"Los antibióticos y los antigripales no curan el resfriado, y pueden provocar efectos adversos en niños"
"Los antibióticos y los antigripales no curan el resfriado, y pueden provocar efectos adversos en niños"
6 Sep 2023
Hablamos con las doctoras Gimena Hernández y Judit Ibars, del Servicio de Pediatría del Hospital del Mar, en Barcelona, sobre cómo actuar de forma adecuada frente al resfriado o gripa en bebés y niños, y hacer que se encuentren mejor. ¡Toma nota de sus consejos!
Los virus son los máximos responsables del resfriado. Existen más de 200 tipos de virus implicados, y los rinovirus son los más frecuentes. Precisamente porque el origen es un virus, los antibióticos no tienen ningún efecto sobre el resfriado.
"Los antibióticos no curan ni acortan la duración de los resfriados no complicados", afirman las doctoras Gimena Hernández y Judit Ibars, del Servicio de Pediatría del Hospital del Mar, en Barcelona, por lo que no se deberían utilizar en caso de resfriado o gripa.
Tampoco están recomendados los antigripales para aliviar los síntomas del resfriado en niños, pues "pueden provocar efectos adversos importantes, y no han demostrado tener un efecto beneficioso", aclaran las doctoras.
Entonces, ¿cómo actuar si nuestro hijo o hija está resfriado? ¿Qué medidas debemos tomar? ¿Cuánto es normal que dure un resfriado? ¿Y cuándo se recomienda consultar con el/la pediatra? Las expertas nos responden a las dudas más frecuentes sobre el resfriado en bebés y niños.
La vía de contagio del resfriado es a través de gotitas de saliva y moco que se expulsan al aire con la tos y los estornudos, o por medio de objetos contaminados con estas secreciones.
La puerta de entrada suele ser la boca, la nariz o las conjuntivas de los ojos. Las niñas y los niños más pequeños suelen contagiarse más fácilmente porque les gusta mucho explorar los objetos con la boca y luego compartirlos. Las manos también tienen un papel muy importante en el contagio, ya que los niños se tocan la boca, la nariz y los ojos entre ellos con más frecuencia.
¿Cuánto dura el resfriado en niños?
Cuando la tos y la mucosidad se prolongan durante más de una semana, las madres y los padres suelen empezar a preocuparse.
Es importante saber que, si bien la mayoría de los niños se encuentran mejor tras 3 o 4 días del inicio de los síntomas, la tos y los mocos pueden persistir durante al menos 2-3 semanas.
Otra situación que es bastante frecuente es que vuelvan a "pescar" otro resfriado (¡no hay que olvidar que hay más de 200 virus implicados!), con lo cual los peques vuelven a iniciar síntomas cuando aún no se han repuesto del anterior.
¿Qué hacer para quitar un resfriado?
Lamentablemente, hasta la fecha, no hay ningún tratamiento específico que pueda prevenir, curar o acortar la duración de los resfriados.
La buena noticia es que sí que existen medidas efectivas para aliviar los síntomas y ayudar a que nuestro hijo o hija pueda atravesar el cuadro lo mejor posible. Algunas de las medidas más recomendadas son:
Utilizar analgésicos-antitérmicos si hay dolor o fiebre alta (superior a 38 grados, siempre axilar) que moleste a la niña o al niño.
Ofrecer líquidos adecuados a la edad del niño o de la niña (agua, leche, caldos, jugos...). Esta medida ayuda a que el pequeño se mantenga hidratado, pues sus necesidades de líquido aumentan debido a la fiebre y los vómitos.
Limpiar los mocos de la nariz con suero fisiológico cuando haga falta (antes de comer, de dormir, o cuando la nariz esté tapada).
Acostar al niño o a la niña en posición semiincorporada (semisentado). Esta posición les permite dormir mejor, ya que favorece la respiración y el aclaramiento de la mucosidad mientras duermen.
Evitar irritantes de las vías respiratorias (tabaco, polvo, humo…).
¿Qué no se debe hacer si el niño está resfriado?
No se deben utilizar antibióticos para tratar cuadros gripales. Los resfriados están causados por virus, y los antibióticos no tienen efecto sobre ellos. Por tanto, los antibióticos no curan ni acortan la duración de las gripas no complicadas (que son el 90% de estas). Hay que recordar que el color de la mucosidad no significa mayor gravedad ni necesidad de antibióticos.
No se deben utilizar antigripales (antitusígenos, mucolíticos-expectorantes y descongestivos nasales). Si bien son de amplia distribución en farmacias para aliviar los síntomas, pueden provocar efectos adversos importantes, y no han demostrado tener un efecto beneficioso. Estos efectos adversos se deben a sobredosis accidentales, un uso incorrecto involuntario e interacciones de varios medicamentos entre ellos o del medicamento con la persona que lo usa.
¿Cuántos lavados nasales se le pueden hacer a un niño?
Los bebés no saben respirar por la boca. Por este motivo, cuando tienen mocos, respiran con dificultad, por lo que puede ser conveniente realizar lavados nasales para liberar la naricita y facilitar la respiración.
Se pueden realizar tantos lavados nasales como sean necesarios para que el niño o la niña esté más cómodo y respire mejor, aunque siempre aconsejamos realizarlos al menos antes de comer y de dormir.
Es importante saber que los lavados nasales no curan ni acortan la duración de las gripas, ni tampoco evitan que los “mocos le bajen al pecho”, como se suele decir. Solo permiten que nuestro hijo o hija se encuentre más confortable, y pueda comer y dormir mejor.
Si tras realizar el lavado nasal no se nota una mejoría, e incluso genera mucha molestia, irritabilidad y llanto al pequeño, entonces podría ser más conveniente no practicarlo.
¿Cómo se hace un lavado nasal en bebés y niños?
Estos consejos pueden servir de guía a la hora de realizarlo:
Se puede recostar al bebé, niña o niño boca abajo o boca arriba (como mejor se le sujete), procurando girarle la cabeza hacia un lado. Cuando esté bien sujeto, se echa el suero fisiológico con una jeringa por el orificio que queda arriba, “con determinación”. Generalmente, es suficiente utilizar 1.5-2 ml en cada fosa nasal en niños pequeños y hasta 5 ml en niños mayores. La sensación será más agradable si el suero está a temperatura ambiente. Posteriormente, se repite la maniobra para echar el suero en el otro orificio nasal, girándole la cabeza hacia el lado contrario.
Al finalizar la colocación del suero, se puede sentar al pequeño para favorecer la expulsión de las secreciones, sobre todo si está boca arriba. Parte de los mocos los expulsará y otra parte se los tragará, siendo esto totalmente normal.
Los niños mayores son capaces de realizarse los lavados ellos mismos, inclinando la cabeza hacia un lado y, posteriormente, hacia el otro lado, y echando el suero por el agujero nasal que queda más arriba.
Si el moco no es muy espeso, también se podrían colocar 4-5 gotas de solución fisiológica en cada fosa nasal con el objetivo de fluidificar las secreciones. A veces, esta maniobra permite que respiren mejor y evita tener que hacer un lavado nasal completo (la mayoría de las veces, no les hace demasiada gracia...).
¿Cuándo llevar al bebé al pediatra por resfriado?
Recomendamos llevar al pequeño al pediatra si:
Existe dificultad para respirar. Esto lo podemos valorar cuando se marcan las costillas, hay ruidos al respirar, tipo “silbidos”, o cuando hay respiración “fatigada”. Generalmente, notamos que el pequeño se cansa al comer y su respiración es más rápida de lo habitual.
La fiebre (>38 ºC axilar) dura más de 3-4 días.
La tos y el moco nasal dura más de 15 días y constituye el mismo episodio gripal.
Hay dolor de oídos o supuración (mucosidad que sale del conducto auditivo).
El bebé/niño/niña tiene mal estado general (siempre conviene valorarlos cuando no tienen fiebre).
Dra. Gimena Hernández Pombo Unidad de Pneumología y Alergia Pediátrica. Servicio de Pediatría del Hospital del Mar (Barcelona)
