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Provocar el parto, ¿cuándo y cómo?
Si en la semana 42 no se perciben signos de que el bebé vaya a nacer, se debe provocar el parto. Te explicamos cuándo y cómo provocar el parto en la semana 42 de embarazo, y cómo saber si el bebé está bien.
Cuando el parto se retrasa, el peligro principal es que la placenta "envejezca" y que no pueda nutrir y proteger correctamente al bebé. Por ello, si en la semana 42 no se perciben signos de que el bebé vaya a nacer, se debe provocar el parto.
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Cómo provocar el parto
Existen diferentes sistemas de parto inducido que se eligen en función de las condiciones del cuello del útero y de la posición del bebé.
• Cuando el niño tiene la cabeza bien colocada en el canal del parto y el cuello del útero está ligeramente dilatado, basta con que el médico rompa las membranas con un instrumento de plástico para hacer salir el líquido amniótico. En el 80% de los casos, el parto comienza pocas horas después de haber realizado esta práctica.
• Si el feto se presenta con la cabeza hacia abajo, pero el cuello del útero está cerrado, se recurre a una serie de fármacos. Cada ocho horas, se aplican en la vagina unos geles que contienen prostaglandinas, sustancias que aceleran la dilatación y estimulan las contracciones del útero.
• Si, después de romperse las membranas, el parto no se produce de forma espontánea en las cuatro o cinco horas siguientes se puede recurrir al uso de oxitocina, una hormona que sirve para provocar las contracciones del útero, permitiendo, así, un parto regular.
Cómo saber si el bebé está bien
En la semana 39 de embarazo o, como máximo, al término de la semana 40 de embarazo, la madre debe someterse a una serie de exámenes que permitirán comprobar que el feto está bien. Veamos cuáles son los principales:
• La cardiotocografía o monitorización
Permite registrar el ritmo de los latidos cardíacos del pequeño, así como las contracciones del útero. Se realiza a través de un sensor conectado, por una parte, al abdomen de la madre y, por la otra, a una computadora. Desde el monitor, el médico comprueba si el ritmo cardíaco es regular. Si éste es el caso, no es necesario intervenir para acelerar el nacimiento. El examen dura entre 20 y 30 minutos, y se repite cada 48 horas entre las semanas 40 y 41, y cada 24 horas entre las semanas 41 y 42. Sin embargo, este método suele ser sustituido por la velocimetría y la ecografía, ya que se ha demostrado que la monitorización resulta útil durante el parto, pero no demasiado en las fases anteriores.
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• La velocimetría doppler
Se trata de una técnica de ultrasonidos que se realiza durante las ecografías de la mitad del embarazo en adelante. Mide la velocidad de la circulación de la sangre, tanto de la madre como del bebé. Mediante la exploración del cordón umbilical, se valora si el feto sigue recibiendo el aporte adecuado de alimentos y de oxígeno. Si se efectúa al término del embarazo, debe ser en la semana número 39 y tres días, después, en la semana número 40 y tres días y, finalmente, en la semana número 41 cumplida.
(Te interesa: Qué es una ecografía doppler)
• La ecografía
Este método permite visualizar el interior del útero y, durante el embarazo, muestra si el feto crece con normalidad. En cambio, al final de la gestación, se utiliza para valorar el estado de la placenta y, sobre todo, para controlar la cantidad de líquido amniótico. La ecografía se basa en ultrasonidos que, a través del abdomen de la madre, alcanzan al pequeño y rebotan sobre sus tejidos, produciendo vibraciones que se transforman en impulsos eléctricos y que se proyectan en un monitor. Durante el transcurso de estas ecografías, se realiza también la velocimetría.
• La amniocospia
Esta técnica evalúa la calidad, el color y la transparencia del líquido amniótico que rodea al bebé. Consiste en la introducción de un pequeño tubo en el cuello del útero, a través de la vagina. Un líquido amniótico escaso, denso y oscuro indica sufrimiento del feto. Se trata de un método casi totalmente abandonado, ya que ha sido sustituido por la ecografía, la velocimetría y la cardiotocografía. De hecho, no valora la cantidad total de líquido amniótico, sino sólo la situada delante de la cabecita del pequeño.
• Perfil biofísico materno-fetal
Se realiza, aproximadamente, en la semana número 39 y tres días, después, en la semana numero 40 y tres días y, finalmente, en la semana número 41 cumplida. Consiste en la realización de uno o de todos los exámenes anteriores, según considere oportuno el ginecólogo. Entre otras cosas, valora cómo está la mamá en ese momento, si tiene factores de riesgo como gestosis, presión alta, etcétera, y aporta información sobre la salud del pequeño. Se trata de un examen propuesto por el ginecólogo, y aún no se realiza de forma sistemática en todos los departamentos de obstetricia, debido a su elevado costo y al tiempo que emplea, casi una hora. Además, no es indispensable para conocer el estado de salud del bebé, siempre y cuando durante el embarazo se hayan efectuado de forma regular alguno de los exámenes descritos anteriormente.