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La placenta: ¿para qué sirve?
La placenta es un órgano muy especial, que solamente existe durante el periodo del embarazo. Su papel es fundamental para el bienestar del bebé. ¿Quieres saber cuál es su función y cómo se desarrolla? ¡Te lo explicamos!
Una vez se ha producido la concepción, el cuerpo de la mujer empieza a prepararse para albergar al bebé que crecerá en su vientre durante nueve meses. Uno de los órganos que se creará de cero y que solamente va a existir mientras dure el embarazo es la placenta, que garantizará el desarrollo del embrión y su correcto crecimiento.
¿Qué es la placenta?
La placenta es un órgano único que solamente existe durante el embarazo. Su desarrollo empieza con la implantación del embrión, cuando las células trofoblásticas, las que forman la capa externa del embrión, penetran en los vasos sanguíneos del útero y establecen una conexión entre el organismo de la madre y el del futuro bebé.
Una vez implantada y bien sujeta en la pared uterina, la placenta no se mueve. Eso sí, puede cambiar de ubicación dentro del útero, ya que el útero es como un globo que se hincha a lo largo de los nueve meses del embarazo.
¿Qué pasa cuando se detecta placenta previa?
Es posible que hayas oído hablar de la denominada placenta previa. Debes saber que la placenta normalmente se encuentra en la cara anterior (placenta anterior) o posterior del útero (placenta posterior) y no interfiere en el cuello uterino, que es por donde debe nacer el bebé cuando atraviese el canal del parto.
Sin embargo, cuando la placenta está insertada en la parte baja del útero se denonima placenta previa. Cabe destacar que la placenta previa puede ser oclusiva, si tapona por completo el cuello del útero, o no oclusiva, si el taponamiento no es total. Tener placenta previa requerirá de un mayor seguimiento y control por parte del ginecólogo durante el embarazo.
¿Cuál es la función de la placenta?
La misión principal de la placenta es la de pasar nutrientes al bebé durante todo el embarazo. Concretamente, suministra al bebé nutrientes, hormonas y oxigeno. También se encarga de los desechos del bebé, que pasan al torrente sanguíneo materno para ser eliminados a través de los riñones.
La placenta también fabrica hormonas, entre las cuales se encuentra la gonadotropina coriónica humana, que es la que permite que el embarazo siga adelante y la que, de hecho, detectan los tests de embarazo. Además, la placenta sintetiza las hormonas sexuales femeninas, que intervienen en la implantación del embrión, el desarrollo de las mamas y el control del metabolismo materno.
Desarrollo de la placenta. Todo lo que necesitas saber
Hasta la semana 18 de embarazo, la placenta no adopta su estructura definitiva. Es entonces cuando empieza a cumplir su función de manera autónoma, facilitando el intercambio de sustancias nutritivas, oxígeno y desechos metabólicos entre el organismo de la futura mamá y el del feto.
Es importante que sepas que la placenta se comunica con el feto mediante el cordón umbilical, que está compuesto por dos arterias. Una de ellas se encarga de transportar los desechos del feto hacia la madre. La otra renueva la sangre que fluye hacia el feto.
Existe, además, la denominada barrera placentaria, una membrana que bloquea selectivamente gran parte de las sustancias potencialmente dañinas para el feto. El buen funcionamiento de los vasos de la placenta es fundamental para el correcto desarrollo del bebé.
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