Ecografía morfológica: el ginecólogo informa

Las ecografías constituyen unos de los momentos más emocionantes de la gestación, tanto por su diagnóstico como por la posibilidad de ver a tu futuro bebé moverse y crecer en tu interior.

En el embarazo, la ecografía se utiliza para examinar al feto dentro del útero materno, y proporciona información importante sobre el bienestar, la posición o el peso del bebé. También permite determinar la situación de la placenta y la calidad y la cantidad del líquido amniótico, así como posibles complicaciones o anomalías que pueden afectar al embarazo.

En un embarazo normal, se suelen realizar tres ecografías:

- La primera ecografía se efectúa alrededor de las 12 semanas. En ella, se confirma el embarazo, se determina el número de bebés, la edad gestacional y se realiza el cribado de cromosomopatías.

- La segunda, llamada ecografía morfológica, se realiza alrededor de la semana 20, y se analizan las características morfológicas del bebé para saber si se está desarrollando con normalidad.

- La tercera ecografía tiene lugar alrededor de las 34 semanas de embarazo, para comprobar el estado del bebé, del líquido amniótico y de la placenta.

¿Qué parámetros se analizan en la ecografía morfológica?

- La ecografía morfológica permite valorar si el bebé se está desarrollando dentro de los parámetros adecuados. En ella, se analiza la anatomía y la biometría de los órganos del feto.

Por tanto, los objetivos de esta ecografía son la detección de anomalías fetales, la estimación de las medidas fetales, los movimientos corporales y respiratorios, el tono fetal, y los patrones de flujo sanguíneo placentario o cerebral. También se evalúa la morfología y la inserción de la placenta, se visualiza el cordón umbilical y se verifica la cantidad de líquido amniótico.

- Esta ecografía se realiza entre las 20 y las 22 semanas de gestación porque, en esta etapa, el feto ya tiene el tamaño necesario para un estudio detallado de toda su anatomía. Sus órganos y sistemas principales están prácticamente formados y, durante el resto del embarazo, seguirán creciendo y madurando; solo el cerebro va a seguir desarrollándose y cambiando hasta después del nacimiento.

- Asimismo, es importante realizar esta ecografía durante este período por la cantidad de líquido amniótico, ya que este líquido es un transmisor excelente de los ultrasonidos y éste resulta ser el primer momento óptimo para poder visualizar las estructuras anatómicas del bebé.

- Aparte del rastreo minucioso de toda la anatomía fetal (cabeza, cara, columna vertebral, abdomen, tórax, corazón y extremidades), en esta ecografía se comprueba la actividad del feto dentro del útero, se toman las medidas fetales para comprobar si está creciendo bien y si se corresponden con las semanas de embarazo. 

- Asimismo, es muy posible que, con esta ecografía, se conozca o confirme el sexo del bebé, si hubo dudas en su diagnóstico en ecografías previas, siempre y cuando la postura fetal lo permita.

¿La ecografía morfológica es efectiva para diagnosticar anomalías?

La ecografía morfológica solo informa de la existencia de malformaciones de los órganos del feto que son visibles por este medio, pero no permite diagnosticar otras malformaciones que no tienen expresión ecográfica o bien que se desarrollan más adelante.

Tampoco permite detectar anomalías congénitas, como alteraciones cromosómicas, enfermedades genéticas, bioquímicas o metabólicas. Por ello, aunque es la ecografía que más y mejor orienta, no tiene un valor absoluto para asegurar el bienestar fetal.

Tania Manrique 
Especialista del servicio de Ginecología y Obstetricia
del Hospital Quirónsalud Córdoba