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Análisis de orina en el embarazo: interpreta los resultados
Los análisis de orina en el embarazo son un examen muy sencillo de realizar que proporcionan informaciones muy importantes sobre la salud de la mamá y del bebé. Pero, ¿qué quieren decir los resultados? Descubrámoslo juntos, en este artículo.
El análisis de orina es el análisis que se hace con mayor frecuencia durante el embarazo. Es una prueba que proporciona mucha información. Por ejemplo, permite descubrir posibles infecciones de las vías urinarias y, sobre todo, diagnosticar dos de las principales patologías obstétricas: la diabetes gestacional y la preeclampsia (presión alta en el embarazo).
Y es que, durante el embarazo, es más fácil que se produzcan infecciones urinarias. ¿Por qué razón?
- Durante el embarazo, es más fácil tener molestias urinarias, que la mayoría de las veces están causadas por bacterias de origen intestinal, como la Escherichia coli, los Enterococos o los Estafilococos.
Esto ocurre porque la progesterona, que relaja y dilata los músculos de las vías urinarias, facilita la permanencia de las bacterias y, por tanto, su multiplicación numérica. - Debido a su conformación física, las mujeres estan más sujetas a infecciones urinarias: la uretra, el canal que conecta la vejiga con el exterior, es más corta, y su cercanía con el recto facilita la contaminación bacteriana.
Es suficiente con tener una higiene íntima poco correcta o una infección intestinal para tener este tipo de molestia.
Cómo interpretar los resultados del anális de orina en el embarazo
El parte médico se compone de dos partes: el examen químico-físico y la evaluación del sedimento de las partes corpusculares de la orina, que se depositan en el fondo de la muestra después de un proceso de centrifugación.
Los dos exámenes están relacionados y son complementarios. Si en el examen químico-físico aparecen, por ejemplo, hemoglobina o nitratos, en el sedimento se verán glóbulos rojos o microorganismos.
Análisis químico-físico
Los primeros valores que, normalmente, se leen en el informe médico se refieren al peso específico o densidad, pH, aspecto y color. Sin embargo, durante el embarazo, los datos son menos indicativos.
pH de la orina
Consideremos, por ejemplo, el pH: normalmente, la orina es ácida, con un valor comprendido entre 4.5 y 8.
Un pH alcalino, es decir, superior a 8, muchas veces se debe a medicamentos que contienen minerales, como el potasio.
En algunos casos, podría señalar una infección, pero sólo si se acompaña de otros elementos, como la presencia de nitritos o leucocitos. Como dato aislado, no tiene significado.
Aspecto de la orina
El mismo discurso vale para el aspecto: lo ideal es que el color sea amarillo claro, pero un color distinto no puede indicar mucho.
La orina, de hecho, puede estar más “cargada” si se bebe poca agua, y más clara y transparente si se toman muchos líquidos de forma regular.
Si hay una amenaza de aborto con leves pérdidas de sangre, la orina podría estar un poco manchada. Se trata, otra vez, de datos que en sí no proporcionan informaciones relevantes.
Las informaciones más útiles son proporcionadas por la presencia de sustancias específicas, que normalmente deberían estar ausentes. Veamos cuáles.
Nitritos
Si están presentes en la orina, son la señal de una infección bacteriana. En este caso, se suelen asociar a un pH alcalino y a un aspecto turbio.
Su ausencia, sin embargo, no es suficiente para descartar una infección, que puede ser indicada también por otros elementos, como la presencia de leucocitos o de bacterias en el sedimento.
Los cuerpos cetónicos
Son productos de la degradación de ácidos grasos. Pueden manifestarse si la mujer ha tenido vómitos, si a causa de las náuseas ha comido poco o si debido al calor (o después de tener fiebre) ha sudado mucho y ha perdido muchos líquidos: en caso de ayunas prolongadas o deshidratación, el organismo recurre a los ácidos grasos, y las consecuencias de este proceso se evidencian en la orina (y también en el aliento, que adquiere el olor característico de la acetona).
Es suficiente con reintegrar los líquidos y volver a tener una dieta equilibrada para que todo vuelva a la normalidad.
Bilirrubina y urobilinógeno
Su presencia, normalmente acompañada por orina de color marrón claro, puede indicar si la mujer sufre de problemas de las vías biliares o renales.
Sin embargo, se trata de patologías que no tienen relación con el embarazo y que la mujer suele tener ya de antes.
Hemoglobina
Como regla general, en la orina no debe haber ninguna traza de sangre. Su presencia puede depender de distintos factores: una cistitis, por ejemplo, que comporta un mayor recambio del epitelio que reviste la vejiga; un pólipo cervical o una pequeña llaguita, que pueden causar un ligero sangrado; un poco de arenilla (pequeños cristales de sustancias salinas producidas por los riñones) que “rascan” el uréter provocando una pequeña pérdida de sangre.
Finalmente, puede ocurrir que algunas mujeres tengan pequeñas pérdidas de sangre en los días en los que debería haber tenido la regla: si el examen se efectúa justo en ese período, es natural que se encuentren trazas también en la orina.
Proteínas
Su presencia es uno de los elementos principales para diagnosticar preeclampsia, una patología bastante grave del embarazo, que suele aparecer en el tercer trimestre (y nunca antes de la semana 20). Esta enfermedad se acompaña casi siempre de hipertensión y de edemas en las extremidades inferiores.
Hasta un cierto nivel, la presencia de proteínas no es preocupante, pero, si su cantidad supera el gramo, el diagnóstico de preeclampsia es casi seguro, incluso si no hay otros factores. Si las proteínas aparecen antes de la semana 20, éstas señalan un problema renal que hay que estudiar mejor.
Glucosa
Al igual que para las proteínas, una mínima cantidad de glucosa no indica nada. Sin embargo, si el test resulta positivo, el ginecólogo prescribe a la mamá una mini-curva de glucosa (un análisis de la glucosa en sangre después de tomar 50 gramos de glucosa por vía oral).
Este examen permite descubrir si la mujer tiene una predisposición para la diabetes gestacional. Si la mini-curva resulta alterada, para un diagnóstico definitivo, se efectúa una prueba de sobrecarga oral de glucosa estándar (TSOG), que mide la glucemia en tres momentos distintos tras la ingesta de 100 gramos de glucosa.
El análisis del sedimento urinario
La segunda mitad del informe médico es el resultado del análisis del sedimento. Éstos son los términos que suelen aparecer con más frecuencia.
Leucocitos
Es el valor más importante, porque, si está alterado, quiere decir que hay una infección de las vías urinarias. Se considera normal un nivel entre 4 y 8, pero, si resulta superior, quiere decir que hay una infección, sobre todo si se asocia a la presencia de nitritos, un pH alcalino y un aspecto turbio.
A veces, en el sedimento, se evidencia la presencia de bacterias u hongos, cuya naturaleza debe ser estudiada con un cultivo de orina.
Eritrocitos o hematíes
Se pueden encontrar si el examen químico-físico detecta la presencia de hemoglobina, porque evidencia trazas de sangre.
Cilindros hialinos
Se trata de simples aglomerados de células que, bajando hasta los túbulos renales, asumen una forma cilíndrica: su presencia no indica nada importante.
Cristales
Al igual que los oxalatos de calcio o el ácido úrico, son sales cristalizadas que se forman si la mujer bebe pocos líquidos. Si se encuentra, se aconseja beber más, porque con el tiempo podrían originar cálculos renales.
Células de vías bajas o de transición
Son las células que revisten la parte interior de la vejiga y que se expulsan con la orina después de un normal ciclo celular.
Cómo efectuar la recogida en caso de análisis de orina
Para que el resultado del examen sea fiable, la muestra debe ser recogida correctamente. Veamos cómo:
- La orina debe recogerse a primera hora de la mañana.
- Hay que usar un bote estéril, que se puede comprar en cualquier farmacia.
- El primer chorro debe descartarse, porque se trata de orina que se ha estacionado en la uretra, el último tramo de las vías urinarias, que está en contacto con el ambiente exterior.
- Una vez recogida, la muestra debería analizarse antes de que pase una hora. En caso contrario, se recomienda conservarla en el refrigerador, porque el contacto con el aire podría alterarla.
- Si el trayecto para llegar al laboratorio de análisis es largo, es mejor tomar la muestra directamente en el laboratorio.