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La dieta mediterránea se inspira en los hábitos alimenticios de países como Italia, Grecia y España. Aunque es similar para niños y adultos, en el caso de los pequeños se ajustan las porciones y se garantiza una mayor variedad de alimentos ricos en nutrientes esenciales.
Gracias a su equilibrio, esta dieta asegura que las niñas y los niños obtengan todos los nutrientes esenciales para crecer fuertes y saludables. Los ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado y el aceite de oliva, son esenciales para el desarrollo cerebral.
Estudios publicados por la Fundación Española del Corazón han demostrado que esta dieta reduce el riesgo de obesidad infantil, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Introducir la dieta mediterránea desde pequeños fomenta una relación positiva con la comida, enseñando a valorar alimentos frescos y naturales.
Aunque comparten los mismos principios, en los niños es importante priorizar:
Deja que elijan frutas o verduras en el mercado y participen en la preparación de comidas sencillas.
Sustituye cereales refinados por integrales y margarina por aceite de oliva poco a poco.
Prepara platos coloridos y atractivos, como brochetas de frutas o mini wraps de vegetales con hummus.
Ingredientes como aguacate, frijoles y pescados frescos pueden adaptarse perfectamente al estilo mediterráneo.
En comparación con dietas altas en alimentos procesados, la dieta mediterránea ofrece:
La dieta mediterránea no solo aporta todos los nutrientes necesarios para los niños, sino que también establece una base sólida para hábitos alimenticios saludables a lo largo de su vida. Es versátil, deliciosa y fácil de adaptar con alimentos disponibles en nuestro país. ¡Anímate a probarla y verás los beneficios en el desarrollo y bienestar de tus pequeños!
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