Es normal que el cambio al hora de primavera-verano te descoloque. Posiblemente, verás alterado tu ritmo de sueño, te sentirás más cansada y quizás incluso pierdas el apetito y te sientas un poco débil. De la misma manera, tu peque también podrá notar la diferencia.
Cómo afecta a los niños
Los que más notan el cambio de hora son los bebés lactantes, aunque no debes preocuparte.
- Puedes distribuir de nuevo sus tomas adelantándolas 10 minutos cada vez hasta recuperar las horas en las que hasta ahora las tomaba.
- En el caso de los más mayorcitos, hay que preparar al niño para el cambio de hora con un poco más de tiempo: días antes deberás acostarlo más pronto y cambiar gradualmente la hora de las comidas. Acuérdate de hacer lo mismo con la hora de las siestas. Los días posteriores al cambio de hora, tendrás que ayudarlo a ir a la cama unos minutos más tarde, sin embargo, también deberá aprender a despertarse más tarde.
Cómo afecta a las mamás y a los papás
- Debes estar tranquila, es normal que te notes rara y no te adaptes durante los primeros días.
- Se trata de un cambio repentino en el bioritmo de tu cuerpo, que necesitará tiempo para adaptarse. Tómatelo con tranquilidad. Poco a poco tu cuerpo se irá adaptando a los nuevos horarios.
Te damos unos consejos para que tu organismo se adapte más fácilmente.
HÁBITOS
No debes cambiar tu rutina, ni tus tiempos de comida, ni tus hábitos. Desayuna, come y cena a la misma hora que lo hacías hasta ahora y no cambies tus horas de ir a dormir.
HIDRATACIÓN
Una sensación muy común en esta época del año es el cansancio. Tu organismo necesita adaptarse al nuevo ritmo y eso, provoca cansancio general. Para evitar el cansancio, hidratarse adecuadamente es muy importante. Por eso, te recomendamos que bebas mucha agua, entre dos y tres litros al día.
SUEÑO Y DOLOR DE CABEZA
Sigue durmiendo las horas que estás habituada a hacerlo. Lo correcto son entre 6 y 8 horas diarias, según la persona. Si padeces de migraña, es muy probable que durante estos días los dolores de cabeza aumenten.
NO AL ESTRÉS
Hay que tener en cuenta que el cambio horario representa un esfuerzo para nuestro organismo. Por eso, hay que ponérselo fácil. Deberás estar tranquila, ya que el estrés y el desequilibrio emocional retrasarán la adaptación a los nuevos ritmos.