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Durante la temporada invernal, las enfermedades respiratorias suelen aumentar hasta en un 30%, durar más e incluso ser más agresivas, comenta el Dr. José Luis Sandoval, presidente de la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax (SMNCT).
El incremento en estos padecimientos ocurre porque, desde noviembre y hasta febrero, se presentan todas las condiciones para que proliferen los patógenos causantes de las enfermedades respiratorias: hay cambios de temperatura y de humedad en el ambiente, las personas nos resguardamos en casa o en lugares cerrados y evitamos abrir las ventanas para que no entre el aire frío, lo que impide la ventilación necesaria para limpiar el ambiente. Además, al reunirnos y estar juntos, si alguien está enfermo, el contacto estrecho facilita que los contagios se incrementen. En pocas palabras, le dejamos la puerta abierta a virus y bacterias para que hagan de las suyas en nuestro sistema respiratorio, sobre todo en el de los niños menores de 5 años y adultos mayores.
Cuando se trata de las vías altas aparecen el resfriado común, la faringoamigdalitis, rinosinusitis, otitis media aguda, por citar algunas, y si las afectadas son las vías bajas, se diagnostican neumonía, bronquitis aguda o bronquiolitis. Este año en particular es atípico en México –y podemos decir que en todo el mundo–, ya que además de los resfriados comunes, han aumentado los cuadro de influenza y los rebrotes de Covid-19. Y, en los últimos días, se ha visto un incremento inusual del virus sincicial (o sincitial) respiratorio en los niños.
El Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (CONAVE) señaló que se ha registrado un incremento en niños de 1 a 4 años, en menores de 1 año y en niños de entre los de 5 y 9 años de edad. Esto, para cualquier mamá o papá, sin duda es preocupante.
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El virus sincicial respiratorio no es un virus nuevo, pero ahora hay un incremento. No sé sabe la razón, pero hay dos teorías que podrían explicarlo, señala el Dr. Francisco Javier Saynes, médico adscrito al departamento de otorrinolaringología del Hospital Ángeles Metropolitano y del Centro Médico ABC, campus Observatorio, en la Ciudad de México: “la primera es que puede ser debido a la llamada “deuda inmunológica” (falta de exposición a los virus en los últimos años, por al encierro y los cuidados que se tuvieron durante la pandemia), y la otra es que los virus pueden mutar y volverse más contagiosos”.
El VSR es "un virus respiratorio común que suele causar síntomas leves, similares a los del resfriado y es la causa viral más frecuente de bronquiolitis, neumonía e infección del tracto respiratorio inferior y hospitalización en lactantes en todo el mundo", se explica en el aviso epidemiológico de la CONAVE.
En el documento se agrega que tiene un periodo de incubación de cuatro a seis días después de haberse infectado y las personas pueden volverse contagiosas uno o dos días antes de comenzar a mostrar signos de la enfermedad.
La infección por el VSR incluye cuadros leves a infecciones agudas graves, como la neumonía y bronquiolitis. Los síntomas principales son:
De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, para la mayoría de los niños sanos, el VSR es como un resfriado, pero algunos se enferman gravemente.
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Las enfermedades respiratorias se pueden prevenir siguiendo las medidas que todos conocimos y pusimos en práctica durante la pandemia, y que no hay que olvidar:
Y, como señala el Dr. Saynes Marín, tener responsabilidad social, esto es:
El 90% de las infecciones respiratorias son de origen viral. Partiendo de esto y determinando el agente causante de la enfermedad se seguirá el tratamiento adecuado, que puede incluir la utilización de un antiviral y, para los síntomas como dolor de garganta, dolor de cabeza, escurrimiento nasal y cuerpo cortado, se pueden emplear antiinflamatorios y otros medicamentos sintomáticos, agrega el Dr. Francisco Javier Saynes Marín.
Es importante señalar que únicamente el 10% de estas infecciones serán de origen bacteriano o se complicarán con una infección bacteriana. En esos casos se administraría un antibiótico específico, pero jamás se debe tomar un antibiótico ante los primeros síntomas y, mucho menos, si no es recetado por el médico.
Las recomendaciones para que la familia, además de los niños, se mantenga sana es abrigarse bien, cubrir la boca y la nariz al salir a lugares fríos para evitar que el aire helado entre por estos conductos, para que sus mecanismos de barrera y defensa no se debiliten, alimentarse de forma correcta, privilegiando frutas y verduras, ingerir líquidos, sobre todo calientes, evitar el consumo del tabaco y la exposición al humo de leña o carbón proveniente de fogatas o anafres.
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¿Tu peque se ha enfermado en los últimos días? ¿Ya lo vacunaron contra la influenza? ¿Cómo están sobrellevando en familia el frío de finales de otoño y casi invierno? ¡Déjanos tu comentario!
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