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Masaje infantil: beneficios y todos los paso a paso
El masaje piel a piel crea una continuidad con las sensaciones que el bebé experimentó en el vientre materno, y responde a su fuerte necesidad de contacto y tranquilidad. Conozcamos las recomendaciones de la experta para realizar delicados masajes a nuestro bebé y disfrutar juntos de este bonito momento de complicidad.
- ¿Cuáles son los beneficios del masaje infantil?
- ¿Cuál es el mejor momento para dar un masaje al bebé?
- ¿Qué tener en cuenta antes de empezar con el masaje?
- La posición de la madre y el bebé para el masaje
- ¿Cómo se hace un masaje infantil?
- El masaje más allá de los primeros meses
- ¿Cómo puede ayudar el masaje si el bebé no se siente bien?
La leche materna es el alimento para el cuerpo del bebé y le asegura un crecimiento óptimo. Los mimos, el contacto y las caricias son el alimento para el alma.
Diversos estudios e investigaciones confirman que el tacto nutritivo es una base fundamental para el desarrollo en los primeros años de vida. De hecho, algunos hospitales recomiendan hacer “piel con piel” en las primeras horas de vida del bebé.
El tacto es el primer lenguaje y la piel está preparada para ello. Desde antes de nacer, el feto siente las contracciones, y está habituado a estar protegido, a tocar las paredes abdominales de su madre… Otros sentidos, como la vista o el gusto, se van agudizando a medida que el bebé crece, pero el tacto está totalmente desarrollado al nacer.
El masaje infantil es una de las formas más agradables y fáciles para ofrecer un contacto respetuoso a bebés y niños. Pero, ¿cómo ayuda una rutina de masaje infantil al bebé y al niño?
¿Cuáles son los beneficios del masaje infantil?
Cuando el masaje es respetuoso, se convierte en una oportunidad para compartir y profundizar en la relación entre padres e hijos. Asimismo, utilizarlo como rutina en el día a día puede proporcionar grandes beneficios:
- El masaje infantil genera un estado de bienestar y de relajación, ya que estimula la producción de hormonas relajantes, como las endorfinas o la oxitocina, y ayuda al bebé a descargar y aliviar la tensión que le producen las situaciones nuevas, el estrés o las pequeñas molestias.
- Ayuda a aliviar algunos dolores. A mediano plazo, podrás darte cuenta de cómo algunos movimientos ayudan al bebé a aliviar algunos dolores. Por ejemplo, cólicos del lactante, tensión muscular, molestias de dentición, exceso de mucosidad, hipersensibilidad, etc.
- Estimula el sistema circulatorio, respiratorio, muscular y gastrointestinal. El arte del masaje infantil combina técnicas y movimientos que estimulan cada parte del cuerpo del bebé, lo que ayuda a descargar la tensión.
- Favorece la comunicación y el vínculo entre la mamá, el papá y el bebé. Esta rutina ayudará a los padres a ganar más confianza y seguridad. Es posible que aprendan a escuchar y comprender el llanto del bebé, además de distinguir las señales entre cada estado de vigilia.
Se aconseja utilizar un aceite natural, preferiblemente inodoro, para que el olor de mamá o de papá sea también un vínculo de conexión. - Acelera la maduración del sistema nervioso, ya que ayuda a la integración sensorial y agiliza la mielinización, muy importante para las conexiones sinápticas en el recién nacido.
- Influye sobre los niveles de ACTH, la hormona del estrés, y, por lo tanto, puede convertirse en una ayuda para los trastornos en el ritmo entre sueño y vigilia.
- Favorece la conciencia del propio cuerpo y la formación de una imagen positiva de sí mismo. Por este motivo, es importante hacerlo siempre con permiso y respetando los ritmos del bebé.
Pedir permiso al bebé antes de empezar una sesión de masaje infantil es bastante favorable, ya que comunica respeto y ayuda a situar al niño o a la niña en que algo nuevo va a suceder. El bebé no responde con un "sí" o un "no", sino que debemos leer su lenguaje y conocer las señales para continuar con el masaje.
¿Cuál es el mejor momento para dar un masaje al bebé?
Algunas mamás o papás asocian el ritual del masaje con el momento del baño o el cambio de pañal. Otra/os se reservan esta cita para la hora de acostar al bebé por la noche. De hecho, no existe un momento “ideal”: cada madre o padre tendrá que basarse en las características de su hijo y en las “señales” que le comunica.
Generalmente, el bebé aprecia más que lo toquen cuando se encuentra en un estado de “vigilia tranquila”, es decir, cuando no está durmiendo y está receptivo. La IAIM (International Association of Infant Massage) describe las señales de este estado. A continuación, compartimos algunas:
- Focaliza la atención en su entorno.
- Realiza movimientos tranquilos y relajados.
- La respiración es regular.
- El bebé expresa interés y concentración.
Una vez determinado el momento “ideal”, dado que el bebé no tiene muchas referencias de espacio y tiempo, se recomienda una cierta “rutina” diaria, que se inicie con el mismo ritual. De esta forma, se pueden vivir todos los beneficios del masaje infantil. Esto es importante mencionarlo, ya que algunos progenitores, debido a la inmediatez, quieren resultados en la primera sesión, y el masaje no funciona como una pastilla; funciona con el amor, la constancia y respetando los estados del bebé.
Asimismo, el papá o la mamá deben elegir un momento tranquilo, libre de distracciones externas y ruidos de fondo (la radio, la televisión, etc.), y en el que se excluyan otras ocupaciones (tal vez, convenga apagar el teléfono) y se dediquen exclusivamente a su bebé.
En conclusión, el momento adecuado lo decide cada familia. Lo importante es que ambas partes quieran estar, porque la postura de quien da el masaje influye en la recepción del masaje en el bebé.
¿Qué tener en cuenta antes de empezar con el masaje?
Antes de empezar, se sugiere a la mamá o al papá que adopten una postura cómoda y relajen el cuello y los hombros haciendo respiraciones profundas. Durante la inspiración, se puede visualizar un pensamiento positivo que se quiera hacer propio, mientras que, cuando se espira, se intentan alejar las preocupaciones.
Los progenitores deben estar tranquilos durante el momento del masaje y ofrecer refugio con su voz al bebé. La voz se convierte en un instrumento potente que une el masaje y las palabras.
Antes de tocar al niño, es necesario quitarse los anillos o las pulseras que puedan molestar al bebé y calentarse las manos, por ejemplo, frotándolas entre sí con aceite de almendras o cualquier otro de tipo vegetal.
También es importante "pedir permiso" al bebé, mirándole a los ojos. Será suficiente con una frase, como: “¿Puedo hacerte un masaje en las piernitas?”, y mostrarle las manos mientras se frotan con el aceite. Esta petición nos recuerda que debemos escuchar al bebé, prestar atención a sus señales y reacciones, y estar preparados para posponer o interrumpir el masaje si muestra que no le gusta.
A medida que el bebé va creciendo, esta frase se puede ir adaptando a sus gustos: podemos pedir permiso cantando, con títeres, etc. Así, el masaje acompaña a los niños durante años.
El ambiente tiene que ser tranquilo y acogedor, con una iluminación suave y una temperatura agradable. No tengas miedo de dejar al bebé desnudo y no te preocupes por si se orina; deja que todo fluya en ese momento.
La posición de la madre y el bebé para el masaje
La mamá o el papá se arrodilla en el suelo y el bebé se coloca boca arriba frente a él o ella, ambos sobre una alfombra suave. Durante el masaje, las miradas se encuentran, y éste es un elemento importantísimo que contribuye a reforzar el vínculo.
Si el bebé es muy pequeño y se encuentra en posición supina sin ningún punto de apoyo o contención, es posible que se sienta perturbado por algunos reflejos innatos propios del bebé, como el reflejo tónico del cuello (debido al cual gira la cabeza hacia un lado en lugar de mantenerla de frente), o el reflejo de Moro, que hace que extienda los brazos. Para evitar estas reacciones, y hacer que el bebé, que tiene poca conciencia sobre sus propios límites físicos, se sienta “contenido”, lo ideal sería la posición “de cuna”.
Se consigue de la siguiente manera: el padre o la madre se sienta en el suelo con las rodillas separadas y flexionadas y la espalda apoyada a una pared o un mueble, con las plantas de los pies tocándose entre sí. El espacio que se crea entre sus piernas (que se puede cubrir con una manta) constituye una especie de cuna, donde el bebé se sentirá más contenido y protegido. Como alternativa, si esta postura resulta incómoda, se puede utilizar un cojín “nido”, realizado con materiales naturales y aconsejado para dar el pecho más cómodamente.
¿Cómo se hace un masaje infantil?
Veamos algunos consejos para realizar el masaje a tu bebé, aunque, si deseas profundizar en los movimientos, puedes consultar con un educadora certificada de masaje infantil.
PIERNAS Y PIECITOS
- Se recomienda iniciar el masaje con las piernas. Sujeta el pie con una mano, pon la otra alrededor de la pierna y deslízala desde la cadera hasta el tobillo. Repite suavemente, ejerciendo una presión agradable para el bebé. Este tipo de masaje se conoce como Shantala o vaciado hindú.
- Con el dedo pulgar, toca la planta del piecito del bebé, desde el talón hasta la base de los dedos, presionando ligeramente. También con nuestros pulgares, dibujaremos pequeños círculos sobre el tobillo del bebé, y luego una suave compresión en cada dedo del pie. Resulta divertido cuando estos movimientos se acompañan con sonidos.
- Puede ser que al bebé no le guste el contacto, porque le recuerde a la extracción de sangre de la prueba talón, un análisis que se hace antes de que salga del hospital. En este caso, se procederá gradualmente, primero tocándolo suavemente y habituándolo poco a poco a una caricia más firme.
ESPALDA
- Puede ser particularmente útil para relajar al bebé y hacer que se duerma, ya que adopta una posición similar a la del sueño. Si, durante el masaje, el pequeños se queda dormido en posición prona, será necesario girarlo delicadamente sobre su espalda, tal y como sugieren las directrices para la prevención del SMSL, es decir, el síndrome de la muerte súbita en lactantes.
- También puede ser que no le guste estar en posición prona (boca abajo). En estos casos, no hay que obligar al bebé y hay que acariciar su espalda estando de lado.
- El masaje se debe hacer evitando la columna vertebral: lo ideal, por lo tanto, es utilizar la técnica del “peine”, pasando los dedos de la mano separados desde la cabeza del bebé hasta las piernas, con un movimiento dulce y suave.
ESTÓMAGO
- Debe ser tratado de forma delicada y solo si el bebé da muestras de que le gusta, con una caricia que se vaya haciendo más firme poco a poco.
- En caso de que el bebé sufra de cólicos, dificultad para evacuar o expulsar el aire, el masaje se tiene que efectuar siempre en el sentido de las manecillas del reloj: si el bebé está en posición supina de frente a la mamá, ella moverá las manos de izquierda a derecha, siguiendo la dirección del intestino, bajo la caja torácica.
- Si, en cambio, el bebé sufre de diarrea, el masaje tendrá que hacerse en el sentido contrario a las agujas del reloj, es decir, contrario a la dirección de la peristalsis intestinal.
- Para los cólicos del lactante, se recomienda el movimiento "Sol y Luna", creado por la IAIM (International Association of Infant Massage).
CARA
- Si al bebé le gusta particularmente el contacto, para relajarlo y prepararlo para dormir, después de haberle masajeado las piernas y los piecitos, se podrá proseguir con el rostro.
- Primero, se masajea en la parte superior e inferior de la boca, por ejemplo, dibujando una sonrisa de payaso o unos bigotes. Esto puede activar el reflejo de succión, por lo que, si el bebé tiene hambre, será necesario atender a su necesidad.
- Para el masaje en el rostro, no es necesario aplicar aceite o, en todo caso, una mínima cantidad.
- Se puede proseguir masajeando la nariz con los dedos pulgares, de arriba hacia abajo, y, suavemente, estimulando el sistema circulatorio.
- También detrás de las orejitas: cuando se masajea el pabellón externo de la oreja, aumenta la energía y la concentración. Es por esto que, en la acupuntura china, se estimulan muchos puntos desde esta zona. El pabellón auditivo se debe acariciar suavemente de arriba hacia abajo.
Cada madre o padre es experto en su propio bebé y deberá tener en cuenta las señales del pequeño para continuar. No te sientas frustado/a si el primer día tu hijo/a no quiere, o solo quiere un masaje en las piernas.
El masaje más allá de los primeros meses
El masaje es una forma de comunicación que no se limita a los primeros meses: también cuando el bebé crece, sigue siendo una ocasión muy valiosa para mimarlo y estar con él de una manera especial. A partir del segundo año de vida, el masaje adquiere un valor lúdico, en el que puedes incluir más elementos, títeres, cuentos, rimas y más.
He aquí un ejemplo de masaje-juego: la mamá es la pizzera y el niño… ¡la pizza! El pequeño está estirado sobre la espalda y la mamá prepara la pasta de la pizza, “amasando” al niño con un decidido masaje sobre la espalda; después, la masa se suaviza muy bien acariciando la espalda y girándola, haciendo que el niño ruede desde la espalda al lado y después de nuevo hacia la espalda. Después, se añaden varios ingredientes a la masa (tomate, mozzarella, etc.), cada uno de ellos acompañado de una manera de tocarlo con los dedos diferente cada vez. Y, al final, cuando la pizza está lista, la mamá se la come… ¡a besos! ¡Muy rico y divertido!
¿Cómo puede ayudar el masaje si el bebé no se siente bien?
El masaje también puede ser útil en los casos en los que el bebé esté sufriendo algunas molestias leves, como un resfriado o los cólicos, esos dolores de estómago que normalmente se presentan de noche y que provocan un llanto prolongado, difícil de calmar.
SI EL BEBÉ SUFRE DE CÓLICOS
- En este caso, la pancita debe ser masajeada preferiblemente dos veces al día (lejos de los momentos de “crisis” y espaciado de las tomas de leche), durante al menos dos semanas.
- Además del “tradicional” masaje en el sentido de las horas del reloj, se puede probar este otro ejercicio: tomando los pies del bebé, acompaña sus rodillas con movimientos delicados hacia el abdomen y, ejercitando una leve presión, efectúa un movimiento circular (siempre desde la izquierda a la derecha) y luego extiende las piernas. Repite el movimiento varias veces.
- Si acompañas este gesto con la voz, utilizando una simple fórmula (por ejemplo, “uno, dos, tres, ¡op!”), el bebé se divertirá y, además, incluso aprenderá los pasos del ejercicio y anticipará los movimientos con las piernitas.
SI TIENE UN RESFRIADO
Cuando un bebé muy pequeño se despierta a menudo debido a un resfriado, el mejor remedio es darle el pecho, ya que la succión ayuda a descongestionar su nariz.
- En este sentido, el masaje puede ser también una ayuda, haciendo movimientos delicados desde el puente de la nariz hacia los pómulos.
- Otro ejercicio consiste en dibujar pequeños círculos en torno al pabellón auricular para luego descender con los dedos hacia la barbilla.
Mayra Angarita Benítez
Psicóloga y Educadora de Masaje Infantil
Certificada por IAIM– International Association of Infant Massage
& AEMI- Asociación Española de Masaje Infantil
@mama_caricia