Te puede interesar…
- Mi bebé y yo
- Niños más inteligentes
- Alimentación del niño
- Grupos de alimentos: sus propiedades
Grupos de alimentos: sus propiedades
Descubre los siete grupos de alimentos, su clasificación y las propiedades de cada uno de ellos. Consigue que tu hijo se alimente de forma sana, y también toda la familia.
Para garantizar a tu familia, y sobre todo a tu pequeño, una alimentación correcta y equilibrada, resulta útil conocer los grupos de alimentos, es decir, la división de los alimentos, tomando como base sus propiedades y características intrínsecas y respetando los denominados "CDR" (niveles de Consumo Diario Recomendado). En la práctica, significa garantizar diariamente un aporte adecuado de los cinco elementos principales: vitaminas, sales minerales, proteínas, carbohidratos y grasas.
Variando la alimentación, es necesario escoger en cada comida un alimento que pertenezca a cada grupo y combinarlo con alimentos de los demás grupos.
No obstante, es preciso garantizar a tu hijo el mejor crecimiento posible, corregir los posibles hábitos equivocados y, en definitiva, aprender a comer mejor.
Los siete grupos de alimentos
- Leche y sus derivados (yogur, queso) Los alimentos de este grupo también son ricos en proteínas animales, contienen calcio, fósforo, grasas y algunas vitaminas del grupo B. En este caso, también deben preferirse los lácteos menos grasos y los yogures que contienen fermentos lácteos vivos, que ejercen una función positiva para la regulación de la flora bacteriana intestinal.
- Carnes, pescados y huevos. Son los principales proveedores de proteínas de origen animal, que la mayoría de las veces no pueden ser producidas por nuestro organismo. También contienen grasas, vitaminas del grupo B y minerales (sobre todo, hierro). Los nutriólogos aconsejan dar preferencia a las denominadas carnes blancas (pollo, pavo, conejo) y al pescado, limitando el consumo de carnes grasas y embutidos.
- Cereales y derivados (arroz, trigo, maíz, pan, pasta, etc.) Son ricos en azúcares complejos (proporcionan energía lentamente), vitaminas y fibra, muy valiosas para el intestino. Lo más conveniente es dar preferencia a los productos menos refinados y más integrales.
- Legumbres, tubérculos y frutos secos (ejotes, lentejas, chícharos, garbanzos, soya, papas, almendras, etc.). Son ricos en hidratos de carbono complejos (almidón), proporcionan algunas vitaminas y sales minerales, pero sobre todo proteínas de origen vegetal que, si se combinan con las presentes en los cereales, adquieren un buen valor nutritivo. No obstante, en el caso de los frutos secos, hay que evitar ofrecérselos al niño enteros antes de los tres años, puesto que su forma redondeada y su textura hacen que el riesgo de aspiración sea muy elevado.
- Verduras y frutas que contienen vitamina A (de color amarillo-verde). Son ricas en vitaminas, sales minerales, fibra, azúcares y agua, y deberían consumirse variando al máximo su calidad.
- Verduras y frutas que contienen vitamina C (de color rojo o naranja). Este grupo, al que también pertenecen las verduras como la coliflor, la col y el brócoli, comprende alimentos que son los principales proveedores de vitamina C. Forman parte de este grupo, además de los cítricos, el jitomate, el pimiento, las fresas, la piña, las frambuesas, las moras y el kiwi.
- Aceites y grasas (incluidas las "ocultas" en muchos alimentos, como la carne, el queso y los embutidos). Son ricos, sobre todo, en lípidos y vitaminas. Es preciso intentar limitar el consumo de grasas para aderezar los alimentos (dado su elevado contenido calórico), dando preferencia a las de origen vegetal (aceite de semillas y, sobre todo, de oliva) respecto a los de origen animal (mantequilla, manteca, tocino).