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El baño del bebé: guía útil
El baño del bebé es más que higiene: también es una magnífica ocasión para mimar al pequeño y permitirle disfrutar del agua. Una guía sobre cuándo, cómo y con qué productos asear al bebé.
El baño del bebé representa una buena costumbre diaria que, no obstante, es necesario afrontar con las debidas precauciones.
Se puede empezar a bañar al pequeño a partir del momento en que el ombligo ha cicatrizado por completo, después de la caída del muñón umbilical (que se suele producir durante los primeros 15 días).
Báñalo antes de cenar, es ideal
- Para el baño no existe una hora fija. Sin embargo, la experiencia aconseja realizarlo antes de la toma de la noche, alrededor de las ocho, porque el baño ayuda al pequeño a relajarse y, por tanto, a conciliar el sueño más fácilmente.
- Cuando llega el momento adecuado, es preciso tener a mano todo lo necesario: una toalla, una esponja, y productos limpiadores muy delicados, especialmente creados para la piel del recién nacido.
Comprueba la temperatura del agua
- La temperatura del agua se debe situar alrededor de los 37-38 grados. Te puedes ayudar de un termómetro, pero con la experiencia conseguirás comprobar la temperatura simplemente sumergiendo el codo en el agua.
- El bebé debe introducirse en la bañera mediante movimientos seguros, sumergiéndolo en el agua de forma gradual. Hay que sujetar al pequeño firmemente; la espalda y la cabeza se deben apoyar en el antebrazo izquierdo de la madre, que al mismo tiempo le sujetará el brazo y el hombro con la mano. Así, se le podrá lavar fácilmente.
(Te interesa: Paso a paso, cómo bañar a un bebé)
Los productos ideales para bañar al bebé
- Es preciso escoger productos limpiadores específicos para niños, que tengan un pH de 5.5, aproximadamente. También están indicados los denominados "limpiadores sin jabón", que son ricos en cera y almidones.
- Si el bebé parece predispuesto a padecer reacciones alérgicas, es mejor dar preferencia a los aceites de baño que, al margen de desarrollar una acción calmante e hidratante, refinan el agua que es muy calcárea.
- Para lavar el cuerpo del pequeño, utilizaremos una esponja natural. Para la cara, podemos servirnos de gasitas o toallas húmedas.
- Una o dos veces a la semana, se debe lavar el cabello del bebé con un shampoo específico, preferiblemente de los que desarrollan una acción antiséptica, que tenga un pH de 5.5.
- Sobre todo durante el primer año, se deben evitar los shampoos que contienen sustancias que sean potencialmente irritantes.
Después del baño
- Al término del baño, se debe secar al pequeño muy bien con una toalla, sin frotar. Antes de descubrirlo para vestirlo, es mejor esperar unos instantes para que tenga tiempo de aclimatarse al ambiente fuera del agua.
- Después de secarlo, podemos aplicarle una crema hidratante o utilizar un poco de talco líquido, vertiendo primero una pequeña cantidad en la palma de la mano, para después masajearle suavemente la piel.