Te puede interesar…
- Mi bebé y yo
- Niños más inteligentes
- Salud y bienestar del niño
- ¿Cómo cuidar la microbiota de los niños para tener buena salud?
¿Cómo cuidar la microbiota de los niños para tener buena salud?
¿Sabías que los 1,000 primeros días de vida son clave para la adquisición de una buena microbiota y programan la salud futura de tu bebé? Hablamos con Sari Arponen, una de las mayores expertas sobre este tema, sobre la importancia de la microbiota para nuestra salud y los hábitos que nos ayudan a cuidarla ya desde bien pequeñitos.
- ¿Qué es la microbiota?
- ¿Dónde se encuentra la microbiota en el cuerpo humano?
- ¿Cuáles son las funciones de la microbiota?
- ¿Por qué los primeros 1,000 días de vida son importantes para nuestra microbiota?
- ¿Qué alimentos ayudan a la microbiota?
- ¿Qué tipo de enfermedades se pueden originar por una alteración de la microbiota (o disbiosis)?
- ¿Qué hacer para tener una buena microbiota?
La microbiota ejerce un papel fundamental para nuestra salud. Estos bichitos que habitan en nuestro organismo nos protegen y nos ayudan a encontrarnos bien. Pero, para ello, es imprescindible que nosotros les cuidemos también mediante hábitos de vida saludables, en una relación de win to win.
De la importancia de la microbiota hablamos con Sari Arponen, una de las mayores expertas y divulgadoras sobre este tema, con más de 145,000 seguidores en su cuenta de Instagram (@drasariarponen).
Sari Arponen es autora de diferentes libros sobre esta temática, como ¡Es la microbiota, idiota!, El sistema inmunitario por fin sale del armario y En la cocina con la doctora Arponen, todos publicados por Alienta.
Ahora, nos presenta El Mundo secreto de la microbiota, de la editorial Timun Mas, un libro ilustrado en el que explica a los niños (y no tan niños) de manera comprensible qué es la microbiota y cómo cuidarla desde bien pequeños para evitar muchos problemas de salud en un futuro.
¿Qué es la microbiota?
La microbiota es el término científico de lo que conocemos como “flora”, y hace referencia a esos millones y millones de microorganismos que tenemos en nuestro cuerpo, que son beneficiosos y que necesitamos para tener buena salud.
Una parte importantísima y conocida de la microbiota son las bacterias, pero también hay virus (se piensa que hay entre cinco y diez virus por cada bacteria, porque algunos virus son nuestros y otros virus son de las bacterias), así como hongos y, en menor medida, protozoos y arqueas.
Si hablamos de números, la cifra de bacterias y otros microorganismos de nuestra microbiota es sorprendente. Para hacernos una idea, a ritmo de una bacteria por segundo, ¡tardaríamos más de un millón de años en contar todas las bacterias que tenemos en nuestro cuerpo!
¿Dónde se encuentra la microbiota en el cuerpo humano?
Cuando hablamos de flora o microbiota, la mayoría de las personas piensa enseguida en el intestino, pero el intestino empieza en la boca, y aquí también tenemos microbiota. De hecho, la caries está relacionada con un desequilibrio de esa microbiota.
La microbiota también la podemos encontrar en la piel, en el área urogenital, en el aparato respiratorio… Incluso las mamás tienen microbiota en la leche materna.
En general, la microbiota está en las barreras del cuerpo para protegernos.
¿Cuáles son las funciones de la microbiota?
Depende de la zona del cuerpo. Si pensamos en la intestinal, la microbiota va a fabricar vitaminas (del grupo B y K), nos va a defender de los microorganismos patógenos, que nos pueden producir infecciones, programa a nuestras defensas para que puedan funcionar bien, se comunica con el cerebro y con otros órganos para trabajar en equipo, cuida de las barreras de nuestro cuerpo y nos ayuda a hacer la digestión: la fruta y la verdura tienen muchos componentes que no digerimos o no absorbemos, y que son comida para los microorganismos.
¿Por qué los primeros 1,000 días de vida son importantes para nuestra microbiota?
Una parte de nuestra microbiota depende de lo que nuestra familia hizo por nosotros. La adquisición de la microbiota del bebé depende mucho de la microbiota y de la salud de la mamá. Cómo se cuida la madre antes y durante el embarazo va a condicionar la adquisición de la microbiota del bebé, ya sea en el útero o en el momento del parto.
Pero también el tipo de lactancia va a programar la microbiota del bebé (la leche materna tiene más de 700 bacterias diferentes y azúcares específicos para esos microorganismos), así como los cuidados en casa, en qué entorno se viva, si hay hermanos o no, si hay animales o no, cómo es la alimentación complementaria, una vez que se introduce a partir de los seis meses…
Es lo que se conoce como ventana de oportunidad y que abarca los 1,000 primeros días de vida, que empiezan a contar desde que el bebé está en el útero materno hasta que tiene dos o tres años.
¿Qué alimentos ayudan a la microbiota?
La alimentación es uno de los principales factores que determinan nuestra salud y la de nuestra microbiota.
Todos los alimentos pueden ser positivos en un momento determinado para nuestra microbiota. Pero, ¿qué es especialmente interesante? La verdura, la fruta, los frutos secos, el aceite de oliva, los hongos, las legumbres cocinadas de una manera tradicional (con su remojo, su cocción larga…).
En definitiva, todos los alimentos que encontramos en el mercado (en la verdulería, en la frutería, en la pescadería) y algunos buenos procesados, como es el aceite de oliva o las verduras en conserva o congeladas… Todo lo que es comida real es bueno para nuestra microbiota.
En cambio, los productos ultraprocesados, que no se consideran alimentos, perjudican enormemente nuestra microbiota y, lamentablemente, se consumen en exceso: se calcula que un tercio de lo que se come en la actualidad son productos ultraprocesados.
¿Qué tipo de enfermedades se pueden originar por una alteración de la microbiota (o disbiosis)?
Si hablamos de disbiosis oral, la más frecuente en los niños es la caries, mientras que, en los adultos, se producen más gingivitis y periodontitis.
A nivel intestinal, puede aparecer dolor, estreñimiento, diarreas e intolerancias a ciertos alimentos.
Muchas veces, en los niños, podemos ver esas atopias, que, inicialmente, empiezan con dermatitis atópica, y que, más tarde, derivan en alergias o asma.
Posteriormente, la disbiosis puede ser un factor potencialmente causal de problemas metabólicos, resistencia a la insulina y enfermedades autoinmunes, así como de problemas neurodegenerativos y procesos de carcinogénesis en edades avanzadas.
¿Qué hacer para tener una buena microbiota?
Aparte de alimentarnos bien, para nuestra microbiota es fundamental practicar actividad física de manera regular. De hecho, lo anormal es el sedentarismo. Los niños, especialmente, necesitan mucho movimiento, mucho deporte, mucha actividad física, idealmente, al aire libre, en contacto con la naturaleza y con la luz del sol.
Dormir bien por la noche también es muy importante. No descansar lo suficiente es muy dañino para nuestra microbiota, igual que el abuso de las pantallas o el estrés crónico. Quizás tendríamos que tender hacia una vida un poco más pausada, una slow life.