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Reflejos del recién nacido: los controles del pediatra
En este artículo, te explicamos cuáles son los reflejos del recién nacido y qué tiene en cuenta el pediatra a la hora de valorar el desarrollo del sistema nervioso.
Durante el embarazo, el niño ha recibido de la mamá toda la protección y alimento que necesitaba. Con el nacimiento, de repente, debe aprender por sí solo a respirar, a alimentarse y a adaptarse a condiciones de vida nuevas para él.
Aunque su sistema nervioso aún no está completamente desarrollado, el recién nacido consigue interactuar con el mundo exterior y responder a los estímulos provenientes del mismo mediante una serie de reflejos neonatales, o reflejos del recién nacido, que le permiten adaptarse inmediatamente a la vida.
Por lo tanto, los reflejos del recién nacido son respuestas "innatas", es decir, no se deben aprender, automáticas e instintivas que dependen del mesencéfalo (una parte del cerebro que también tiene un importante papel en el desarrollo de la visión del bebé y del oído) y de la médula espinal.
Reflejos del recién nacido: cuáles son
Veamos con mayor detalle cuáles son, uno a uno, los reflejos del recién nacido.
El reflejo de respiración
La primera acción que el recién nacido debe cumplir en el momento del nacimiento es respirar. A través de los primeros quejidos, el aire entra en los pulmones y los expande, activando la respiración autónoma. A partir de este momento, se inicia la circulación corazón-pulmones: la frecuencia cardiaca puede llegar a 180 latidos por minuto.
El reflejo de succión
Succionar es una de las actividades fundamentales para la supervivencia del recién nacido, que le permite no sólo alimentarse, sino también encontrar placer y consuelo. Éste es otro de los reflejos del recién nacido.
El reflejo de prensión
El recién nacido tiende a tomar inmediatamente cualquier objeto que se le ponga en la mano; basta con rozarle la manita para que, rápidamente, apriete el dedo o el objeto que le ha rozado. Esta capacidad sólo dura un tiempo muy breve, aunque sí permanece vivo en el niño el instinto de agarrarse.
El reflejo del cuello tenso
Este reflejo del recién nacido afecta a la posición que el pequeño adopta cuando está boca abajo: el niño gira la cabeza hacia el lado preferido y alarga un brazo y una pierna hacia este lado, flexionando las demás extremidades.
El reflejo de Moro
Cuando un estímulo repentino modifica el tono muscular del recién nacido o cuando el niño, apoyado sobre la palma de la mano, se le suelta un instante, tiene la sensación de "caerse" y adopta una posición típica: abre los brazos, flexiona la cabeza hacia atrás y eleva las piernas uniendo las plantas de los pies.
El reflejo de marcha automática
Sostenido por debajo de las axilas, mientras toca una superficie con los pies, el recién nacido mueve las piernas como si intentase caminar. Estos movimientos son el "recuerdo" de cómo pataleaba en el útero materno, para hacerse espacio o cambiar de posición.
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