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Tocar es amar: beneficios del contacto físico con el bebé
Todas las muestras de contacto con el bebé (masajes, abrazos, caricias, besos…) son clave para su correcto desarrollo físico y emocional. Un fisioterapeuta profesional nos da unos consejos para estimular al bebé a través del tacto y demostrarle, al mismo tiempo, todo nuestro amor.
Hace apenas unos miles de años que podemos articular palabras. Entre las primeras, seguro que estaban las expresiones del amor hacia nuestros hijos, como “cariño” o “te quiero”.
El ser humano es mucho más antiguo que la palabra. Quizás, nuestro origen, tal y como nos conocemos, esté alrededor del millón de años. Durante todo ese tiempo, los progenitores siempre hemos expresado el amor hacia nuestros bebés, incluso sin palabras. Pero ¿cómo lo hemos hecho? Pues a través del tacto, sin lugar a dudas, en su multitud preciosa de formas y variedades: el piel con piel, los besos, las caricias, los abrazos, los masajes o las cosquillas, entre otros.
Contacto físico, esencial para el desarrollo del bebé
Sabemos que el ser humano es un mamífero. Pero podríamos decir que el ser humano es, además, algún tipo evolucionado de marsupial. Extraña comparación, ¿verdad? La razón es que el ser humano se desarrolla mucho mejor cuanto más contacto físico tiene con la madre.
- En cierto modo, todos los bebés humanos nacen “prematuros”. Un potro recién nacido solo necesita dos horas para caminar junto a su madre; un chimpancé, quizás, requiere dos días para poder desplazarse y buscar por su cuenta la nutrición en su madre. En cambio, un bebé humano precisa al menos siete meses para gatear, nueve meses para ponerse en pie y 12 para caminar, pero, aun así, sigue siendo extremadamente dependiente.
- El bebé humano, por su gran inmadurez en el nacimiento, necesita el contacto no solo para sobrevivir, sino también para un desarrollo óptimo. Se han descrito graves retrasos en el desarrollo en bebés aislados del contacto físico con adultos. Quizás, un bebé necesite el contacto tanto como la leche materna o el aire.
- El contacto con el bebé, a través de los masajes o del tacto, por ejemplo, se encuentra, sin duda, en la base de su desarrollo físico y emocional, y es fundamental para su construcción neurológica, afectiva e inmunológica.
La importancia del piel con piel
- El contacto piel con piel ha demostrado tener unos beneficios increíbles en bebés prematuros. Esto es algo que se observó ya en los años 70 en algunos países de Latinoamérica con déficit de incubadoras, en los que se empezó a colocar al bebé piel con piel en el cuerpo de la madre.
Los médicos apreciaron una mejor regulación de la temperatura, una mayor ganancia de peso y un mejor desarrollo global. A partir de entonces, la ciencia no ha parado de describir nuevos beneficios relacionados con el contacto de la piel del bebé con la de un adulto de forma mantenida y, preferiblemente, con la de la madre.
Los beneficios del piel con piel se han descrito en detalle en referencia a las primeras horas después del nacimiento del bebé, pero también se extienden a los primeros cuatro meses de vida.
- Otra de las grandes ventajas que se han visto del piel con piel hace referencia a la lactancia materna. Los bebés lactan mucho mejor cuanta más parte de su piel esté en contacto con la piel de la madre.
De hecho, desnudar al bebé para que esté sobre el cuerpo desvestido de la madre estimula las reacciones de búsqueda necesarias para la lactancia y la función de la boca. Este beneficio se incrementa si, mientras el bebé lacta, la mamá acaricia las palmas de sus manos y de sus pies.
Y es que las suaves presiones en manos y pies desencadenan movimientos más intensos de la boca y una mejor succión. A esta maravillosa reacción se la conoce como respuesta Babkin, y es utilizada desde el inicio de los tiempos para ayudar a mamás y bebés con dificultades en la lactancia.
Cuanto más contacto, mejor control del movimiento
En cuanto al desarrollo físico, encontramos algo sorprendente. En el cerebro, hay una zona con un mapa preciso de cada parte del cuerpo. Gracias a ese mapa, podemos mover nuestro cuerpo con precisión. De este modo, somos capaces, por ejemplo, de mover un dedo sin que se muevan otros.
En el recién nacido, este mapa es apenas un esbozo desdibujado. Es, a través del tacto con las personas de cuidado, cuando ese pequeño borrador se convierte en un mapa luminoso, preciso y tridimensional, lo que permite que el bebé y el niño vayan aprendiendo a controlar su cuerpo cada vez mejor, tanto en los movimientos más generales, como gatear o caminar, como en los movimientos más finos, como agarrar un trocito de fruta o dibujar.
Cuanto más y mejor son tocados los bebés, mejor será el desarrollo de sus movimientos en un futuro. Esta es otra de las maravillas del tacto: cuanto mejor sentimos nuestro cuerpo, mejor podemos moverlo.
¿Cómo ayudar a tu bebé a través del tacto?
Veamos algunos consejos que pueden marcar la diferencia en el desarrollo de tu bebé:
- Pasa al menos 2-3 horas al día en contacto piel con piel con tu bebé. Atención, no es pijama con pijama, sino piel con piel. Los dos tienen que estar desvestidos.
Esto es clave durante los primeros cuatro meses de vida, aunque será una buena costumbre que pueden mantener muchos meses después. Si pueden ser más horas, mucho mejor. También el bebé puede estar en una superficie para moverse con libertad y pasar mucho tiempo boca abajo para jugar, siempre despierto y vigilado.
- Aprovecha los tiempos de lactancia para estar juntos sin ropa. La lactancia será mucho mejor cuanta más superficie de contacto haya entre ustedes. En función de la época del año y de la temperatura ambiente, pueden cubrirse adecuadamente por encima.
Durante ese tiempo, presiona suave y constantemente la palma de la mano de tu bebé que tengas más accesible (las dos si es posible), y también la planta de los pies, para despertar las respuestas Babkin. Sentirás que los movimientos de la boca de tu bebé son más intensos.
- Procura que los masajes sean una rutina en el día a día. No focalices la importancia en el tipo de crema que utilizas o en las técnicas que empleas, sino en el hecho de estar juntos.
La forma ideal para mejorar el desarrollo del cerebro del bebé a través del tacto son las presiones suaves de tipo abrazo en cada pequeña parte de su cuerpo. A través del tacto, estás diciendo a tu bebé que existe y que es querido. Pon ahí tu intención, en el reconocimiento y en el amor. Quizás sea aún mejor si dices su nombre y cada parte del cuerpo que vas tocando, o incluso si cantas o tarareas.
- Cómetelo a besos. Que no quede ni un milímetro de su cuerpo sin besar. Puedes utilizar los labios para hacer trompetillas en su cuerpo o morderlo tiernamente con los labios, en un juego precioso de intimidad. Este es un tipo de contacto aún más arcaico, además de divertido e intenso.
- Nunca dejes de abrazar a tus hijos al menos una vez al día durante unos segundos y demostrarles el amor que les tienes. Este consejo no se desactiva cuando dejan de ser niños…
Iñaki Pastor
Fisioterapeuta experto en desarrollo infantil y neurodesarrollo
Doctor por la Universidad de Zaragoza y Máster en Fisioterapia Pediátrica