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Sexo después del parto: ¿qué te está pasando?
¿Has sido mamá recientemente y notas que ya no tienes tantas ganas de tener relaciones sexuales con tu pareja? ¿Tienes miedo a sentir dolor? Mercedes Blanquet, fisioterapeuta, te explica por qué te sientes así.
En el terreno de las disfunciones sexuales después de haber dado a luz, los resultados de un tratamiento fisioterapeútico tiene un buen pronóstico en cuanto la mujer consigue disfrutar del sexo y responder físicamente a una estimulación sexual. En una reciente encuesta llevada a cabo por la psicóloga Linda de Villers, sobre una muestra de 8,000 mujeres que habían seguido un programa específico de entrenamiento perineal, un 40% de ellas habían notado un aumento de la excitación sexual y un 26% alcanzaba fácilmente el orgasmo.
Si acabas de dar a luz, puede que no encuentres momentos para hacer el amor, que no tengas ganas como antes o que, cuando mantienes la relación sexual con él, ya no sientas lo mismo. Si algo de esto te ocurre, no te preocupes, es normal. Ten en cuenta que estás en un momento en el que sientes nuevas percepciones, sentimientos y circunstancias, que pueden provocar que el deseo sexual se altere tras el nacimiento de un hijo. Además, tu cuerpo se está recuperando del parto, tus hormonas se están ajustando y tu mente puede estar llena de temores.
¿Qué te está pasando?
La sexualidad humana se caracteriza por la interrelación de varios factores: biológicos, psicológicos o educativos. De su buen desarrollo dependerá que una persona disfrute de una sexualidad plena y satisfactoria. No es necesario entrar en patologías o trastornos concretos, ya que existe una gran parte de la población femenina que no presenta alteraciones importantes y que, con una relación de pareja normal, sufren una disfunción sexual a causa de la debilidad muscular perineal o al propio cansancio físico-psiquico debido a cosas tan naturales como tener hijos.
Después de un parto, puede haber una disminución del deseo y placer sexual causada por factores físicos, hormonales y emocionales. En las mujeres lactantes los niveles de prolactina aumentan y ello produce un descenso de los estrógenos (hormonas sexuales femeninas), que van a provocar un adelgazamiento de la pared vaginal y una sensación de sequedad. Y si a esto sumamos la episiotomia, la distensión perineal y el debilitamiento del suelo pélvico, puede repercutir negativamente en el apetito sexual, ya que la mujer puede sentir ciertas molestias o incluso dolor.
Por otro lado, la nueva mamá puede sufrir un cansancio provocado por las pérdidas hematológicas y por el esfuerzo y atención que requiere el cuidado del bebé. Todo esto implica una gran responsabilidad que la va a fatigar psíquica y físicamente, pudiendo favorecer la aparición de la depresión posparto. Otros aspectos que pueden influir son los cambios de la imagen corporal o el miedo a volverse a quedar embarazada. Las relaciones sexuales "excesivamente mecánicas" mantenidas durante el embarazo o la abstención durante las últimas semanas también son factores que influyen negativamente a la reanudación de la actividad sexual tras el parto.