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Viviana Castro
Fonoaudióloga Esp. Neurodesarrollo e Integración Sensorial.
Supervisión científica.
Los trastornos del habla en niños son más comunes de lo que parece y es importante detectarlos cuánto antes, ya que así se pueden tratar de forma más eficaz.
El trastorno del lenguaje más frecuente es la dislalia, que se manifiesta con una dificultad a la hora de articular palabras. De entre los distintos tipos de dislalias, destaca la disglosia, que se debe a malformaciones o defectos en los órganos que intervienen en el habla.
Para pronunciar correctamente una palabra es necesario que funcione correctamente el cierre de los labios, la lengua, la respiración nasal, etc. Si este equilibrio no existe significa que alguno de los órganos o músculos que intervienen en la pronunciación tiene un problema, lo que provoca dificultades en el habla.
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Las causas que provocan la disglosia son variadas y se encuentran en los órganos relacionados con el habla. Las más habituales son:
Dependiendo del órgano relacionado con el habla en el que tiene lugar la malformación, se distinguen distintos tipos de disglosia.
Malformaciones en la zona de lo labios, tales como paladar hendido, frenillo labial superior hipertrófico, fisura del labio inferior o macrostomía, provocan este tipo de disglosia denonimada dislogisa labial, que ocasiona un trastorno en la articulación de los fonemas debido a defectos en la movilidad, fuerza o consistencia de los labios.
La disglosia mandibular está provocada por una alteración en la forma de los maxilares y puede ser congénita o de desarrollo. Las causas son diversas: progenie, deserción de maxiliares, disostosis maxilofacial, etc.
Este tipo de disglosia viene provocada por una alteración en la forma o posición de los dientes, lo que provoca un trastorno en la articulación del habla. Es un tipo de disglosia que se produce con el desarrollo y que puede verse ocasionada por causas genéticas, desequilibrios hormonales, alimentación, ortodoncias, etc.
La alteración en la pronunciación también puede verse provocada por un trastorno orgánico de la lengua, que puede afectar a la rapidez, exactitud y sincronización de los movimientos de la misma. Las causas de este tipo de disglosia son diversas: frenillo corto, glosectomía, macroglosia, malformaciones congénitas de la lengua, etc.
Finalmente, las malformaciones orgánicas del paladar y del velo del mismo también pueden provocar disglosia. Sus causas: fisura palatina, fisura submucosa del paladar, paladar ojival, paladar corto, úvula bífida, velo largo, etc.
Las causas de la disglosia son muchas y, en consecuencia, también son diversas las formas de tratamiento existentes.
La disglosia es una patología que afecta las capacidades fisiológicas del individuo, por lo que el tratamiento no se limita a los órganos afectados directamente (lengua, maxilares, paladar, labios, etc), sino que engloba el aspecto fisiológico y se tratan también las funciones motoras y neurovegetativas, como la masticación, la regulación, la voz, la respiración nasal y la articulación del habla.
Otro aspecto que el especialista tendrá en cuenta a la hora de tratar la disglosia es la intensidad de la misma. Dependiendo de la gravedad de la disglosia, se requerirá un tipo de tratamiento u otro. Cada tipo de disglosia precisa de un tratamiento logopédico diferente y específico.
De forma general, los aspectos que se trabajan con mayor frecuencia en este tipo de patología son: trabajo de aspectos como la articulación, la deglución la respiración, la tonicidad, analizar aspectos como la lengua y los labios y los movimientos de los distintos órganos de la boca. Si se trata de un caso de disglosia grave, se puede recurrir a la cirugía.
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