¿son todos buenos para ayudar al niño a caminar? Los pediatras y traumatólogos recomiendan algunos productos, mientras desaconsejan el uso de otros.
(Te interesa: Tipos de gateo del bebé: ¿cómo gatea y qué significa?)
La andadera, ¿sí o no?
La andadera es un armazón metálico circular con un asiento de lona y con cuatro patas con ruedas que se utiliza cuando el bebé muestra deseos de empezar a caminar. Sin embargo, según pediatras y traumatólogos, la andadera no ayuda al bebé a aprender a andar. Aunque este utensilio fortalece las pantorrillas y los tobillos del niño, al ir sentado, el pequeño no debe utilizar los muslos ni los músculos de las caderas, imprescindibles para aprender a caminar. Además, la andadera impide el desarrollo del gateo, un ejercicio muy beneficioso para el niño antes de empezar a caminar. Según los expertos, si el niño utiliza la andadera muy a menudo puede llegar a causarle malformaciones en rodillas y pies.
El correpasillos
El correpasillos, según la opinión de pediatras y traumatólogos, es mejor utensilio que la andadera a la hora de estimular el caminar del bebé.
El correpasillos se puede definir como "el primer vehículo" del niño, en el que va sentado y avanza impulsándose con los pies. Además, favorece la motricidad del pequeño, le permite ganar confianza al encontrarse más estable y, además, le sirve como un juego simbólico, en el que puede pasear a sus muñecos y guardar otros juguetes.
(Te interesa: Motricidad del bebé: ¡5 juegos para mejorarla!)
¿Cómo debe ser el correpasillos?
El correpasillos está pensado para que el niño lo utilice a partir de los siete u ocho meses de edad, cuando ya es capaz de sentarse por sí solo y dar sus primeros pasos. Sin embargo, es importante tener en cuenta la seguridad del producto antes de adquirirlo, pues es habitual que los niños padezcan caídas y accidentes con los correpasillos, por lo que conviene tener en cuenta que cumplan la norma Europea EN 1273, que regula las características que debe cumplir este producto. Debes tener en cuenta:
- Que los bordes y esquinas sean redondeados.
- Que la altura del asiento en la posición más baja sea como mínimo de 18 cm.
- Que sea muy estable y resistente, para evitar vuelcos.
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